Los pilotos que acuden al Rally Dakar están hechos de otra pasta. Son los superhéroes dentro de los superhéroes. Y de entre todos ellos, destaca Joan Barreda. El español está viviendo un calvario absoluto desde que en la etapa 5 sufrió una durísima caída que le ocasionó una fractura de clavícula y muchos golpes por todo el cuerpo.
El corredor del equipo Honda fue ayudado por su compañero Pablo Quintanilla quien cogió su moto después de verle volar por encima de las piedras a más de 100 kilómetros por hora hasta golpear con el suelo de manera violenta. A pesar de que quería llamar al helicóptero para que pudiera atender a Joan, este le dijo que no, que seguía y no se retiraba porque tiene la misión de seguir peleando por este Dakar. Así analiza su situación en la jornada de descanso.
Así fue su caída
"Veníamos en uno de esos días en los que había que intentar cambiar la secuencia esa tan extrema, porque abríamos pista y queríamos perder poco tiempo. Justo ahí, en una zona extrema de navegación, saliendo de un río y mirando abajo confirmando un rumbo de repente estaba volando. Caí en una zona de muchas piedras, rebotando de la velocidad que llevaba".
La ayuda de Quintanilla
"Estaba la moto retorcida y él me lo enderezó todo. Quería llamar al helicóptero porque se asustó mucho y, de hecho, cuando salimos luego él iba perdiendo mucho tiempo porque tenía el susto en el cuerpode la caída que había visto".
El parte de lesiones
"Tengo golpes en la rodilla, el costado, el brazo, la clavícula... el golpe fuerte fue en todo el lado izquierdo, pero bueno. Son pequeñas cosas, lo que fastidia es la clavícula, que es lo que va a tardar más y va a seguir inflamándose".
Ajustes necesarios en la moto
"Hemos tenido que cambiar la posición de conducción, porque cuando hago mucha fuerza el hueso me aguanta bien pero si me relajo la fractura se mueve mucho. Así que tengo que meterme delante y hacer fuerza para pasar baches. Ahora hemos echado el manillar un poco para atrás para que el centro de gravedad no sea tan avanzado. Hemos ablandado un poco más la suspensión... dentro de lo que se puede adaptarse a la situación actual".
El motivo para seguir
"El dolor es duro, pero también ir tres semanas al desierto a entrenar solo. Cuando llevas seis meses trabajando como un cabrón en la moto, en el gimnasio, con la bici... y llegas aquí y se fastidia todo. Te caen las lágrimas de dolor, pero solo puedes continuar por este grupo, por hacer valer su trabajo".
El apoyo del equipo
"Ver que te respaldan de esa manera... Son gente que ha vivido todas mis fases: las buenas donde estaba al máximo y en las que estaba fastidiado. Saben que tengo ganas y saben el trabajo que hay detrás, el de salir delante con este ritmo, sin referencias... Hay mucho trabajo detrás".
Barreda no se rinde
"Nunca hay que tirar la toalla. No sé decirte si podré competir. Siempre piensas que a ver si puedes mejorar esto, aquello, a ver si la etapa no es tan tortuosa, a ver si por delante se pierden un poco... quizá con todo eso se pueda hacer un buen trabajo. Estamos novenos y mañana salimos muy retrasados. A ver si hay caminos más cómodos y los ajustes de la moto y del vendaje me transmiten más confort a la zona. A ver si puedo ir a más".
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