El dilema ético de la nueva Fórmula 1: el valor económico de un accidente pesa más que el personal
El nuevo límite salarial provoca que los equipos teman los grandes golpes más por las pérdidas financieras que por la propia salud de los pilotos.
10 junio, 2022 10:15Noticias relacionadas
La vida y las personas son lo primero. Así suele funcionar todo en general. Pero la Fórmula 1 se aproxima a un punto en el que casi se podría afirmar que esa máxima no se cumple a rajatabla. Es lo que se pudo comprobar en el último Gran Premio de Monaco en el que lo de menos fue la impresionante victoria de un genial 'Checo' Pérez.
El trazado del Principado, el más importante de todo el calendario de la Fórmula 1 pesar de que esté sumido en una profunda crisis, siempre deja lecturas especiales. Sus muros, sus complicaciones y sus estrecheces suelen provocar importantes accidentes cuando los pilotos se ponen al límite superando con creces los 200 kilómetros por hora.
Una situación que hasta ahora había sido parte de la salsa y del propio riesgo de este peculiar fin de semana. Sin embargo, la vida de los pilotos siempre había estado por encima de todo. Lo que preocupa a la mayoría de los integrantes de la parrilla es que esto deje de ser así y que se empiece a mirar más el dinero y las pérdidas económicas que suponen estos accidentes antes que su propia integridad.
El primero de los ejemplos que ya hizo generar una cierta alarma se produjo cuando Daniel Ricciardo tuvo un fuerte accidente en los entrenamientos previos a la carrera. El corredor australiano perdió el control de su McLaren y se terminó estrellando contra el muro hasta en dos ocasiones, sufriendo importantes desperfectos en la parte delantera de su coche.
Asi se vio desde la grada el accidente de Ricciardo en Monaco. #F1 pic.twitter.com/VtKbwxRGVp
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El momento de mayor tensión llegó cuando uno de sus ingenieros le preguntó por la radio si creía que el monoplaza estaba bien. Daniel no se tomó nada bien este mensaje, ya que llegó antes que el propio interés por su integridad física. Por eso, el piloto respondió con un frío "yo estoy bien, gracias". Una comunicación que sin duda evidenció la enorme psicosis que existe en la Fórmula 1 actual.
El nuevo drama de la F1
Con la llegada de la nueva reglamentación, el límite presupuestario de los equipos se ha reducido drásticamente. Esto ha provocado que cada vez puedan llevar menos paquetes de mejoras a las carreras y que cuando sucede un accidente grave, esos destrozos que conllevan un coste adicional también provocan una reducción de la capacidad de encontrar mejoras para el monoplaza.
Una pescadilla que se muerde la cola. Al haber cada vez menos dinero, cada arreglo extra supone un bocado importante al presupuesto. Y si los daños son graves, el desastre se explica solo. Sin embargo, eso nunca debería anteponerse al interés por el estado del piloto que se juega la vida cada vez que se sube a un monoplaza.
Una situación parecida es la que se vive ahora en el equipo Haas, donde Mick Schumacher, hijo del heptacampeón del mundo y leyenda de Ferrari, ha sufrido ya dos graves accidentes. El último precisamente en Mónaco. El alemán se golpeó contra las protecciones y aunque el choque no pareció ser excesivamente fuerte, su monoplaza quedó totalmente destrozado e incluso roto en dos partes. Un drama para la escudería que ha vuelto a evidenciar la psicosis financiera que existe.
A dramatic crash for Mick Schumacher
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Este golpe fue muy parecido al sufrido por el joven piloto en Arabia Saudí. En Jeddah, su percance fue todavía más violento. Y todo ello ha provocado que desde Haas le hayan dado un toque: "Tendremos una conversación seria porque en algún momento nos quedaremos sin recambios... No podemos seguir fabricándolos. Y esa cantidad de dinero que tiras no puedes hacerlo físicamente".
Un golpe muy duro del jefe de la escudería a su piloto ante la preocupación que generan las averías en su VF-22. Guenther Steiner no se muerde la lengua y dispara con bala: "El chasis está siendo reparado. En sí mismo no está muy dañado, pero hay carenados y piezas adheridas que tuvimos que reemplazar". El drama es que Haas ya solo tiene un chasis disponible para Mick para lo que resta de temporada. Y todavía no se ha llegado al ecuador del calendario.
"El dinero siempre es un problema porque hay que pagar, pero en realidad el problema era tener suficientes piezas fabricadas... No tienes cinco moldes para carenados, tienes un molde y si sigues haciéndolos lleva tiempo... pero sobre todo, no puedes seguir gastando el dinero que no tienes".
Un severo correctivo que vuelve a poner de manifiesto que las preocupaciones financieras se están poniendo casi al mismo nivel que las vitales en la nueva Fórmula 1 de la crisis y el recorte. Especialmente si aquellos equipos que menos recursos tienen son los que más accidentes graves sufren.
Todo en un año en el que Mick está decepcionando y siendo superado ampliamente por su compañero Magnussen. Esto podría conducir a una mayor pérdida de confianza, una mayor presión y un mayor riesgo de volver a sufrir otro fuerte accidente que ponga en riesgo su vida.
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