Dicen que el Rally Dakar es la carrera de motor más exigente, extrema y especial del mundo. Se fundó en el año 1978 después de que un piloto de motos francés se perdiera en el desierto de Teneré, al norte de África, durante varios días. Su experiencia fue tan increíble que sintió la necesidad de plasmar su aventura en una carrera.
Así fue cómo se creó una prueba nacida para honrar el espíritu de Thierry Sabine y que, más de 40 años después, cada vez se parece menos a esa odisea que supuso para el corredor galo atravesar el desierto africano. Lo que en su día surgió como una aventura indescriptible para pilotos aficionados que iban cruzando países sin apenas organización, ha evolucionado hasta convertirse en la competición de rallys más famosa y mediática del planeta.
Sin embargo, dentro de esa comunidad millonaria marcada por el sello de la competición y el avance tecnológico sigue habiendo románticos que pretenden conservar el auténtico sabor del Dakar africano entre estructuras faraónicas y grandes presupuestos. Este es el caso de Javi Vega (1985), esquiador profesional, odontólogo y gran estrella del motociclismo español en la categoría Original by Motul de motos del Rally Dakar.
Javi afrontará en este 2024 un Rally Dakar muy diferente. Su gran desempeño en el año 2023, en el que quedó segundo de su categoría, le impide entrar en la clasificación de aquellos que compiten sin asistencia externa. Por ello, lo hará como embajador de la categoría Original by Motul.
Tras haber participado tres años junto a su ahora mujer Sara García, a quien pidió matrimonio en lo más alto del podio de Arabia Saudí en 2022, Vega regresa gracias al vital apoyo de su sponsor Pont Grup y de Yamaha a las dunas del desierto sin saber lo que le deparará esta nueva aventura que comenzará el 5 enero de 2024. Pero antes de comenzar su sexta participación ha sacado un rato para conversar del Dakar, de la competición y de la vida con EL ESPAÑOL.
¿Cómo explicas qué es la categoría Original by Motul y qué te hace sentir a ti personalmente?
Es una categoría diferente a jugar en Scratch. Es una categoría donde se intenta mantener un poco la esencia del Dakar africano. Sí que es verdad que por los tiempos que corren ahora, prevaleciendo la seguridad que hay, es complicado que realmente sea tan original como era en su día. Pero bueno, puede ser lo más parecido y es lo que más me motiva de participar en esta categoría.
Este será tu sexto Dakar. Los últimos cuatro han sido en Original. ¿Cómo ha ido cambiando y creciendo Javi en esta categoría?
Pues todo surgió con mi chica, con Sara. Al final salió el proyecto de poder ir juntos, yo como mochilero de ella. He estado cuatro años en el polvo haciendo un poco de mochilero. Sí que es verdad que ya ella va sola, no le hacía falta nada. Pero bueno, teníamos un proyecto que era que fuera la primera mujer en acabar esta categoría, algo que no había pasado nunca, entonces si necesitaba cualquier pieza o algo yo le ayudaría. Las dos motos eran iguales, todo igual. Íbamos a luchar por ese objetivo. El año pasado ella se rompió la rodilla, la tuvieron que operar y dijimos bueno, pues si puedo tener la oportunidad de ir solo, iré. Y en Pont Grup y en Yamaha siguieron ayudándome para poder ir solo, así que pude apretar un poco. Estudiando estos cuatro años esa categoría sabía que era más o menos factible estar a nivel de hacer podio. Entonces eso me motivó bastante para hacerlo bien y la verdad que al final tuve suerte y pude terminar segundo.
Hablábamos antes de lo importante que es la experiencia en el Dakar, seguramente es una de las competiciones en las que más marca la diferencia. ¿Cómo notas tú dentro de la carrera que ya has vivido ciertas situaciones y cómo vas aplicando todos esos pequeños aprendizajes?
Justo así. Incluso voy a llegar este año y va a ser todo igual que el año pasado porque en los vivacs todo está colocado de la misma forma. Sabes dónde están las duchas, el catering, tus carpas... está todo igual y es como no salir de eso. Al final es lo que dices, llevamos seis Dakar. Coges esa experiencia. Llegas al primero creyéndote el rey del mambo porque haces rallys y te das un buen tortazo de realidad porque es otra cosa totalmente diferente. Yo intento explicárselo a mis amigos, todas las experiencias que vivo y es imposible. Hasta que no estás ahí dentro y lo vives, es complicado.
¿Cómo se prepara un piloto de Original para un Dakar? Sobre todo en el aspecto del conocimiento de la mecánica. ¿Cómo se practica eso?
Relacionado con lo que decías antes de la experiencia que vas adquiriendo, pues llegas al primer Dakar y te despistas por todo. Que si fotos por aquí, entrevistas y al final la experiencia lo que te da es esa gestión del tiempo. Ahora en Arabia se hace de noche muy pronto, a las 18:00 horas ya es de noche, y si vas acumulando noches con sueño, se te echa encima todo. Aquí en Madrid trabajo con un psicólogo deportivo para gestionar un poco esa parte. Para mí creo que es un 70% en mi categoría, ya que descansamos poco, dormimos poco, comes mal y la cabeza se pone como un bombo. El psicólogo te da unas herramientas donde puedes coger tus truquitos. Yo me voy apuntando todo lo que tengo que hacer en el día. Desde prepararme un batido de proteínas o un recuperador hasta a ducharme.
"He vivido cosas desagradables en carrera como la muerte de Paulo Gonçalves"
En el primer Dakar fuimos penando desde el segundo día y me dio tiempo a ducharme un día en dos semanas. No teníamos tiempo para nada. Prefieres media hora más de descanso que gastar ese tiempo en otra cosa. Todo son prioridades al final, como todo en la vida. Esa experiencia que te da un sexto Dakar es clave para decir oye, termino la especial, tengo un enlace de carretera de 400 kilómetros, pues tengo que ordenar mi cabeza para saber que cuando llegue al vivac hay echar gasolina, lavar la moto y hacer toda la mecánica, comprobar filtros, cadena... todo. Montar tu tienda, hinchar el colchón, sacar la esterilla, ir a comer, si te da tiempo ir al briefing para saber lo que te vas a encontrar al día siguiente... Tenerlo todo un poco como si fuera militarizado para no despistarte mucho.
¿Cuál es la experiencia más dura que has vivido?
Con Sara, al ir un poco más atrás, realmente la inscripción que pagas es mejor porque ves todo el Dakar en vivo y en directo. Yendo en cabeza pues ves menos Dakar. He vivido cosas desagradables de accidentes. Estuve en la muerte de Paulo Gonçalves (12 de enero de 2020). Me marcó mucho también un caso de uno de Original que ganó el año anterior y cuando llegué a mi tercer Dakar le dije 'un año voy a intentar ganarlo yo'. Me dijo, 'tranquilo, eres joven, yo soy mayor, tranquilo'. Y al día siguiente vi la moto con sus botas y también había fallecido. Al final sabes que hay accidentes en esta carrera. Hablando con pilotos con más experiencia como Farreti (Gerard Farrés) o con el psicólogo deportivo te das cuenta de que si tienes un accidente te marca y te revienta el día. Entonces paras, ayudas, pero en el momento que vuelves a salir le das al botón de OK, sigues en marcha y tienes que hacer un reset, mente fría y seguir tu carrera.
Tus Dakar han sido muy especiales porque has corrido con Sara casi siempre. ¿Cómo es para ti esa sensación de cumplir tu sueño, pero también ver a tu pareja cumpliendo el suyo?
Al final es puro orgullo. Lo que consiga para mí es básico compartirlo con ella. Para mí ha sido súper fácil porque la presión la llevaba ella. Ella era la que tenía que hacer el resultado. Yo le daba un poco el apoyo, algo de lo que me he dado cuenta este año cuando he querido luchar por el podio. Ahí yo empezaba a sentir esa presión y le decía que casi que prefería ir con ella porque me lo pasaba mejor.
¿Echabas un poco de menos la competición que sí tuviste el año pasado en esos Dakar en los que ibas de apoyo de Sara?
Yo he sido esquiador profesional. He estado en el equipo nacional, he tenido bastante régimen militar de entrenamiento y llega un momento en el que acabas un poco cansado en tu parte deportiva y de competición. El año pasado, cuando volví al meollo, pues me volvió a entrar el gusanillo de competir, de luchar por ello y la verdad que me gustó. Me volvió a emocionar y esa parte me gustó mucho.
¿Cómo fueron esos últimos kilómetros del año 2021 completamente destrozado?
Eso fue durillo. Quedaban 30 kilómetros para acabar la especial, 30 kilómetros para acabar el Dakar. Sí que es verdad que después hacíamos un enlace de 140. Entramos a una zona de dunas Sara y yo en paralelo y al caerme en paralelo ella no me vio. Tiró y tiró y no paró y yo me quedé en el suelo. Me di un golpe y me quedé sin respiración. Me dije 'esto te ha pasado muchas veces, un poco de paciencia', pero no se me pasaba. Iba viniendo gente, me ayudaban. Me subí a la moto, intente subir una duna, pero era imposible. Había perdido todo el core, no me mantenía en pie y hasta llegó a bajar el helicóptero de la organización. Me dijeron 'súbete, no te puedes ni menear', pero no me iba a subir.
Me había hecho todo el Dakar e iba a terminarlo sí o sí. Me dijeron que era irresponsable y que si no me subía al helicóptero ahí lo iba a hacer en la siguiente duna. Entonces ahí tuve que respirar como pude e intentar por lo menos pasar dos dunas para dejar de ver el helicóptero. Me junté con un portugués y un español que me fueron escoltando, me dieron un par de analgésicos también que no sé ni lo que eran y conseguí llegar al final de esa especial. Hice 30 kilómetros y tardé tres horas en llegar y luego ya eran los 140 por carretera. Me los hice de pie para no ir sentado y no hacerme tanto daño. Y cuando llegué a meta me metieron directamente en la UVI. Me había roto nueve costillas, el esternón, el omóplato, un neumotórax... Al final, de un golpe tonto que te crees que no es nada, pero que por la adrenalina consigues llegar al final, estás una semana ingresado en Arabia y otra semana en Madrid.
Después de un final de 2021 tan traumático, llega el 2022, consigues terminar con Sara y cierras pidiéndole matrimonio en el podio e incluso te haces viral. ¿Cómo fue vivir todo eso?
Parece que fue aposta, pero no. Fue muy bonito. Llevábamos siete años juntos y creo que era el momento. Ella una vez me dijo que en público no y dije pues te vas a cagar. Llevé el anillo toda esa edición. Ese año fue del Covid. Estuvieron a punto de no dejarla correr y casi se me va todo al traste. Llegamos, podio final y nadie lo sabía. Lo hice un poco espontáneo y fue muy bonito. Fue para cerrar una etapa muy chula la verdad.
¿Cómo valoras el apoyo de un sponsor como Pont Grup y del equipo que te permite estar en esos escenarios, vivir tu vida al máximo y recordar momentos como esa pedida de matrimonio para toda la vida?
Sin apoyos como Pont Grup esto no sería posible. Yo necesito un presupuesto de unos 60.000 € para poder estar y no llegamos. Yo me tengo que comprar una moto, tengo que comprar los trajes, me tengo que buscar todo, entonces tenemos ese presupuesto para fundirlo en todo esto y tenemos que aportar un poco más de nuestro trabajo. Pero hay gente que es el sueño de su vida y dicen 'me sobran 60.000 €, me voy a hacer el Dakar'. Así te lo haces una vez, pero nosotros vamos a por el sexto. Ahí es donde se nota que sin su apoyo sería imposible.
Hablábamos antes de tu vuelta a la competición y a la competitividad en 2023. ¿Cómo fue 'perder' esa victoria en Original? ¿Se hizo duro ya que estabas tan cerca?
Me hacía ilusión hacer podio. Sí que es verdad que ganar no me lo esperaba. Gané cuatro etapas dentro de Original. Tampoco se lo creía la gente de Original, que al final el 70% son los mismos cada año. No se lo esperaban que yo podía estar ahí porque siempre yendo con Sara nos quedábamos a media tabla. Me dio un poco de rabia porque aún siendo una categoría Original, se van disipando un poco la esencia y las normas. Yo soy el que más me doy cuenta porque llevo una moto que no es de la marca que llevan el 90% de los pilotos de aquí y que les da acceso a un camión con recambios.
Entonces, bueno, hubo cosillas por ahí que al final el que ganó cambió el motor. Y sí, se puede cambiar un motor en categoría Scratch y te meten 15 minutos de penalización. Yo considero, por ejemplo, que si cambias un motor lo tienes que llevar en tu caja. Entonces sí que Mario Patrao, que iba detrás de mí, jugándose el podio, dijo oye, que este ha cambiado el motor y no se puede. Se lo fue a decir a los comisarios y los comisarios dijeron que teníamos que haber hecho fotos a ver si el motor estaba en su caja o no. Sí que es verdad que cuando acabó el Dakar salió un vídeo en YouTube del propio piloto cambiando el motor y sacándolo de una caja que la traía un camión externo.
Si llego a saber que me iban a dejar fuera de Original, el año pasado habría aflojado un poco para no hacer Top30.
Siempre he luchado porque en esa categoría haya la menor asistencia externa posible, pero hoy en día todos se quieren apuntar con un equipo de media y va el piloto en Original y una furgoneta con dos chicos de media en ese coche repleto de neumáticos, mousses, depósitos y cosillas que se pueden cambiar. Me da un poco de rabia, un poco de coraje y me gustaría realmente si algún día puedo aportar mi granito de arena para hacer esta categoría lo más dura posible como su nombre indica.
¿En qué momento te enteras de que tu buen Dakar de este año te iba a afectar para el 2024 a la hora de no poder entrar en la clasificación de Original? ¿Y cómo surge esa posibilidad de correrlo como embajador?
El año pasado ya lo empezaron a maquinar cuando se apuntó a Pedrero a la categoría y la normativa era de que ningún piloto elite, dorsal amarillo, pudiera participar en Original. Por un lado, lo veo lógico que un piloto profesional no esté ahí, que es una categoría más amateur, porque te puede dar mil vueltas. Loren (Lorenzo Santolino), con la velocidad que tiene, pues al final si no se cae y no rompe nada, puede hacer una mecánica simple y estar incluso luchando por Scratch adelante en el Top20.
A partir de lo de Pedrero, han establecido que si haces podio y Top30 te consideran que tu nivel ha subido. Si lo llego a saber antes, aflojo un poco y podía haber hecho el podio igualmente, pero sin hacer Top 30. La verdad es que me ha sentado un poco como un jarro de agua fría. Empiezo a entrenar todo el año para intentar ganarla y que ahora te digan que no, que eres embajador... Es otra cosa. Entonces vuelvo a empezar como si fuera mi aventura con Sara. Vamos a disfrutar de la carrera y ya veremos que pasa en un futuro.
¿Cómo ha sido tu preparación en este 2023?
Empecé en febrero a entrenar como un loco. Según llegas motivado tras quedar segundo piensas 'tengo que ir a ganar'. Empecé a mirar qué es lo que me faltaba, dónde flojeaba... Yo creo que los españoles sufrimos un poco más en las dunas, que no es nuestro terreno. Por eso he intentado ir a hacer un poco más de arena. En las piedras vamos más sueltos, mejor que el resto. Entrenas aspectos donde has fallado la otra vez y donde puedes mejorar. Siempre sale alguno nuevo, algún piloto que no conoces y siempre va a haber uno mejor que tú, pero el Dakar son muchos días. Hay que tener un poco el factor suerte ahí. Por eso entreno con mi psicólogo deportivo también para estar un poco calmado y centrado.
Para terminar, ¿cómo ves el futuro? ¿Cómo ves volver a correr con Sara o incluso esa posibilidad de correr juntos en coches?
Bueno, Sara se operó de la rodilla. Ha vuelto y está fuerte. El problema nuestro con el Dakar dura todo el año para poder llegar hasta el final. Tenemos sponsors que hemos cerrado a diez días de que empiece la carrera y gracias a eso vas más desahogado. Pero estás todo el año sacrificando mucho sin saber si vas a poder llegar o no, entonces te puede quemar bastante.
Ir en coche con ella sería brutal. Por qué no volver a empezar una aventura con ella. El presupuesto se triplica, está claro, pero bueno, ella no ha tirado la toalla con la moto. Está ahora centrada estudiando unas oposiciones que también son importantes. Es su plan B en la vida. Pero creo que puede volver. Y si me dice de volver, tengo claro que volvería con ella.