La muerte de Jules Bianchi y Justin Wilson han provocado una preocupación profunda en la FIA que busca nuevas formas para proteger aún más a los pilotos ante impactos en la cabeza en competiciones con monoplazas descubiertos.
Desde hace años la Federación experimenta formas de proteger las cabezas de los pilotos, único elemento físico que queda visible de estos tras sesenta años de evolución y mejora de las normas de seguridad en los monoplazas. Desde carlingas que cierran por completo el cockpit de los monoplazas como si de un caza de combate se tratase, pasando por parabrisas especiales como el que desarrolla Red Bull, hasta llegar al Halo testado la semana pasada en el circuito español.
Durante los test de pretemporada Ferrari ha probado la última solución que puede cambiar la estética de la Fórmula 1 tal cual la conocemos. La FIA quiere implantar este sistema a partir de 2017, mientras que el mes próximo se probará en pista la alternativa propuesta por Red Bull.
El primer piloto en probar el Halo fuera del simulador, en condiciones reales dentro de un circuito de verdad, ha sido Kimi Räikkönen, quien no ha querido mostrar su opinión limitándose a analizar el campo de visión de un sistema que pone un montante vertical justo delante de la cabeza del piloto para soportar la estructura que protege todo el contorno del casco con el fin, por ejemplo, de prevenir impactos como el de una rueda perdida durante un Gran Premio. Para el finlandés la visibilidad se ha reducido aunque menos de lo esperado. "Es un poco limitada hacia delante, pero el diseño irá cambiando”, declaró tras bajarse de su coche.
Philipe Bianchi ha sido crítico con la nueva solución propuesta por la FIA, desarrollada tras el trágico accidente que llevó a la muerte de su hijo, joven promesa destinada a ser piloto de la mítica Scuderia Ferrari.
El padre de Jules Bianchi, ha admitido que la propuesta es “un paso hacia delante en términos de seguridad”, aunque pone en duda el sistema alegando que en el caso de su hijo no hubiera cambiado el devenir de los acontecimientos. “Para Jules no habría cambiado nada, porque fue una deceleración extremadamente violenta la que causó los daños al cerebro”.
El progenitor apuesta por el incremento en la seguridad que ya proporciona el sistema HANS, ampliando sus capacidades. “Con el HANS se podría ayudar a absorber las grandes deceleraciones que se producen en caso de grandes impactos”. De esta forma se suma al coro de quienes como Hamilton o Hulkenberg son contrarios a un elemento que rompe una tradición de monoplazas abiertos que es la esencia de la Fórmula 1 desde hace más de sesenta años.
Los pilotos más ‘arriesgados’ ponen el grito en el cielo
La posibilidad de la implantación de este aparatoso elemento que rompe la imagen de los bólidos tal cual los conocemos desde hace décadas ha dividido al paddock. El actual campeón del mundo Lewis Hamilton ha clamado a los cuatro vientos desde su cuenta en Instagram con un rotundo “Por favor, !NO!”, exclamación que acompañaba con la fotografía del Ferrari SF16-H de Räikkönen.
El tres veces campeón del mundo siempre ha sido un purista de la categoría y su opinión ha dado la vuelta al mundo gracias al altavoz de las redes sociales y el eco de los medios. Hamilton era contundente: “Esta es la modificación más fea de la historia de la Fórmula 1”. Y aún reconociendo el trabajo en pos de la seguridad, renegaba de las nuevas alternativas: “Aprecio la apuesta por la seguridad pero esto es Fórmula 1 y tal cual están las cosas ahora esta perfectamente bien”, añadió.
El británico es consciente del riesgo que supone pilotar un monoplaza pero antepone el espíritu y la nostalgia por una competición que respete sus tradiciones y sus señas de identidad.
Niko Hulkenberg también ha dejado bien claro lo que piensa sumándose a los detractores del Halo, al que ha tildado de “horrible”, mostrando su contundente negativa a que esta solución se implante y el riesgo de “enviar el mensaje equivocado, al ser la F1 segura en estos momentos”.
El piloto alemán advierte del riesgo de “esterilizar un deporte donde debe existir un elemento de riesgo que le da un atractivo sexy que la F1 necesita”. Sobre la base de los avances en materia de seguridad tanto en los coches como en los circuitos, Hulkenberg se compromete al afirmar que “la seguridad en la Fórmula 1 son muy elevados y estoy dispuesto a aceptar esos riesgos y a seguir corriendo como hasta ahora”.
Otros pilotos se suman al desencanto estético que el Halo ha generado en todo el paddock. Es el caso de Felipe Massa, quien sufrió un grave accidente por un elemento de otro monoplaza que golpeó dramáticamente en su cabeza en el GP de Hungría de 2009, incidente contra el que el Halo no ofrecería una protección cien por cien efectiva en su versión probada. El brasileño fue claro al afirmar que “no parece nada bonito”, aunque resignado estará dispuesto a usarlo “si es bueno para la seguridad”.
Pilotos en pos de eliminar todo riesgo
Como si de un intento de poner ‘ruedines’ a las monturas de los pilotos de MotoGP para evitar caídas, la FIA sigue adelante en su empeño de reducir los riesgo y daños de los participantes del mundial entre los cuales no solamente hay opositores.
El compañero del máximo opositor y campeón del mundo Lewis Hamilton se ha erigido como gran defensor de la idea. Nico Rosberg ha usado también las redes sociales para sondear a sus seguidores sobre la polémica iniciativa probada por Ferrari para la FIA. Desde Twitter e Instagram ha podido constatar como la gran mayoría rechazaba lo que defiende como una “Gran cosa”, que suscribe y apoya plenamente. “Mi opinión es que es una gran paso hacia adelante en seguridad como consecuencia de las fatalidades que hemos sufrido en el mundo de las carreras en los últimos años”, comentó.
El Halo llega hasta a cautivar al eterno segundo de Mercedes desde el punto de vista estético, que dijo que "con unas pocas vueltas de cabeza podría hasta resultar atractivo, estoy cien por ciento a favor”.
La propuesta del Halo no ha dejado indiferente a nadie, suscitando polémica entre los puristas que defiende el riesgo como un valor extra a tener en cuenta como Hamilton y Hulkenberg, frente a otros como Daniel Ricciardo quien ha contestado directamente al piloto alemán aludiendo que “no hay necesidad de ser un héroe en diferentes situaciones”. Para el piloto australiano no hay motivos para estar en contra. “No entiendo por qué motivo se puede estar en contra de este dispositivo, verdaderamente no tiene sentido”, comentó el piloto de Red Bull.
El difícil equilibrio entre seguridad total y el espectáculo de quien quiere ver cada domingo a auténticos héroes luchando sobre las pistas conscientes del riesgo que les acecha en cada curva, incentiva si cabe aún más la polémica en una Fórmula 1 que busca una identidad menos clara cada día.
El ser humano tiene una curiosa adicción al riesgo por naturaleza. Esta ha sido uno de los alicientes de quienes se han puesto al límite de lo humano y lo mecánico cae vez que un piloto se ha subido a un bólido de carreras desde que el primer motor de explosión comenzó a palpitar. La seguridad es necesaria, pero ¿cuántos habrían levantado su cabeza si el funambulista Philippe Petit hubiera cruzado las torres gemelas de Nueva York con una red bajo los 42 metros que las separaban?.