Los primeros kilómetros de la Fórmula 1 en Azerbaiyán situaban al embajador de la prueba del Mar Caspio en una sorprendente cuarta posición que disparaba las ilusiones del ejército de fieles seguidores que siguen a la figura del campeón español año tras año y equipo tras equipo.
La bajada de la bandera a cuadros finalizaba la prórroga de dos minutos consecuencia del fallo protagonizado por el ansia descontrolada de Hamilton a la salida de la curva ocho han borrado de un plumazo las esperanzas de quienes habían dejado volar su imaginación entre titulares esperanzadores y declaraciones grandilocuentes durante la jornada del viernes.
Tras la clasificación, la pregunta que muchos aficionados se hacen tras ver a su héroe en decimocuarta posición y al compañero de este cuarto por la cola es: ¿Cómo es esto posible?
ALONSO, CUARTO
Fernando Alonso comenzó cuarto este viernes a tan sólo 1.55 segundos del mejor tiempo de Lewis Hamilton, por la tarde la diferencia de su McLaren-Honda se agrandó a +2.27 segundos, el sábado por la mañana su coche se acercaba hasta los +1.78 segundos del mejor tiempo del actual campeón del mundo.
Pero cuando llega el momento de la verdad el cronómetro no respeta las promesas de los protagonistas y dicta sentencia. El mejor tiempo de Alonso era de 1:45.270 mientras que Nico Rosberg se llevaba la pole marcando en un extraordinario 1:42.758.
La comparativa muestra el largo recorrido que el equipo en el que millones de personas tienen depositadas todas sus esperanzas tiene por delante. McLaren-Honda en Baku ha mejorado de viernes a sábado en 2.7 segundos mientras que Mercedes casi dobla esa cifra reduciendo sus tiempos en 4.2 segundos. Ferrari, por detrás de Alonso en la FP1 del viernes, ha mejorado en 5.1 segundos en 24 horas.
¿Nos han vendido un imposible?
Honda continúa una lenta y quién sabe si errática evolución de su unidad de potencia sin querer gastar aún las fichas disponibles de desarrollo a pesar que en 2017 estas dejarán de existir.
Por su parte McLaren y Alonso venden las bondades de un chasis que la realidad muestra aún lejos del nivel necesario para luchar cara a cara con el trabajo de matrícula de honor que cada fin de semana pone Mercedes sobre la pista al que los más listos de la clase como son Ferrari y Red Bull se acercan en determinadas ocasiones.
El resultado son más promesas que hechos certeros que demuestren como la unión de McLaren-Honda es la alternativa adecuada para que Fernando Alonso haga realidad su obsesivo sueño de proclamarse Campeón del Mundo por tercera vez.
Para batir a Mercedes no sólo hace falta un motor, perdón unidad de potencia, de primera línea. La aerodinámica, suspensiones, estrategia, fiabilidad deben de estar también en la cumbre rozando y hasta superando la excelencia. Sin estos elementos se puede llegar arriba, pero la parrilla actual está llena de segundones que no culminan los deberes y la realidad es que McLaren-Honda ni tan siquiera está en ese grupo.
Un historial pesante
Un chasis al máximo nivel no es fácil de conseguir y el equipo de Alonso flaquea en ese área desde hace años, como cuando no supo aprovechar la ventaja de contar con la mejor unidad de potencia, el año del debut de la F1 híbrida, aunque de cara a la galería no pare de lanzar mensajes que se contradicen continuamente con los resultados de sus monoplazas en la pista.
El fichaje que marcaba el retorno de Fernando Alonso a McLaren estaba lleno de reminiscencias de la etapa más gloriosa del equipo de Woking que fue posible gracias a la unión del innovador y vanguardista chasis diseñado por Gordon Murray con el imparable motor Honda que marcó una era de dominio incontestable que dio a Ayrton Senna su primer título como campeón del mundo.
Desde la presentación y hasta el día de hoy las declaraciones tanto del equipo como del piloto español tratan de revivir en el imaginario colectivo la colaboración anglo-nipona que propició 44 victorias entre 1988 y 1992 olvidando, quién sabe el porqué, el largo y oscuro paso de Honda por la Fórmula 1 como motorista y constructor durante la más reciente primera década del siglo XXI.
No hace tanto que Honda salió por la puerta de atrás de la Fórmula 1 tras vender su equipo a Ross Brawn por una Libra Esterlina. El británico convirtió a un equipo que finalizó en novena posición en manos de los japoneses (la misma que McLaren en 2015) en dominador y campeón del mundo tras deshacerse del paupérrimo motor nipón al unir al potencial del doble difusor el V8 Mercedes.
La historia reciente de Honda como motorista en la Fórmula 1 es tan austera como los resultados de los últimos años de McLaren que están suponiendo para el constructor de chasis sus peores registros de la historia de un equipo que forma parte de la nobleza de la Fórmula 1.
Promesas frente a resultados
Tras la cita española y ante la llegada del GP de Mónaco tanto Ron Dennis como Fernando Alonso presumían públicamente de las bondades de un chasis que situaban casi al nivel de Mercedes o Red Bull. El crecimiento del equipo durante la temporada parecía hacer soñar con un súper-resultado en la pista donde el motor no se echa de menos y el matrimonio chasis-piloto marca diferencias.
La realidad no fue la esperada pese a que Fernando Alonso obró el enésimo milagro adjudicándose un óptimo quinto puesto, pero a 1.42 minutos de distancia de Hamilton y nada menos que casi minuto y medio de diferencia con Ferrari al que sus declaraciones daban, tácitamente, por superado a nivel de chasis.
Poco antes de llegar al Gran Premio de Canadá nuevamente Ron Dennis llenaba los titulares pronosticando orgulloso que el único sucesor de Mercedes como campeón del mundo será McLaren-Honda. En la fantástica pista de Montreal Alonso volvía a demostrar su talento sacando la milésima extra que sólo él sabe exprimir de su montura, aunque ésta sea un patinete de madera, metiendo su monoplaza nuevamente entre los diez mejores.
A la hora de la verdad, en carrera, la cita canadiense arrojó un resultado negativo con un aparatoso abandono por parte de Jenson Button en la vuelta nueve y la undécima posición final de Fernando Alonso que con su teórico tercer mejor chasis del mundial finalizaba a una vuelta del líder.
Desde Canadá Alonso llegaba al Gran Premio del que es embajador mundial declarando que de continuar con el desarrollo actual en el equipo estaba convencido de verse luchando por la cuarta posición final del campeonato de constructores a final de temporada.
La cuarta posición actual está en poder del equipo Williams quien ha colocado a sus dos pilotos en Q3 en Baku en sexta y octava posición y que cuenta con un botín de 84 puntos en el campeonato de constructores mientras que McLaren-Honda, fuera de nuevo de los diez mejores el sábado, contabiliza 24, dos más que el debutante en la categoría Haas un equipo con cero historia en la Fórmula 1.
Fernando Alonso advertía ante la prensa que su equipo era capaz de evolucionar y preparar el coche del año próximo a la vez que lamentaba de la posibilidad de que en Woking den por concluido el desarrollo del monoplaza 2016 para centrar todos los recursos en el nuevo coche de la próxima temporada donde tienen puestas todas sus esperanzas y nuevas promesas de éxito el año en el que expira el contrato del campeón español.
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