Un soplo de aire fresco comienza a renovar el cargado y anquilosado ambiente del paddock de la Fórmula 1. Irónicamente, a pesar de ser un referente tecnológico que puede rivalizar en algunos factores con la ingeniería aeroespacial de ESA y NASA, o la industria militar más avanzada, vive en un mundo cerrado y endogámico donde cualquier avance o revolución parece a veces un imposible.
La situación actual que no gusta a nadie
La poco atractiva Fórmula 1 actual es uno de los motivos que han llevado a Fernando Alonso a plantearse seriamente su retirada, pero esta se sigue posponiendo principalmente por la esperanza de volver a divertirse como antaño al volante de la máquina más rápida en curva creada por el hombre.
Hamilton, por su parte, acaba de hacer público su deseo de vivir una F1 más física y espectacular en con la comparación con la fácil y poco desafiante era de los monoplazas actuales. “Espero que pueda asombrarme y sorprenderme de las mejoras que tendremos en carrera”, declaraba esta misma semana el británico.
La simbiosis entre pilotos y público es la consecuencia de un mismo deseo: el de una categoría que ponga a prueba el físico de los pilotos y que el reto sea adelantar y ganar a la mayor velocidad posible. Y que no sea como Alonso y Hamilton denuncian día tras día, retratando la situación actual donde en palabras de este último: “Se trata de estar atento al consumo de neumáticos, de la batería, del turbo y de una serie de elementos que no interesan a la gente que nos ve”.
Coches más rápidos hasta cuando estén parados
La F1 del próximo año sufrirá un lavado de cara importante. La propuesta de Red Bull ha logrado abrirse paso con una idea en mente: los monoplazas deben resultar irresistiblemente atractivos y dar sensación de velocidad hasta cuando estén parados.
Para conseguir esto, la F1 de 2017 se dotará de gomas tamaño XXL que están siendo desarrolladas en la actualidad como informó EL ESPAÑOL. Unidades de potencia que lleguen a los 1000 CV y una nueva aerodinámica con alerones más anchos y bajos delante y sobre todo detrás para aumentar la carga aerodinámica con el objetivo de reducir entre tres y cinco segundos los tiempo por vuelta actuales aumentando de paso el nivel físico exigido a los pilotos. El regreso a una estética del pasado pretende seducir a los aficionados del mañana.
Carlos Sainz ya ha avisado que “los coches del año próximo parecen sacados de otra categoría” pudiendo sorprender y hasta “asustar” a los pilotos por las prestaciones que pondrán sobre las pistas del mundial donde pilotar al límite ya no será un paseo en taxi como hoy en día. Al menos esas son las esperanzas que albergan los protagonistas y los aficionados.
Dar al público lo que realmente quiere
Las repetidas quejas de Fernando Alonso han sido respaldadas por Hamilton. “Las personas quieren vernos ir al límite y realizar adelantamientos al límite”. Mientras la Fórmula 1 especula sobre el futuro que sus nuevos propietarios de Liberty Media pueden ofrecer gracias a las redes sociales, lo primero que hay que garantizar es que el producto base sea atractivo. A día de hoy no todo es cuestión de comunicación, si la materia prima falla no hay marketing que venda lo que para el público no tienen atractivo.
En 2017 la Fórmula 1 se juega su futuro donde el espectáculo de los pilotos y la velocidad deben imponerse al ahorro de carburante, gestión de neumáticos y la superioridad de un sólo equipo para poder entrar con un producto atractivo que resulte irresistible para el público del siglo XXI.
Mejoras claves del reglamento
Un mejor espectáculo necesita también de una buenas normas. Por este motivo la FIA acaba de clarificar dos aspectos que por una parte mejoran el espectáculo y por otra eviten las ‘trampas’ de algunos equipos. En 2017 llueva o no el semáforo dará la salida del Gran Premio. En caso de que el líquido elemento haga aparición los coches saldrán tras el coche de seguridad pero una vez la pista recupere sus condiciones, la salida se realizará con los monoplazas en la parrilla de salida y no lanzada como hasta ahora.
Por su parte los equipos no podrán cambiar varias de veces de motor o elementos de la unidad de potencia durante el fin de semana descontando una única penalización como hizo Hamilton en Spa poniendo fin a un truco en plena fase de expansión en la fase final de la presente temporada.