Había luz al final del túnel. Había esperanza. Pero en McLaren la alegría no dura nada. De hecho, nada de nada. Apenas una vuelta estuvo en carrera Fernando Alonso después de que el Toro Rosso de Daniil Kvyat le tocase en la salida y obligase al astriano a dirigirse a boxes y abandonar el Gran Premio de Austria en el Circuito Red Bull Ring.
"Es una pena porque no es nada que esté en nuestras manos", señaló el español en la zona mixta a los micrófonos de Movistar+. "Carlos (Sainz) y (Max) Verstappen habían tenido problemas y habíamos salido bien, habíamos recuperado dos posiciones. Luego nos tocaron y nos arruinaron un par de carreras", puntualizó refiriéndose al hecho de que en el próximo Gran Premio, en Silverstone, será el último en la parrilla de salida después de verse forzado a cambiar hoy el motor.
"En las salidas, a veces, cuando se está luchando, pasan estas cosas. Y cuando están en la parte trasera suele haber más problemas. Nos ha tocado a nosotros. Esperemos que la próxima vez no sea para nosotros", dijo afectado el piloto español.
A pesar del resultado final del fin de semana, McLaren sale del circuito de la localidad austriaca de Spielberg con buenas sensaciones. Pese a que durante las rondas de entrenamientos libres los bólidos de Alonso y del holandés Sotffel Vandoorne, su compañero en McLaren, terminaron últimos en la clasificación de la velocidad punta de los monoplazas, la nueva configuración del motor Honda se ha mostrado más estable y fiable que en todo el campeonato. De hecho, el viernes, Vandoorne terminó séptimo y Alonso fue noveno en los entrenamientos.
En Silverstone, Fernando Alonso saldrá último después de que algunos problemas le hayan obligado a montar para la carrera de Austria la configuración antigua del motor en su monoplaza, con la consecuente sanción, aunque el español, al menos sobre el papel de los resultados de este fin de semana, tendrá un monoplaza más fiable con el que intentar la remontada.