Giles Muller (Luxemburgo, 1983) es uno de los pocos especialistas que quedan sobre hierba y una importante amenaza para Rafael Nadal en los octavos de final de Wimbledon. El luxemburgués, que llega al partido en el mejor momento de su carrera (26 del mundo, su ránking más alto de siempre), ya sabe lo que es ganar al mallorquín en el tercer grande del año, porque lo hizo en 2005.
Horas antes del encuentro, Muller se sentó con este periódico y otros dos medios españoles para hablar de lo que se le viene encima este lunes en la catedral del juego de ataque, que es su forma de llegar a las victorias y el mayor problema al que se enfrenta el número dos camino de los cuartos de final.
En enero ganó en Sídney el primer título de su carrera y hace unas semanas consiguió el segundo en ’s-Hertogenbosch. ¿Por qué han tenido que pasar más de 15 años desde que comenzó a jugar?
Me siento muy bien, especialmente porque después de mi última lesión no estaba seguro de si podría volver a jugar. Llegar a este nivel en los dos últimos años significa mucho para mí. Siempre es bonito ver que el sacrificio y el trabajo duro dan sus frutos. Trabajar durante tanto tiempo para algo y que no salga… A veces estás nervioso y tenso por eso. Así que cuando pasa te quitas un gran peso de encima y haces muchas cosas más fáciles, lo ves todo de un modo diferente.
A los 34 años, y tras encontrar el equilibrio entre la parte personal y la profesional, ¿cómo definiría su vida?
Estoy muy feliz ahora mismo, todo esto marcha en la buena dirección. En mi trabajo me va bien porque estoy en el mejor momento de mi carrera. Y en mi vida privada todo va bien también, tengo una familia y dos hijos sanos. No puedo pedir nada más.
¿Están aquí?
No están, pero cada días hacemos videollamadas e intentamos estar en contacto. Y es uno de los mejores momentos del día. Todavía no están de vacaciones, tienen una semana más de colegio.
Pronto llegará a los 5.000 aces en su carrera y en este Wimbledon nadie ha disparado más saques directos que usted. ¿Qué le dicen las cifras?
Obviamente, el saque es una de mis principales armas, pero yo no me siento como el tipo de jugador que saca muy duro y con mucha potencia. Creo que uso mi saque a la perfección, subo a la red, puedo jugar de fondo, mezclo jugadas y mi rival nunca sabe qué esperar.
Cuando un jugador alto saca todo el rato y sube a la red, ya sé que tengo que bloquear los restos y después jugarle a sus pies, pero a veces también me quedo al fondo de la pista, resto bien el servicio y me llega un golpe fácil. Es duro para los contrarios acostumbrarse a eso y creo que es mi principal cualidad, que mezclo muchas estrategias y es difícil leer mi juego.
Ha ganado 10 de los 11 partidos que ha jugado en hierba este año.
Estoy siendo consistente. Es muy importante porque en hierba las cosas pasan rapidísimo. Puedes perder un juego, algunos puntos y se te escapa el partido. Y eso lo estoy haciendo muy bien, estoy muy centrado, sobre todo en los momentos clave. Pero no creo que esté jugando mi mejor tenis, jugué dos buenos encuentros en Holanda, en las semifinales y la final. Los otros partidos los he jugado bien, pero no ha sido mi mejor tenis.
“Si le quitamos el saque, la hierba sería la superficie más divertida”, dijo Rafael Nadal, su rival de este lunes por los cuartos de final.
La hierba es una superficie muy entretenida y tiene una gran relación con la tradición. Obviamente, Wimbledon es el torneo más antiguo, el Grand Slam con más años. Ya no se ve la estrategia de saque y volea, la gente no sube casi a la red, pero para mí es muy entretenida y parte del tenis y de la tradición.
¿Por qué no se volea hoy?
A mí me gusta. Además, es mejor para mí y para la gente que juega con esa estrategia. Cuanta menos gente haya jugando así, el resto de tenistas estarán menos acostumbrados. Me gustaría verlo más, es un gran estilo de juego. Me gustaba ver los partidos de McEnroe o Edberg. Es un gran estilo de juego.
Imagine que le dejan robarle un golpe a este Nadal. ¿Qué le quitaría?
A Nadal no le robaría un golpe, le robaría las piernas. Se mueve muy rápido por la pista y es una de sus principales cualidades: cómo cubre la pista y cómo se defiende. Todos sus golpes son buenos, pero sus movimientos son realmente increíbles.
Ya le ganó aquí en 2005. ¿Qué tiene que hacer el lunes para repetirlo?
Ha pasado mucho tiempo desde entonces, los dos hemos mejorado mucho nuestro tenis en hierba, sobre todo él. En 2005, Nadal no era el jugador en hierba que es hoy. Ya ganó dos veces aquí y con los años se convirtió en un gran tenista de césped.
Para mí, las opciones de victoria estarán en el saque. Tengo que tratar de ganar mis servicios y mantenerme en el partido porque Nadal también saca muy bien aquí, es zurdo... Creo que no he jugado con ningún zurdo este año en césped. Será diferente, pero tengo que estar pendiente de mi servicio.
¿Le sorprende su forma de volver a recuperarse una vez más?
Es impresionante porque mucha gente no lo esperaba, pero tengo que decir que yo sí me los imaginaba a él y a Federer de vuelta a este nivel. Pueden volver siempre porque son grandes jugadores, obviamente tuvieron lesiones en las últimas temporadas, pero si se recuperaban yo estaba convencido de que podrían regresar a su mejor nivel. No me sorprendió, lo que sí me sorprende es que estén dominando el tenis ahora mismo.
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