En la pista número dos de Wimbledon, apartada por tercer partido consecutivo de los estadios principales, Garbiñe Muguruza levantó un dedo para proclamarse candidata al título, por si quedaba alguna duda. Al vencer 6-2 y 6-2 a Sorana Cirstea y llegar a los octavos de final, la española completó una primera semana perfecta (sin ceder un set y con resultados holgados) y se citó el lunes con Angelique Kerber (4-6, 7-6 y 6-4 a Shelby Rogers) en un duelo donde necesitará mantener el brillante nivel de las rondas iniciales si quiere soñar con abrirse camino hacia los cuartos. [Narración y estadísticas]
“Tengo bastante acierto últimamente”, reconoció luego la española ante los periodistas. “Soy una jugadora agresiva, que va a por sus tiros. Suelo arriesgar, así que fallo bastante. En eso se basa mi juego también, en cometer errores arriesgando más. Ahora estoy eligiendo mejor qué bola arriesgar y acierto”, continuó Garbiñe. “Estoy valorando qué tiro es el adecuado para soltar el brazo y no fallar bolas tontas”.
Una vez más, la impecable salida de Muguruza dejó sin opciones a su contraria y condicionó el desarrollo del cruce. La española, que mandaba 4-1 en un parpadeo, fue capaz de producir un tenis similar al de sus otros dos partidos en el torneo, mezclando ataque y defensa sin perder la cabeza. Garbiñe pegó (18 ganadores), como no podía ser de otra forma en una jugadora que lleva ese estilo de juego en la sangre, pero también midió muy bien cuándo y cómo hacerlo para no enredarse en sí misma.
La campeona de un grande, acostumbrada a llevarse por delante a sus rivales por pura fuerza, ha aceptado el control como una interesante forma de evitarse problemas. Ante Cirstea, por ejemplo, Muguruza supo muy bien qué intercambios le exigían elegir la lanza y qué otros optar por el escudo. Sin caer nunca en la desesperación, que en muchos partidos del pasado le ha costado derrotas que deberían haber sido victorias, la española tomó pronto ventaja en ambos parciales, salvó las dos oportunidades de break de Cirstea (no cedió su saque nunca) y celebró el triunfo, que remarca su candidatura a todo.
“Las primeras rondas son difíciles”, recordó la número 15, que históricamente ha sufrido mucho en el tramo inicial de los grandes. “Yo me motivo mucho en un Grand Slam, siempre quiero más. Estar en la segunda semana quiere decir que ahora empiezan los partidos más difíciles, donde te enfrentas a las mejores jugadoras. Espero estar lista para ello”, cerró Muguruza, que nunca antes había cruzado la primera semana de Wimbledon sin dejarse un set por el camino.
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