“¿Has saltado a pista por el dinero?”. La pregunta que un periodista británico le hizo a Nicolás Almagro durante el pasado Abierto de Australia, y que abrió un debate frecuente en cada Grand Slam, volvió a escucharse en Wimbledon solo seis meses después. El martes, cuando la primera ronda del torneo quedó completada, ocho retiradas (Nick Kyrgios, Denis Istomin, Viktor Troicki, Alexandr Dolgopolov, Janko Tipsarevic, Feliciano López y Martin Klizan en el cuadro masculino; Anastasia Popatova en el femenino) dividieron al vestuario por la misma razón de siempre: al jugar un solo punto, los que abandonaron se llevaron 35.000 libras (algo más de 39.000 euros), no dejaron su plaza en el cuadro final a otro jugador sano (lucky loser) y privaron al público de ver el espectáculo por el que habían pagado una entrada bastante cara.
“Para muchos de estos jugadores el premio de la primera ronda significa un colchón muy importante de cara al resto del año”, reflexionó Rafael Nadal tras llegar a la tercera ronda. “Cuando alguien ve en la página de la ATP lo que ha ganado un tenista queda muy bonito, pero no se cuentan todos los gastos que tenemos. Pagamos viajes, entrenadores, preparadores físicos, fisioterapeutas… De lo que pone que se gana a lo que realmente uno se queda hay una diferencia muy grande”, prosiguió el campeón de 15 grandes. “La gente se ha ganado el derecho por méritos propios a entrar en el torneo y llevarse ese dinero. Dicho esto, queda feo saltar a pista si uno sabe que está mal. La ATP le puso remedio y es una iniciativa muy coherente con la que todo el mundo se queda contento: el que se ha ganado el derecho a tener ese dinero lo gana igual y le sirve para cubrir gastos y los que han perdido en la fase previa tienen la puerta abierta para jugar”, cerró el número dos.
Nadal, claro, se refiere a la decisión que tomaron los rectores del circuito masculino a principios de 2017, una iniciativa que pusieron a prueba durante esta temporada y que someterán a valoración cuando acabe el curso. Buscando evitar que los jugadores salten a jugar lesionados solo para recibir el premio, los torneos del circuito ATP adaptaron una medida recogida en el capítulo número tres de la página 35 del libro de reglas: pagar el dinero de la primera ronda a un tenista que no pueda jugar por problemas físicos, abortando la situación de raíz y dando la opción a otro (lucky loser) de ocupar ese lugar sin cobrar nada, pero ofreciéndole la oportunidad de salir a pelear por la victoria y el pase a la segunda ronda, donde ya recibiría el premio económico que le corresponda. Sin embargo, y pese que las retiradas siguen produciéndose en cada Grand Slam, la Federación Internacional de Tenis (el organismo que se ocupa de los cuatro grandes), no ha dado un paso adelante para imitar la regla.
“Quizás los torneos del Grand Slam deberían echar un ojo a este punto y ver qué pueden hacer por los jugadores para que todo sea más fácil”, opinó Roger Federer, que precisamente pasó a segunda ronda tras el abandono de Dolgopolov. “La pregunta siempre es si deberían empezar el partido. Y eso solo lo puede responder el jugador. Por mucho que merezca estar ahí, uno esperaría que dejara el puesto a otro porque su físico no le permite jugar”, siguió el suizo. “Un jugador no debería salir a la pista si sabe que no puede terminar. Si cree que va a acabar el partido, entonces me parece bien que juegue. Si no, creo que debería dejar su lugar”, continuó el campeón de 18 grandes. “También es verdad que a veces los milagros ocurren: quizás el otro tenista se retira o también arrastra una lesión. Si ganas tienes un día de descanso e igual te encuentras mejor para el siguiente partido. Todas esas cuestiones entran también en la ecuación. Nunca sabes los motivos de un jugador”.
En 2015, durante el Abierto de los Estados Unidos, 12 tenistas se retiraron en la primera ronda del torneo, marcando un récord en la Era Open (desde 1968) de abandonos en un torneo grande. Yen-Hsun Lu, Radek Stepanek, Pablo Andújar, Gael Monfils, Florian Mayer, Thanasi Kokkinakis, Aleksandr Nedovyesov, Ernests Gulbis, Marcos Baghdatis, Dolgopolov, Marina Erakovic y Vitalia Diatchenko dijeron adiós sin acabar sus partidos, pero se llevaron los más de 34.000 euros de premio por participar.
“La carrera de tenista no es por 30 años y que la gente que nos mira por televisión no piense que los que compiten en un Grand Slam son millonarios porque ni mucho menos”, dijo entonces Nadal cuando le preguntaron por la oleada de retiradas. “Mucha gente aquí hace lo que puede para sobrevivir y para intentar asegurarse un futuro. La realidad es que en el mundo del tenis se gana dinero, pero especialmente los de arriba. Los siguientes también lo ganan, pero tienen muchos gastos. Hay que ponerse en la piel de esa gente, a la que 39.500 dólares les aseguran unos gastos que tienen habituales”, continuó el mallorquín. “Son jugadores que luchan cada semana, que no están siempre en el circuito ATP y que muchas veces juegan Challengers y pierden dinero haciéndolo. Aquí se aseguran poder tener la capacidad de seguir compitiendo al más alto nivel. Y se han ganado el derecho a entrar en este torneo por todo el trabajo que han hecho durante el año. La pregunta es: ¿Qué haría la gente que tiene un sueldo normal si se le pusiera esto delante?”, cuestionó el campeón de 15 grandes. “Ellos son gente normal, no son los jugadores de arriba”.
Entonces, los mandatorios se sentaron a darle vueltas al problema y planearon dividir las ganancias (70% para el jugador con acceso al cuadro final y 30% para el lucky loser que ocupase su lugar) si un médico certificaba en el torneo que el primero no estaba en condiciones de salir a jugar. Tras estudiar la medida y adecuarla, la ATP creó la nueva regla (On-site Withdrawal/ Lucky Loser Compensation), cambió el reparto de la compensación económica (100% para el tenista que deja su plaza a otro) y empezó a probarla en 2017, con una aceptación total entre los jugadores.
“Yo apoyo esa regla”, coincidió Novak Djokovic, que también superó su estreno en Wimbledon después del abandono de Martin Klizan. Ahora, lógicamente, falta lo más importante: que la ITF también la apoye y se termine la eterna sospecha de los abandonos en un Grand Slam.
Noticias relacionadas
- Garbiñe Muguruza se sube al método Conchita Martínez en Wimbledon
- Nadal, a tercera ronda de Wimbledon tras desmenuzar a Young
- Feliciano y Ferrer, el mundo al revés
- Nadal y la aventura de la red
- Muguruza toma Wimbledon: estreno con victoria ante Alexandrova
- La ascensión de Garín: Chile, la Rafa Nadal Academy y Wimbledon
- Dos años después, Nadal regresa a la hierba por todo lo alto: victoria ante Millman en Wimbledon
- El favoritismo de Federer y otras nueve interesantes historias que no deberías perderte de Wimbledon
- Nadal: “Estar bien de las rodillas no me garantiza jugar bien, no estarlo me garantiza jugar mal”
- Estas son las virtudes de los potenciales rivales de Rafael Nadal en Wimbledon