El gafe de Alonso no tiene fin. Antes del Gran Premio de Italia en Monza, el piloto asturiano se subió a un coche clásico en una exhibición que tenía programada la organización. ¿Y qué ocurrió? Lo de siempre. El coche de Fernando se paró y tuvo que ser empujado. De hecho, el asturiano cambió de vehículo y se tuvo que subir al coche de Palmer para disfrutar de la exhibición.
Posteriormente, Fernando Alonso se lo tomó a broma. “De momento va todo bien, un domingo normal por ahora...”, reconoció. Y es que el piloto asturiano ya está acostumbrado a que le ocurran este tipo de cosas. Cada fin de semana, con su equipo, tiende a romper el motor. O a retirarse antes de que termine la carrera. O a muchas otras cosas. De hecho, no va a ser menos en este Gran Premio de Monza, donde sale último porque estrena motor. Aunque, obviamente, ya se verán los resultados.
Fernando Alonso sigue con su gafe y, de momento, no parece que tenga fin. A pesar de eso, se lo está tomando con filosofía y no piensa dejar la Fórmula 1. En declaraciones recientes ha afirmado que seguirá, pero no se sabe aún en qué equipo. Dependerá de si McLaren cambia el motor o de si en Renault le hacen un hueco. Tiempo al tiempo. De momento, “un domingo normal”.
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