La carrera en Melbourne probablemente signifique una continuación de la fascinante lucha entre los favoritos al Mundial de la Fórmula 1; Charles Leclerc de Ferrari, que logró la pole, y Max Verstappen de Red Bull, que calificó justo detrás de él. La otra cara de la moneda es un Lewis Hamilton que se conforma con el simple hecho de cruzar la meta en el Gran Premio de Australia. El piloto británico sigue con muchos problemas, aunque no tuvo una mala clasificación tras ser quinto.
El británico asegura que, aunque continúan con problemas, el monoplaza ha mejorado, pero no ha sido capaz de exprimir al máximo su potencial. Mercedes sigue lejos de la parte alta de la tabla, pero en clasificación se han mostrado competitivos. En cualquier caso, cree que podría haber aprovechado más el potencial del coche: "En comparación con ayer y con la última carrera, hoy ha sido un buen día para mí. Casi consigo ser cuarto, lo que habría sido genial, mañana lucharemos por esa posición".
"Aunque creo que en mi vuelta el coche aún tenía un poco más, es positivo, pero también estoy destrozado porque no pude extraer ese poco más. La peor parte es el 'porpoising'. Cuando giras, nunca sabes en qué posición lo vas a coger y el coche puede sobrevirar o subvirar dependiendo de dónde lo cojas, así que conducirlo es un verdadero reto. Cuando empujas, el coche es bastante rencoroso, es como una víbora o una serpiente de cascabel", sentencia Hamilton.
"Me gustaría poder ser optimista, como si la próxima vez tuviéramos algo mejor, pero, por el momento, no lo tenemos. Es un segundo de distancia, es una brecha bastante grande, pero disfruto del papel de trabajar con el equipo. No me la paso bien pilotando este coche, pero sí con la colaboración, ayudar a los mecánicos, saber que hay una gran montaña que escalar, y manteniendo la esperanza, lo conseguiremos", finalizó Hamilton.
Los problemas
Los problemas de Mercedes están bien documentados y en Melbourne quedaron dolorosamente al descubierto. Su coche es fuerte en el primer sector y sólido en el segundo, pero en el sector final el tiempo cae en grandes cantidades, incapaces de atacar las curvas de alta velocidad. El bólido todavía sufre la violenta sacudida conocida como 'porpoising' debido a una pérdida de carga aerodinámica en las rectas que luego impide la entrada suave en las curvas.
Wolff admitió que sus esperanzas de competir por el título se habían reducido a tan solo un 20% e incluso eso podría ser optimista si Leclerc o Verstappen extendieran aún más su distancia en el Mundial en Melbourne. De hecho, Toto se hizo eco de las palabras de Hamilton al admitir que la solución aún podría estar más allá del horizonte. "Soy optimista de que eventualmente llegaremos allí, ya sea en dos carreras o cinco, o en la temporada", explicó.
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