Los problemas se multiplican para Lewis Hamilton (Stevenage, Reino Unido; 1985) dentro y fuera de la pista. El heptacampeón del mundo ha pasado de luchar por el título hasta la última vuelta de la pasada temporada a verse encajonado en el quinto puesto de la clasificación tras tres carreras en 2022. A las dificultades de Mercedes no ayuda que el nombre del piloto inglés esté siempre en el centro de la polémica.
La última tiene que ver con sus piercings, por increíble que parezca. Todo nace del supuesto endurecimiento de los encargados del orden en el Mundial para que se cumplen las normas y se eviten debates como los del año pasado. Desde 2005 está prohibido que los pilotos lleven joyería cuando están en su monoplaza y Hamilton, tras quince años al volante en la F1, se ve contra la espada y la pared.
En esta polémica no tiene pensado ceder. "No tengo intención de quitármelo. Creo que son cosas personales. Deberías poder ser quién eres". Además, en su caso es incluso cuestión de 'carne': "Ni siquiera puedo quitármelos: las de la oreja derecha están literalmente soldados. Tendría que cortarlos o algo así. Así que se quedarán", decía sobre sus pendientes.
Sabido es lo partícipe que suele ser Hamilton de luchas sociales, siendo clave en el pasado en que movimientos como el Black Lives Matter llegaran al paddock. Ahora su lucha está en la libertad de vestimenta, provocando alguna escena humorística como la que se dio entre él y Max Verstappen, su gran rival del año pasado. "Sería demasiado pesado si tuviera que usar joyas, así que eso es imposible", decía el neerlandés. "Sé que tienes un piercing en el pezón, Max, admítelo", respondía en broma Hamilton.
La F1 post-Masi
Niels Wittich, uno de los dos nuevos directores de carrera, es el encargado de que la FIA y la F1 se hayan puesto más duras con el cumplimiento de las normas. En Mercedes celebran su presencia: "La forma en que gestionó las primeras carreras fue respetuosa, sólida y no cometió ni un solo error", dijo recientemente Toto Wolff.
El director de Mercedes quiso mantener las aguas tranquilas tras todo el periodo convulso con Michael Masi y no se metió en el charco de los piercings: "¿Es una lucha que tiene que librar a estas alturas? Pero si resulta ser el mayor error desafortunado de un director de carrera, lo aceptaría mil veces".
El perjudicado en esto es Hamilton, que se ve solo en esta batalla. La guerra contra Masi desgastó a todos y Mercedes no quiere verse en esas de nuevo. Aquello surgió por las decisiones del exdirector de carrera de la F1 en la batalla de Lewis contra Verstappen por el Mundial, especialmente la última que, tras salir el safety car en Abu Dhabi, y a una vuelta del final de la carrera, dejó que los doblados adelantaran al coche de seguridad y se liberará el espacio entre los dos que se jugaban el título. El final es de sobra conocido.
La polémica no cesó durante los meses posteriores a la última carrera de 2021. Mercedes reclamó hasta el final, mientras que Hamilton 'desaparecía' de la escena por el golpe que le supuso perder así el campeonato que le hubiera convertido en el piloto con más Mundiales de la historia. La postura del inglés y el equipo germano fue tan severa que, incluso, se llegó a amenazar con la retirada del heptacampeón si Masi no era eliminado.
En febrero, antes de los test de Montmeló, llegó el despido de Masi. Mercedes celebraba y Red Bull, desde la otra parte, criticaba la decisión. No es que eso haya beneficiado en gran medida a la escudería alemana y, menos aún, a un Hamilton que vuelve a verse envuelto en otra pelea fuera de las pistas.
Mercedes y Hamilton se distancian
Y sobre el asfalto, la relación entre Mercedes y Hamilton parece estar más separada que nunca. El inglés, por vez primera, parece tener que competir de iguales con su nuevo compañero, George Russell, y no está a gusto.
"Me han puesto en una posición realmente difícil", llegó a decir por radio en la última carrera de Australia. Luego explicó sus palabras ante los medios: "Básicamente, no pude competir por la posición por el podio, porque el motor se estaba sobrecalentando. Así que tuve que aflojar, reducir la velocidad, quedarme detrás".
El Mercedes no va cómo debería, su compañero está por delante y no hay favor ninguno por parte de la FIA y la F1. El 2022 ha empezado cuesta arriba para Hamilton, que a sus 37 años sabe que no le queda demasiado tiempo compitiendo.
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