La Fórmula 1 ha acabado con el suspense y ha cancelado la celebración del Gran Premio de Emilia Romaña este fin de semana. La emergencia climática que vive la región ha obligado a ello. La FIA, ahora mismo, se enfrentaba a una importante problemática: buscar un hueco para la carrera en el calendario o cancelarla definitivamente. Angelo Sticchi Damiani, presidente del Automobile Club D'Italia, ha confirmado que no se correrá allí en 2023.
"La esperanza es que la carrera se pueda recuperar más adelante", explicaban las fuentes del Ministerio de Infraestructuras italiano antes, incluso, de hacerse oficial la cancelación de la prueba. Tras una reunión de urgencia entre el presidente de la FIA, Mohamed bin Sulayem; las autoridades competentes, incluidos los ministros pertinentes; el Automobile Club D'Italia, responsables regionales y locales y promotores se hizo el anuncio.
"La decisión se ha tomado porque no es posible celebrar el evento con seguridad para nuestros aficionados, los equipos y nuestro personal, y es lo responsable dada la situación a la que se enfrentan las ciudades de la región. No sería correcto presionar aún más a las autoridades locales y a los servicios de emergencia en estos difíciles momentos", afirmaba el escrito compartido por la F1.
El clima ha obligado a suspender el Gran Premio de Emilia Romaña, que se celebra en el circuito de Imola uno de los más históricos de la Fórmula 1. En 2020 volvió al calendario tras un parón de 14 años (antiguamente albergaba el GP de San Marino) y desde entonces se ha mantenido, con contrato vigente hasta 2025. Sin carrera este año, el acuerdo se extenderá automáticamente hasta 2026 como se ha anunciado.
Tras su cancelación, era imposible su recolocación en un año que iniciamente partía con 24 pruebas en el calendario y ya se redujo por la caída del Gran Premio de China debido a las restricciones contra la Covid-19 en el gigante asiático. Sin carrera en Shanghái y sin Imola, que este sea el Mundial más largo de la historia ha vuelto a ser un imposible.
En los últimos años ha habido polémica por la insistencia de Liberty Media en sumar pruebas al calendario. Nunca se ha celebrado un Mundial que tenga más de 22 pruebas y vuelve a ocurrir otro año más al no haber huecos el Gran Premio de Emilia Romaña.
Buscarlos entre las 17 carreras que quedan por celebrarse era misión imposible. Había que tener en cuenta, además, la logística y es que si se corría en Imola debía ser aprovechando alguna parada del Gran Circo por Europa. Estaba totalmente descartado, por tanto, el cierre de temporada que iniciará a mediados de septiembre en Singapur y se extenderá hasta el 26 de noviembre con la clausura del curso en Abu Dhabi.
El calendario es muy ajustado, a la vista está. Es Es por eso que la opción más factible, si se podía decir así, era encajar la carrera de Imola en agosto. Fuera tras el Gran Premio de SPA-Francorchamps (30 de julio) o justo antes del de Zandvoort (27 de agosto). Este mes es el que está dedicado al parón veraniego y el único momento que permite cierta holgadez para no encadenar demasiadas pruebas seguidas.
El problema principal aquí estaba en los pilotos y los equipos. El parón está enfocado a que los pilotos puedan tomarse un respiro para afrontar luego el final de temporada y que las escuderías tengan margen en sus fábricas para implementar mejoras y, paralelamente, trabajar ya en los monoplazas del año que viene. Reducir los tiempos suponía un gran contratiempo para todos y por eso se ha descartado.
Muchas carreras seguidas
Más allá de esto, y con los condicionantes que ya hemos tratado, no se había más parones. Los que restan son de solo una semana. Encajar Imola ahí suponía encadenar hasta cuatro carreras consecutivas: entre Canadá y Reino Unido con Austria de por medio o, más rocambolesco todavía porque unía cinco pruebas, entre Austria y Bélgica, con Reino Unido y Hungría entremedias.
Ya hubo problemas por encadenar tres carreras consecutivas en dos tramos diferentes de la temporada, el que tocaba ahora (Imola, Mónaco y Barcelona) y el que habrá en octubre-noviembre (Estados Unidos, México y Brasil). Por tanto, era inverosímil cuadrar cuatro Grandes Premios seguidos con el esfuerzo que eso implica a nivel de viajes y trabajo en boxes y en pista con fines de semana que, incluso, incluirían eventualmente qualy y carrera al sprint. El Gran Premio de Emilia Romaña queda totalmente cancelado y, en mitad del temporal que está castigando a tanta gente, se despide hasta 2024.