Felipe Massa está decidido a llegar hasta las últimas consecuencias para hacerse con el Mundial de Fórmula 1 de 2008. Los servicios jurídicos del expiloto profesional iniciaron las acciones legales pertinentes contra la FIA y la propia F1 para reclamar el título de aquel año que terminó yendo a parar a las manos de Lewis Hamilton.
En la carta de reclamación previa presentada por los abogados tanto a Stefano Domenicali, el director ejecutivo de la FIA, como a Mohammed Ben Sulayem, el presidente de la FIA, se puede leer que el título se le arrebató mediante acciones al más alto nivel. Asimismo, se habla de que el hecho de no lograr el Mundial de 2008 le causó a Felipe Massa un daño económico de varias decenas de millones de euros, así como unos grandes daños morales y reputacionales.
La carta dice que se emprenden "acciones legales a fin de buscar una reparación por el daño que ha sufrido (Felipe Massa), así como el reconocimiento de que, de no haber sido por esos actos ilícitos, se le habría otorgado el Campeonato de 2008". Los abogados del expiloto advierten además de que, en el caso de no recibir una respuesta de estos organismos durante los próximos 14 días, se iniciarán los procedimientos legales pertinentes en los tribunales ingleses.
De esta forma, Felipe Massa cumple con el aviso que ya dio públicamente hace unos cuantos meses. En abril, el brasileño anunció que estaba estudiando la manera de recuperar los daños de los que había sido victima en aquel Mundial, y ahora hace realidad aquella advertencia.
El escándalo de Singapur
Esta reclamación de Felipe Massa viene provocada por lo que sucedió en el Gran Premio de Singapur en aquel Mundial de 2008. Massa lideraba la carrera, pero entonces Nelson Piquet, compañero de Fernando Alonso por entonces, estrelló su Renault y eso provocó que el coche de seguridad entrara en acción.
Los planes de Massa se torcieron por completo y ni siquiera puntuó al final de ese Gran Premio, algo que le costó muy caro en la clasificación general del campeonato. Fernando Alonso terminó haciéndose con la victoria en aquella carrera que quedó emborronada por las confesiones de los protagonistas con el paso de los años.
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Ya en 2008 Flavio Briatore, jefe de Renault en 2008, reconoció que presionó a Piquet para que causara el accidente en favor de Fernando Alonso. Aquello acarreó una sanción de dos años de inhabilitación para el mandamás italiano y una multa de 5 millones de euros para la escudería.
Más tarde, el propio Bernie Ecclestone, el jefe de la Fórmula 1 en aquellos años, confesó que sabía lo que había sucedido: "Decidimos no hacer nada, queríamos proteger el deporte y salvarlo de un escándalo enorme", llegó a decir, asumiendo el encubrimiento.
"Por aquel entonces, había una norma según la cual la clasificación de un campeón del mundo era intocable después de la ceremonia de entrega de premios de la FIA a final de año. Así que a Hamilton se le entregó la copa y todo fue bien", dijo el propio Ecclestone.
Ahora, Felipe Massa quiere recuperar lo que, a su juicio, es suyo. "Es el legítimo campeón", dicen los abogados en su carta escrita hacia la FIA y la F1. La pelea judicial acaba de empezar y puede cambiar por completo la historia de la Fórmula 1.