Muchas miradas están puestas este fin de semana en otro Gran Premio de Fórmula 1. El 'Gran Circo' se desplaza hasta Las Vegas con muchísima expectación ante lo que pueda suceder en el trazado estadounidense, el tercero que se visita esta temporada en ese larguísimo calendario al que se enfrentan los pilotos.
La penúltima prueba del Mundial de Fórmula 1 se presenta como una pared casi en blanco para muchos de los participantes este fin de semana. El circuito urbano del Estado de Nevada será un desafío para los pilotos, ya que nunca antes han podido disputar una carrera allí.
Sin embargo, más allá de todas las dudas que han surgido acerca de él, hay una que ha captado la atención de todos ellos en los últimos días. Y esa no es otra que las duras temperaturas a las que se tendrán que enfrentar a lo largo de todo el fin de semana. Oscilarán entre los 8º y los 14º durante las sesiones que se lleven a cabo.
[El GP de Las Vegas, un invento de la F1 que no ha calado ni en los pilotos ni en los aficionados]
El momento más crítico por las bajas temperaturas estará a lo largo de la carrera del domingo. A partir de las 22:00, hora local, la temperatura disminuirá notablemente y puede ser que bajen aún más debido a la zona desértica en la que se encuentran el circuito.
Esto obligará a que los pilotos tengan que tener un cuidado extremo en sus gomas, pero no por sobrecalentamiento como viene siendo habitual. El gran problema reside en que tendrán que mantenerlas lo más calientes posibles para evitar accidentes sobre la pista. De hecho ya se han podido ver algunos durantes las exhibiciones previas, lo que hace presagiar que los monoplazas tendrán serias dificultades para ser controlados.
Ross Brawn, exjefe de Brawn GP, ha reconocido que la F1 no pensó mucho en el incoveniente de las temperatus y ha señalado que se han tenido que enfrentar ahora a todas esas dificultades. Pirelli, suministrado único de neumáticos del Gran Circo, ha tenido que poner en marcha unas gomas especiales para el circuito.
"Es lo único que no consideramos inicialmente, pero allí hace mucho, mucho frío por la noche. Cuando se lleve a cabo la carrera, que será el sábado por la noche, la temperatura bajará a tres o cuatro grados. Por lo tanto, puede hacer bastante frío y, por supuesto, hacer que los coches funcionen a esas temperaturas puede ser un desafío", señaló Ross Brawn.
Desconocido para los pilotos
Una de las peculiaridades que tiene el Gran Premio de las Vegas es que ningún piloto conoce su trazado a la perfección. Nadie ha estado en él, puesto que la última vez que se disputó fue en la década de los 70 y en otra ubicación completamente distinta, por lo que será una nueva aventura para muchos de ellos.
"La última vez que lo probé en el juego de F1, creo que choqué con más muros de las que iba en línea recta, así que, espero que no sea el caso cuando empiece a pilotar allí", espetó Max Verstappen acerca de sus impresiones sobre el circuito de Las Vegas.