Dicen que de bien nacidos es ser agradecidos, así que George Russell no desaprovechó el regalo con el que se encontró en el Gran Premio de Austria. El piloto británico se llevó la victoria de una manera surrealista al beneficiarse de un accidente entre Max Verstappen y Lando Norris cuando peleaban por la primera plaza. [Así vivimos el GP de Austria de F1]

Parecía que el triunfo iba a quedar entre el de Red Bull o el de McLaren, pero en un giro de derechas se produjeron dos toques entre ambos que terminaron con sendos pinchazos y con los coches reventados, en condiciones deplorables como para seguir en carrera. 

Los comisarios decidieron sancionar a Max Verstappen por, a su juicio, cerrarle la puerta a Norris de manera ilegal cuando trataba de dar la sorpresa en Austria. Ambos se marcharon a boxes, pero sin duda el peor parado fue Lando, que tuvo que abandonar la carrera en el preciso momento en el que soñaba con la gloria.

Verstappen, en el GP de Austria. REUTERS

El otro piloto que más se aprovechó de este final accidentado fue Piastri, que logró alzarse a la segunda posición tras superar también a Carlos Sainz en las vueltas finales. El madrileño fue tercero y vuelve a subirse al podio para reivindicarse en el año de su 'despido' de Ferrari.

Fernando Alonso firmó otro fin de semana de decepción. El decimoctavo puesto confirma que sigue estando muy lejos de los mejores y que las mejoras en su coche no están surtiendo efecto.

Sorpresa al final

Decía este sábado Norris que Verstappen, su gran rival a batir en la lucha por el campeonato, estaba “en otra Liga”. No podía tener más razón, al menos en la primera parte de la carrera. Como durante todo el fin de semana, Verstappen se mostró muy sólido al volante y sin fisuras.

Norris ni siquiera le pudo plantar cara en la salida, en la que tuvo que estar más pendiente de lo que venía por detrás, con Russell muy agresivo, que en dar batalla al astro neerlandés. De hecho, no tuvo el DRS hasta la vuelta 54, cuando los problemas aparecieron.

La distancia durante las primeras 53 vueltas se había mantenido en los seis segundos, pero una mala parada lo cambió todo.

Uno de los primeros momentos del GP de Austria. REUTERS

Verstappen tardó casi siete segundos en una parada que a Norris le bastó con 2,9 segundos y, aunque salió como una exhalación para volver a estirar la diferencia, un fallo de Verstappen al pasarse de frenada provocó que en su neumático delantero izquierdo apareciera un plano y desgastara la goma.

Norris se abalanzó sobre él y, por primera vez en toda la carrera, tuvo DRS en la vuelta 54. No podía pasar de ninguna de las maneras, pero la insistencia de Norris hacía que las gomas de Verstappen cada vez fueran peores.

Así llegaron a la frenada de la curva dos -de la vuelta 61-, cuando Norris se pegó a Verstappen y el astro neerlandés echó del trazado a Norris, lo que provocó que ambos se fueran directos fuera del circuito. El inglés quiso volver, pero entonces topó con el neumático trasero izquierdo de Verstappen, provocando el pinchazo de la goma del neerlandés, pero, sobre todo, irreparables daños en el alerón delantero que obligaron a Norris a retirarse.

Russell, en el podio del GP de Austria. REUTERS

Lo que había sido un error de Verstappen -que acabó siendo penalizado por la FIA- con cinco segundos terminó por salirle bien a ’Mad Max’, que tras pasar por boxes para cambiar la rueda pudo terminar la carrera quinto, mientras Norris, su rival por el Mundial, vio desde el pit lane el final del GP de Austria, mientras Russell alzaba los brazos.