La grada de Silverstone se viene abajo. El motivo no es otro que una victoria de Lewis Hamilton, piloto local, tras 945 días de sequía. Desde Arabia Saudí en 2021 no subía a lo más alto del podio. Pero un ganador nunca se olvida de ganar y menos a un heptacampeón del mundo. Acabó emocionado, llorando, como el que gana un gran premio por primera vez en su vida. Él acumula 104, pero el último entra en el baúl de sus mejores victorias. [Así hemos vivido el Gran Premio de Gran Bretaña].
La locura en la grada de Silverstone hubiera sido mayor si Norris no hubiese cedido la segunda posición en las últimas vueltas ante un Verstappen irreductible. Pese a la falta de ritmo y los problemas de su Red Bull a lo largo de toda la carrera, el acierto en la estrategia le permitió llegar al final de la carrera con las gomas intactas, superar al McLaren de Lando y amagar con dar caza a Hamilton en los últimos giros. Le faltaron dos vueltas.
Pudo ser el día de Norris, que llegó a reinar bajo la lluvia, también el de Piastri, que habría ahogado la fiesta nacional en Reino Unido, pero las paradas resultaron cruciales. Así que, Hamilton pescó en río revuelto para escuchar el God save the King en su honor. Novena vez que suenan los acordes por él, pero ninguna tan sentida. Y eso que Russell, otro británico, comenzó con pie derecho.
Mantuvo la posición en la salida y pronto abrió un espacio de seguridad respecto a su compañero de equipo que también retuvo a un Verstappen que se tomó la licencia de profesor para impartir una lección de adelantamiento a Norris. El de McLaren no pudo con él en Austria tras diez vueltas de persecución y el neerlandés lo consiguió en tres curvas.
Aunque ya en ese momento las miradas se iban al cielo. El cielo se nublaba y la lluvia hizo acto de presencia durante cinco vueltas para darle la vuelta por completo a la parrilla. En ese paréntesis, con el trazado mojado, pero no lo suficiente para montar neumáticos intermedios, la cuestión era sobrevivir hasta que regresara el sol. En esas Hamilton superó a Russell y los McLaren se comieron a Verstappen y a los Mercedes.
Norris y Piastri incluso abrieron hueco, hasta que hubo que volver a parar y Piastri enterró sus opciones al mantenerse en pista. Funcionó la estrategia de Hamilton. Paró una vuelta antes que Lando y le arrebató el liderato. Ya no se acercó al piloto de Mercedes porque Verstappen por detrás se lo impedía hasta tal punto de arrebatarle la segunda posición.
Sainz y Alonso se llevaron un meritorio quinto y octavo puesto respectivamente. El de Ferrari, además, firmó la vuelta rápida en la última vuelta. Ambos brillaron en condiciones mixtas y parece que sus monoplazas progresan adecuadamente. Ya miran a Hungría, el circuito D, esperado por las posibles mejoras que pueden llegar. El resto de escuderías mejoran, les toca dar el paso a Ferrari y Aston Martin.