Cheste

Desde primera hora de la mañana del jueves una hilera de vallas amarillas custodiaban los camiones de los equipos Repsol Honda y Movistar Yamaha en el paddock del circuito Ricardo Tormo de Cheste. Mientras, ocho empleados de seguridad de la empresa privada LPM, contratados por ambos equipos, vigilaban cada movimiento de Valentino Rossi, Jorge Lorenzo y Marc Márquez a la entraba y salida de sus boxes, el lugar donde se suelen acumular la mayor parte de los aficionados en busca de un autógrafo de su ídolo. Un estado de excepción, producto de la tensión acumulada tras el incidente protagonizado por Rossi y Márquez en Sepang, que ha llevado a la Comisión Antiviolencia a declarar el Gran Premio de la Comunitat Valenciana de alto riesgo.

Para erradicar de raíz la escalada de tensión acumulada entre los tres pilotos a lo largo de estas dos últimas semanas, Carmelo Ezpeleta, CEO de Dorna, ha tomado cartas en el asunto y los ha llamado al orden porque, de buena mañana, desfilaron por su despacho los tres, aunque de forma individual. Primero fue el turno de Lorenzo, al que le siguió Rossi y cerró Márquez. Una reunión para aconsejarlos que no hablasen ante los medios de comunicación del incidente de Sepang y pedirles una tregua en sus declaraciones hasta, por lo menos, después de la carrera del próximo domingo.

“Los pilotos nos debemos al campeonato porque, aunque tenemos un talento, si no existiese no seríamos nadie. Lo que dicen Carmelo [Ezpeleta] y la Federación Internacional de Motociclismo (FIM) va a misa porque son los que mandan aquí. Son los que deben tener razón y expresan un sentimiento común y algo lógico. Nos han dicho que debemos ser lo más deportivos posibles en la pista, alejándonos de los problemas, que no tenemos que hacer daño al motociclismo y que tenemos que brindar un gran espectáculo como hemos hecho hasta ahora, exceptuando la carrera de Sepang”, resumió Lorenzo tras conocer que su compañero de equipo, del que le separan siete puntos en la general, partirá desde la última posición de la parrilla de salida del Gran Premio de la Comunitat Valenciana después de que el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) le denegase la suspensión cautelar de la sanción recibida en Sepang.

Seguridad privada a la entrada del motorhome de Yamaha. Elena Isardo Cheste

Algo menos conciliador se mostró Rossi, que se verá obligado a la remontada. “Hay cosas que me han molestado, pero me han pedido que no hable de Sepang y estoy de acuerdo con eso. Más que enfadado, estoy desilusionado. Lamento no poder jugarme el campeonato como esperaba porque me han quitado la oportunidad de luchar por el título. Lo único que lamento es haberme abierto tanto en Sepang y no haber seguido mi trazada habitual, pero mejor que hablemos de esta carrera”, resumió el piloto italiano, quien espera que todo discurra con normalidad y como cualquier otro fin de semana de carrera.

A Márquez, que aseguró que ha vivido las dos semanas más difíciles de su vida, no le gustó que Dirección de Carrera manifestase que públicamente que había cometido faltas pero que no se le podía sancionar con el reglamento en la mano. “Respeto todas las decisiones, pero esto es una de las cosas que en la reunión que hemos tenido los pilotos se ha dicho que tenemos que cambiar. Los árbitros del fútbol nunca hablan con la prensa”, lanzó el piloto del equipo Repsol Honda como aviso a futuros cambios en el reglamento del campeonato del mundo de MotoGP.

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