Confiesa que cuando restaban tres vueltas y su equipo le marcó en la pizarra que Jorge Lorenzo se había caído perdió la concentración y comenzó a cometer errores. “Ha habido una vuelta que no sabía ni cambiar de marcha, ni frenar… Ha sido un título que se ha buscado mucho y todo el equipo se lo merecía”, reveló Marc Márquez enfundado en una camiseta con un dibujo de una mano extendida y en la que se puede leer Give me five (Choca los cinco) en referencia a sus cinco coronas de campeón del mundo.
“Todos los títulos saben bien, pero éste tiene un regusto especial. Después de todos los errores que cometí el año pasado, la presión y de cómo acabó el año 2015, tenía muchas ganas de ganar esta temporada para quitarme todo el peso de encima. Hemos vuelto a ganar y hemos aguantado la presión, que es importante. A los 23 años, tenemos la mano derecha. No quiero frenar aquí y ahora vamos a por la izquierda”, lanzó como reto un Márquez exultante.
Cinco cetros que el nuevo tricampeón de MotoGP más joven de la historia del motociclismo ha cosechado a largo de siete temporadas, desde que en 2010 se proclamó campeón del mundo de 125cc en Valencia. Dos años después llegó el título de Moto2 en Phillip Island y la siguiente temporada el primero de MotoGP, también en Valencia, al que siguió el segundo de MotoGP en 2014 en el Twin Ring Motegi, el circuito propiedad de Honda Racing Corporation (HRC), que le ha visto coronarse de nuevo desde lo más alto del podio.
Márquez nunca había conseguido el título ganando la carrera. Además, este Mundial llega en un trazado en el que nunca se había impuesto en la clase reina y, al contrario de las otras coronas, en la primera bola de partido de la que ha dispuesto pese a que debía producirse una carambola a tres bandas en la que él estaba obligado a ganar la carrera, mientras que Valentino Rossi no podía acabar entre los 13 primeros (se cayó en la séptima vuelta) y ni Jorge Lorenzo en el podio (sufrió una caída cuando restaban cinco vueltas para el final).
“La verdad es que no lo esperaba para nada. Ha sido una carambola de las buenas. Estoy muy contento, pensaba que el equipo no tenía ni celebración preparada ni camisetas, pero está claro que es un equipo previsor y confían en mí”, bromeó el nuevo campeón del mundo de MotoGP, al que le espera una larga noche de celebraciones en el karaoke The Cage, en Narita, una localidad situada a 130 kilómetros del Twin Ring Motegi y pegada al aeropuerto del mismo nombre, desde donde el lunes volará con destino a Melbourne antes del Gran Premio de Australia, el próximo fin de semana.