Insiste en reconocer que su periodo de adaptación a su Desmosedici GP17 requiere más tiempo de lo esperado. Pide paciencia, pero sostiene que gracias a su tozudez y a su capacidad de trabajo va camino de encontrar su sitio en Ducati. Sus resultados tras las dos primeras carreras de la temporada parecen decir lo contrario porque Jorge Lorenzo firma su peor arranque desde que debutó en MotoGP en 2008. Si en 2014 abandonó en Qatar y fue décimo en Austin, esta temporada fue undécimo en el trazado qatarí y en Argentina no pasó de la primera curva tras tomar la salida desde la decimosexta posición y después de que la rueda delantera de su moto tocara la posterior de la Suzuki de Andrea Iannone. Nada pudo hacer para evitar la caída y se levantó entre ritos y gestos de desesperación.
“Siempre que se sale tan atrás es bastante caótico en la primera curva y no estoy muy acostumbrado a ello. Había hecho una muy buena salida y había adelantado a cuatro o cinco pilotos. Decidí meterme por el interior porque había muchos pilotos por el exterior. De repente, no sé por qué, la rueda trasera de Iannone y la mía delantera se han juntado muy rápido y no he podido evitar el contacto. Es un momento en el que tenemos que contener la rabia que provoca no haber podido hacer ni una curva de la carrera, pero hay que pasar por esto. Las caídas debilitan a los más débiles, pero hacen fuertes a los más fuertes”, admite el piloto español, quien sostiene que han encontrado el camino para ir mucho mejor aunque necesita hacer kilómetros para confirmarlo.
Un camino que responde a los cambios realizados en la ergonomía de su moto, en la que han subido un centímetro y medio el sillín de su GP17. “La primera vez que la probé en Valencia la vi muy alta e intenté bajar el sillín para hacerla más parecida a mi moto anterior, pero fue una decisión equivocada”, concede Lorenzo, que también trata de descolgarse menos para que su moto gire más: “Estoy intentando no descolgarme tanto de la moto porque, parece ser que, cuando te descuelgas mucho, gira menos. Al descargar peso en el tren delantero, va peor. Los últimos años cada vez me iba descolgando más y más, pero con esta moto tienes que pilotar un poco lo opuesto”. Una cuestión de buscar su sitio en Ducati y que podrá confirmar dentro de dos semanas en el circuito estadounidense de Austin.
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