Jerez

Sigue conservando esa mirada felina, pero ha sabido pulir sus modales con el pasado de los años porque cuando debutó en el Campeonato del Mundo era sólo un adolescente rebelde con demasiadas ganas de comerse el mundo. La temporada 2002 fue la de su estreno mundialista en 125cc pero, una vez más, su precocidad le obligó a perderse las dos primeras citas del ejercicio (Japón y Sudáfrica) y la primera jornada de entrenamientos del Gran Premio de España porque justo hasta el día siguiente no cumplía los 15 años reglamentarios.

Desde entonces, han transcurrido 15 años y Jorge Lorenzo entra en la treintena con cinco títulos de campeón del mundo a sus espaldas (dos de 250cc y tres de MotoGP) y con el enorme reto que tiene por delante de ser capaz de hacer campeona a Ducati, una fábrica que únicamente lo ha conseguido en una ocasión (2007) gracias al pilotaje salvaje de Casey Stoner.

“Me siento bien y todavía tengo cara de niño. Me visto moderno y tengo una actitud juvenil. Los años pasan y la edad no perdona, pero mientras uno esté motivado, tenga fortaleza física y sea joven de mente todo va bien”, bromea Lorenzo, que mantiene una actitud positiva pese a que los resultados no le acompañan desde que debutó con la fábrica de Borgo Panigale.

Happy Birthday Jorge Lorenzo!!

A la undécima posición en Qatar, le siguió una caída en la primera curva de Argentina y una novena plaza en Austin antes de llegar a Jerez, un circuito donde acumula tres victorias y siete podios en MotoGP pero que no es la mejor pista para la Desmosedici GP17.

“Nuestros puntos fuertes son la potencia y la velocidad punta, así que aquí podemos marcar poco la diferencia en ese sentido porque es evidente que hay pocas rectas y las que hay son muy cortas”, razona el piloto español, que se marca como objetivo ser el mejor piloto de Ducati: “Es difícil porque Dovizioso lleva cinco años con esta moto y la conoce a la perfección”.

Lorenzo, que hace todo lo posible por adaptarse a su GP17, todavía está demasiado lejos de encontrarse cómodo sobre ella porque no le permite explotar su mayor virtud: el paso por curva. “Es evidente que todos los pilotos de Ducati se quejan más o menos de lo mismo, aunque también se benefician de los mismos puntos fuertes. Los ingenieros son conscientes de los fallos que tiene la moto, que principalmente es el giro en las curvas. Ahí perdemos mucha velocidad y tenemos que mejorar”, analiza el piloto español mientras anuncia la llegada de importantes cambios hacia la mitad de la temporada.

“En la fábrica están trabajando mucho de cara al futuro y tendremos algo realmente importante en los próximos meses pero, de momento, tenemos la misma moto. Tenemos que adaptarnos a lo que hay para obtener el mejor resultado. Estamos esperando piezas grandes y cosas realmente grandes hacia la mitad de la temporada que harán una moto mejor y más completa”, concede Lorenzo sobre unos cambios que pasarían por mejorar el chasis para adaptarlo más a la filosofía de Yamaha.

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