La crisis global originada por el coronavirus y su expansión a lo largo y ancho del planeta impidió el arranque del Campeonato del Mundo de MotoGP el pasado 8 de marzo en Qatar, donde sólo corrieron las categorías de Moto2 y Moto3. Una pandemia que ha obligado a Dorna Sports a aplazar los grandes premios de Tailandia, Estados Unidos, Argentina, España, Francia, Italia y Cataluña y a suspender otros eventos fijados en el calendario como Alemania, Finlandia y Holanda, que no se disputará por primera vez desde 1949.
Desde que estallara la crisis del Covid-19, la empresa que gestiona los derechos del Mundial ha trabajado sin descanso para elaborar un plan de choque que permita retomar la actividad en pista respetando todas las medidas de seguridad pertinentes.
De esta forma, MotoGP ya tiene fecha para comenzar la desescalada. Será el próximo 19 de julio en el circuito de Jerez-Ángel Nieto donde se celebrará el Gran Premio de España, que debería haberse disputado el pasado 3 de mayo. Para evitar los desplazamientos habituales a lo largo del planeta, se disputará una segunda cita una semana después en idéntico escenario -el Gran Premio de Andalucía, el 26 de julio- y el Campeonato del Mundo de Superbike arrancará el 2 de agosto en el trazado jerezano.
Las noticias llegan después del acuerdo alcanzado entre Dorna Sports, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Jerez, aunque la última palabra la tiene el Gobierno de España, las autoridades sanitarias y la Federación Internacional de Motociclismo (FIM). “Creo que el plan que tenemos está planteado lo suficientemente bien para que se puedan hacer las carreras”, asegura Carmelo Ezpeleta, CEO de Dorna Sports.
Los planes de Dorna pasan por dos escenarios. Si no se pudiera viajar fuera de Europa, se celebrarían entre 10 y 12 carreras en el Viejo Continente; mientras que si en los meses de noviembre y diciembre se pueden disputar carreras fuera de Europa con público se llegarían hasta los 16 grandes premios.
El Campeonato del Mundo de MotoGP arrancará bajo medidas excepcionales. Las carreras se celebrarán a puerta cerrada, hasta que sea seguro abrir las gradas al público, y se reducirá el número de trabajadores en el paddock, que no pasará de 1.300. A todos ellos se les realizarán test rápidos antes de dejar su lugar de origen, a la entrada al circuito y antes de su regreso para detectar su estado de salud en relación con el Covid-19. De hecho, Dorna ha comprado una partida de 10.000 test.
En cuanto al personal de los equipos, se verá reducido significativamente. Sólo podrán desplazarse a cada gran premio 40 personas si se trata de una estructura oficial de MotoGP, mientras que un equipo privado sólo podrá contar con 25 trabajadores. Los equipos de Moto2 podrán desplazar a 20 trabajadores y los de Moto3, 12.
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