El dominio mostrado a lo largo del fin de semana, las dos victorias consecutivas logradas esta temporada y las otras dos obtenidas el pasado año en el circuito de Jerez-Ángel Nieto le auparon como el gran favorito para lograr el triunfo en el Gran Premio de España. Fabio Quartararo cumplió con el guión previsto durante la primera parte de la carrera, pero después se derrumbó y terminó decimotercero debido a los problemas de síndrome compartimental que arrastra en su antebrazo derecho. La coyuntura fue aprovechada a la perfección por Jack Miller, que sumó su segunda victoria en MotoGP tras la lograda bajo la lluvia en Assen en 2016 y otorgó a Ducati un triunfo que no lograba en el trazado jerezano desde 2006 gracias a Loris Capirossi.
Quartararo, que partía desde la pole, perdió cuatro plazas en una salida en la que a punto estuvo de tocarse con el australiano, aunque antes de completar la cuarta vuelta tomó el mando de la carrera y cobró ventaja sobre sus rivales. Fue completado el decimocuarto giro cuando fue superado por Miller y, poco a poco, engullido por el resto del pelotón, finalizando decimotercero y llorando amargamente.
El derrumbe de El Diablo fue aprovechado por Miller, que puso la directa hacia la victoria en un podio que completaron Pecco Bagnaia, nuevo líder de MotoGP, y Franco Morbidelli. De esta forma, el aussie certificó su renacer tras comenzar su andadura en el equipo oficial de Ducati con problemas y tras pasar por el quirófano después de las dos primeras carreras para solventar el síndrome compartimental que padecía en su antebrazo derecho.
Takaaki Nakagami (cuarto) fue el mejor piloto de Honda, mientras que el mejor español fue Joan Mir (quinto). Marc Márquez, que sufrió otra caída en el warm up matinal, concluyó noveno en su particular pretemporada tras nueve meses sin competir.