Ha recorrido un camino diferente al convencional, un sendero largo y embarrado en un mundo como el motociclismo donde prima la precocidad. Augusto Fernández (23 septiembre de 1997, Madrid) ha demostrado que ese viaje hasta proclamarse campeón del mundo de Moto2 se puede hacer de otra forma pese a debutar en el Mundial a los 20 años, cuando la mayoría de estrellas ya ha celebrado algún título. Dos carambolas le llegaron directamente a Moto2 procedente de la categoría de Stock 600 del Campeonato del Mundo de Superbikes. La primera oportunidad le llegó en 2017, cuando el italiano Axel Bassani dejó de pagar al equipo Speed Up. La segunda ocasión se presentó un año después para sustituir a Héctor Barberá después ser detenido al dar positivo en un control de alcoholemia en Valencia.
“Claro que surgieron dudas de si era posible llegar al campeonato del mundo. No lo he tenido siempre claro. Primero tuve que luchar por entrar en el Mundial y nunca sabes cómo va a ir. Siempre hay dudas en ese sentido, pero de lo que no hemos dudado es de nuestro trabajo ni de mi potencial. Sabíamos lo que podíamos hacer si nos daban la oportunidad. Todo ha sido luchar y trabajar, aprovechando nuestras oportunidades, y aquí estamos”, explica el español, que nació en Madrid pero se ha criado en Sencelles (Mallorca), donde sus padres se trasladaron cuando él tenía dos meses.
A los seis años comenzó a dar sus primeros pasos en motociclismo y se dibujó el logo que le ha acompañado hasta el momento y que su hermano Álex -dos años menor que él- y un amigo escenificaron en la celebración del campeón. “De pequeño tenía un peluche que era un conejo. Cuando hice mi primer logo, con seis años, puse al conejo. Poco a poco, ha ido creciendo la broma. Mi hermano y un amigo de mi pueblo, que es el que lleva el club de fans, se han disfrazado de conejos para la celebración. Estoy contento con haberlos hecho participes de todo esto y que lo hayan disfrutado”, recuerda jocoso.
A los ocho años entró a formar parte de la Escuela Lorenzo Competición, la cantera de campeones de Chicho, el padre de Jorge Lorenzo. “Empecé entrenando en un parking con Chicho Lorenzo, una preparación similar a la de Jorge Lorenzo. Ese era su método de entrenamiento y toda la base la he sacado de ahí porque estuve con Chicho desde los seis hasta los 12 años. Chicho creó la Liga Interescuelas y corríamos con minimotards. De ahí salté a la European Junior Cup, donde competí por primera vez en un circuito grande y con moto más o menos de carreras”, rememora.
Su padre Augusto, que ejerce de su asistente en los circuitos, y su madre Sara, profesora de yoga desde hace unos años, se han convertido en dos pilares fundamentales en su carrera deportiva. No comenzó su andadura en el equipo Red Bull KTM Ajo con las mejores sensaciones. En las seis primeras carreras de 2022 tuvo que abandonar en dos ocasiones y en las otras cuatro se quedó a las puertas del podio. Cambió su método de trabajo después de Jerez y siguió los consejos de su madre.
“Es profesora de yoga y yo lo había probado, pero nunca había creído mucho en ello. Este año quise ponerme en serio con el yoga. Mi madre, que es la que más me conoce, lo enfocó de otra manera. Hicimos otro trabajo y este sí que me ha servido mucho durante todo el año, sobre todo en los malos momentos y también me ha servido para gestionar los buenos. Aplicó la filosofía de Bruce Lee y la frase que pronunció: Be water, my friend”. Mi madre siempre ha sido muy mística y le gustan mucho estas cosas. Yo soy difícil a la hora de trabajar mentalmente y ella lo ha sabido enfocar porque una madre es la que mejor te conoce”, desvela el nuevo campeón del mundo de Moto2.
A partir de ahí, cuatro victorias, nueve podios y dos poles le han llevado a coronarse campeón en una carrera en la que en las primeras ocho vueltas sufrió de lo lindo hasta que Ai Ogura, su rival, se fue al suelo.
“Ha sido muy difícil. He ido bien todo el fin de semana, pero esas ocho vueltas han sido horribles. Estaba un poco frustrado, porque sabía que tenía un ritmo mejor, como luego se ha visto con Pedro Acosta, y sabía que no podía entrar en todas las guerras. Alonso López y Pedro se iban pegando, con Ai Ogura segundo. Yo quería pasarles para irme a por Ogura, pero cómo pasaba a esos dos que se estaban dando entre ellos y me la iban a devolver. Se me han pasado mil cosas por la cabeza hasta que se ha caído Ogura. Me sabe mal por él, por la buena temporada que ha hecho y la buena lucha que hemos mantenido. Después de su caída me he podido soltar y me ha dado igual todo. Ahí he intentado ir a por la victoria hasta el final y he disfrutado de la carrera. Pedro y yo nos hemos apretado al máximo. Estoy contento de haber terminado en el podio. Quería ganar, pero no quería acabar fuera del podio. He disfrutado mucho de la pelea con Pedro, aunque la haya ganado él”, concluye el flamante campeón del mundo de Moto2, que la próxima temporada dará el salto a MotoGP de la mano de GasGas, la marca española ahora propiedad de KTM, y contará con Pol Espargaró como compañero de equipo.