A pesar de que los kiwis defienden que el auténtico templo del oval se encuentra en Eden Park (Auckland), Twickenham, la catedral del rugby, acogerá por segunda vez en su larga historia una final de un Mundial tras la de 1991. Cuando Nueva Zelanda salte al terreno de juego para disputar su segunda final consecutiva será el cenit de una de las selecciones más veteranas y prolíficas de la historia del rugby. Unos All Blacks que han roto todas las marcas posibles y que pueden sumar un nuevo hito: ser la primera selección en levantar la Copa Webb Ellis de campeones en dos mundiales consecutivos.
Los números avalan esta tesis. Tras el éxito de 2011, alzando el título de campeones en casa, en 2013 se convirtió en la primera selección en ganar todos los partidos en un mismo año, lo que incluía la ventana de partidos de junio y noviembre, además del Rugby Championship. Estos All Blacks acumularon 17 partidos invictos hasta finales de 2014. Todo ello imposible sin el trabajo y el sacrificio de los jugadores. Antes de este Mundial, los 32 seleccionados atesoraban 1.484 caps (convocatorias internacionales) a sus espaldas.
Una experiencia que se concentra en cuatro jugadores, los que podemos considerar los pilares de los All Blacks: el delantero Keven Mealamu (131); el tres cuartos Ma’a Nonu (102); el apertura y máximo anotador de la historia del rugby, Daniel Carter (111) y el sempiterno capitán, Richie McCaw (145). Solo entre ellos suman 489 partidos internacionales, a falta de esta final. El pilier Tony Woodcock (118) era el quinto jugador centenario pero tuvo que abandonar el Mundial por lesión al acabar la primera fase.
Además, en el 15 inicial de esta final, el entrenador Steve Hansen cuenta con siete jugadores que ya fueron titulares en la final de 2011 contra Francia: Conrad Smith, Nonu, el pilar Owen Franks, el segunda línea Samuel Whitelock y toda la tercera línea con Jerome Kaino, McCaw y Kieran Read.
Tres de estos cuatro colosos, Nonu, Mealamu y Carter, ya han anunciado que dejan la selección para dar entrada a la nueva camada de All Blacks. El capitán McCaw aún se resiste a dar el paso, pero todos ellos ya han entrado en la leyenda del rugby neozelandés y mundial. Son los primeros en superar el centenar de partidos internacionales en la larga historia del rugby en nuestras antípodas.
Keven Mealamu
Del sacrificio en cada melé y cada ruck del talonador Mealamu, a la potencia y rapidez del centro Ma'a Nonu, con 30 ensayos en su ficha. Ambos son los maoríes más representativos actualmente. Mealamu no es titular pero su entrada al campo mantiene al 100% la fuerza y potencia del pack de delanteros. Esa es la diferencia con el resto de equipos. Los suplentes de los All Blacks no bajan el rendimiento del equipo. Y aguantar 80 minutos en rugby se puede hacer muy cuesta arriba.
Ma'a Nonu
Ma'a Nonu es el “más joven” de los cuatro en alcanzar la centena en el último partido de la fase de grupos ante Tonga. Junto a Conrad Smith, 93 internacionalidades, forman el muro de pareja de centros más fuerte del torneo, donde Nueva Zelanda solo ha cedido cuatro ensayos.
Dan Carter
No hay que olvidar al mago Dan Carter, la perfección con el juego al pie y la inteligencia de un buen distribuidor del juego. Sus 1.579 puntos lo convierten, con diferencia, en el máximo anotador de puntos de la historia del rugby y, paradojas del deporte, para este zurdo de oro esta será su primera final. Aunque se colgó, con todo merecimiento, la medalla de campeón en 2011, Carter cayó lesionado y se perdió la fase final de aquel torneo.
Richie McCaw
Pero sobre ellos destaca el capitán Richie McCaw. Este gigante con cara de granjero de ovejas (que abundan y de qué manera en tierras neozelandesas) cierra después de casi 150 partidos una vida deportiva brillante. Con un título mundial en 2011 y otro en ciernes, tres trofeos como mejor jugador del año (2006, 2009, 2010), 10 campeonatos del Tres Naciones y posterior Rugby Championship, es también el jugador con más partidos como capitán de cualquier selección (111, el próximo sábado).
McCaw, pese a que no se ha retirado aún, puede considerarse una leyenda viva del rugby equiparable a otros grandes de la historia de los All Blacks, como los históricos John Fiztpatrick, John Kirwan, Grant Fox, Michael Jones, Jonah Lomu o George Nepia.
Pero esta final será especial ante el eterno rival. Australia y Nueva Zelanda han disputado la friolera de 155 partidos en los últimos 112 años. Es el choque más repetido en la historia. El duelo del Mar de Tasmania se decanta a favor de los All Blacks, que se imponen en el parcial, 105 victorias por 42 de Australia, y siete empates. Sin embargo, en los choques mundialistas, de los tres partidos anteriores, los aussies se han llevado la victoria en dos (un 16-6 en el Mundial 1991 y la semifinal de 2003, por 22-10) por una de los neozelandés (semifinal de 2011, 20-6).