¿Cómo destruir una organización creada con buenas intenciones? La desaparición de la Asociación de Deportistas (2009-2016) podría convertirse en un modelo para futuros boicoteadores. Siete años después de su creación, la institución creada para defender los intereses de deportistas profesionales va camino de su disolución tras un año de peleas feroces entre la última junta directiva (liderada por el presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles, Luis Rubiales, su delfín, Antonio García-Plata, presidente de la asociación de fútbol-sala, y Alfonso Reyes, líder de la Asociación de Baloncestistas Profesionales) y el presidente anterior, Cayetano Martínez de Irujo, que afirma a este periódico haber sido "vapuleado" por sus rivales y necesitar "quitarse la espina para que todo esto se aclare".
Martínez de Irujo acusa a sus contrincantes de haber "destrozado" la asociación en un conflicto que atañe al Consejo Superior de Deportes (CSD) y a la guerra de fondo que mantiene con Ángel María Villar, presidente del fútbol español, en un momento de incertidumbre política.
"A la quiebra por ambiciones personales"
Martínez de Irujo, conde de Salvatierra, tercer presidente de la AD, sucedió a Emilio Sánchez-Vicario en 2012 y fue desplazado el año pasado tras una moción de censura impulsada por Rubiales, García-Plata y Reyes. Ahora, cuando la organización está a punto de desaparecer, ha decidido contar su historia sin tapujos: "Luis Rubiales y Alfonso Reyes tienen la culpa de todo", afirma en conversación con este periódico. "Se lo han cargado todo porque se querían quedar con todo", afirma antes de expresar que ha sido "la experiencia más horrible" de su vida.
La historia de miserias en la que se ha convertido el ilusionante proyecto apadrinado en 2009 por Manolo Santana, Carlos Sainz o Emilio Butragueño muere por inanición. La AD fue fundada por seis asociaciones de deportistas españoles: baloncestistas, atletas, ciclistas, futbolistas, jugadores de balonmano y jugadores de fútbol-sala. Posteriormente se adhirieron deportistas y otras asociaciones femeninas. La marcha de Martínez de Irujo, que logró reunir 300.000 euros de patrocinadores varios durante su mandato, trajo consigo el vaciamiento financiero de la organización. Los spónsors (leales al miembro de la casa de Alba) se fueron.
Los nuevos gestores, tras el éxito de su moción de censura contra Martínez de Irujo, expulsaron a los dos empleados contratados (con quienes mantienen todavía un litigio judicial por impago) y trataron de establecer otro modelo de gestión, pero han fracasado: un año después, la organización languidece y el profundo conflicto abierto entre el CSD y el fútbol español sólo se profundiza. "Me hierve la sangre", afirma Martínez de Irujo, quien recuerda el "inmenso esfuerzo inicial hecho para ponerlo en marcha, desperdiciado por unos tipos que sólo querían echar a Miguel Cardenal".
El hijo de la duquesa de Alba recuerda que los presidentes de las asociaciones más poderosas y financiadas dentro de la AD, el fútbol y el baloncesto, le abordaron para convencerle de que la asociación debía ponerse en contra del secretario de Estado para el Deporte, resistido en círculos futbolísticos por su política de control financiero y el conflicto por los derechos televisivos. "Me negué a instrumentalizar la organización", afirma hoy Martínez de Irujo, "y a cambio me han pisoteado con todo tipo de argucias para obligarme a abandonar un proyecto en el que me impliqué personalmente sin haber cobrado ni un euro. Pueden mandar en las seis asociaciones más poderosas [fútbol, baloncesto, fútbol-sala, etc.], les dije, pero conmigo no contéis para guerras personales o del fútbol. Habéis pinchado en hueso".
Querellas y facturas comprometedoras
La caída de la Asociación de Deportistas arrastra el habitual reguero de querellas que definen los conflictos políticos en el deporte español desde hace un tiempo. Martínez de Irujo, tras perder la moción de censura el año pasado, denunció a sus sucesores al frente de la institución por una cuestión de firmas falsas (querella desestimada recientemente por un juez).
Antonio García-Plata, su sucesor, niega las acusaciones y anuncia que va a denunciar al ex presidente en próximas fechas por "mala gestión". Destaca que impulsaron el apartamiento de su antecesor por deudas "poco claras" e insiste en que no han logrado ser recibidos por Miguel Cardenal tras intentarlo durante ocho meses en un ambiente enrarecido por acusaciones y tuits críticos que dificultaban el entendimiento con las autoridades.
Un portavoz del CSD aclara a este periódico que la ausencia de reunión se debió fundamentalmente a la negativa de los nuevos gestores de la AD a pagar a los dos empleados que despidieron, "dejándoles completamente desprotegidos" (un asunto que sigue siendo tramitado en los tribunales un año después: en total, la cantidad que deberá pagar la AD a estos dos trabajadores ronda los 40.000 euros).
García-Plata, el delfín de Luis Rubiales (presidente de la AFE), está implicado en una factura de 20.000 euros emitida después de hacerse cargo de la organización, en octubre del año pasado, por un vídeo promocional realizado para los Juegos Militares 2015 (a la que ha tenido acceso El Español). La empresa contratada, Alcandora, es una agencia de comunicación propiedad de su familia de la que es accionista. En conversación con este periódico, el presidente de la Asociación de Jugadores de Fútbol Sala asegura que su empresa trabajó con la AD desde 2009, mucho antes de que llegase a la cima de la misma, "siempre por concurso", y califica de "sucia maniobra" la aparición de la factura por unos trabajos que se hacían "por amor al arte" en una empresa de la que es accionista por temas familiares que prefiere mantener en privado.
Alfonso Reyes, otro miembro de la directiva señalado por Martínez de Irujo, comenta a este periódico que no se da por aludido y resalta la "pena por la desaparición de la asociación, debida a la pésima gestión del anterior presidente y la falta de ayuda del Consejo Superior de Deportes, que cortó toda la financiación. Aquí sabemos todos lo que ha pasado, no hace falta entrar en un cruce de acusaciones", afirma el ex baloncestista, quien pide al conde de Salvatierra que se dedique "a sus negocios y se deje de tonterías".
De la amistad al enfrentamiento
García-Plata y Martínez de Irujo llegaron a ser "íntimos amigos", en expresión del primero. Su historia es también la de una amistad trucada en odio: un foso insalvable que se ha tragado el propio organismo. El presidente actual acusa a su ex amigo de haberse "vendido" al CSD y de resistirse establecer a una auténtica representatividad del organismo: de los aproximadamente 9.000 socios, afirma, sólo 55 no pertenecían a las organizaciones mayoritarias: "Ni siquiera llegaba a un socio por cada deporte minoritario, a quienes Cayetano decía querer defender".
García-Plata asegura que la facturación de Alcandora es de dominio público, que la AD mantenía contratos y becas que no aparecían en la contabilidad, que la mayor parte del presupuesto se iba en sueldos y que la Casa de Alba alquilaba a la AD por 990€/mes un local en planta primera interior a patio de 38m². (Casi 11.880 euros anuales durante 5 años). Denuncia, además, gastos suntuarios poco claros, contrataciones sin aprobar por la Junta Directiva y decisiones sin concurso.
Según el último mandatario de la organización en vías de disolución, el Conde de Salvatierra "atraía tantos patrocinadores como deportistas ahuyentaba. Su perfil sindical no colaba entre los deportistas. Para Cayetano la AD era una empresa de eventos para deportistas de élite, a mayor gloria de su presidente". Y le reprocha, además, que la nadadora Melani Costa, ex novia de Martínez de Irujo, recibiera "unos pagos en 2014 de 9.910,00€, la deportista mejor pagada por eventos y becas de la AD".
Martínez de Irujo niega vehementente estas "patrañas" y recuerda que Costa, subcampeona del mundo de natación, fue escogida para una beca por los propios patrocinadores. Se queja, por el contrario, de que le querían forzar a dar dinero a asociaciones femeninas de deportes mayoritarios (fútbol y baloncesto), "¡que son justo las que tienen dinero! ¡No podía aceptarlo!".
Caída y desaparición
En muy poco tiempo, la Asociación de Deportistas (AD) ha pasado de tener cuatro empleados, una sede y varios proyectos con sus respectivos patrocinadores a estar enfilada a la desaparición tras haberse quedado sin recursos. La salida forzosa de Cayetano de la AD no sólo provocó una estampida de patrocinadores (Banco Popular, Piel de Toro o Loterías), sino que también supuso el fin del programa 'España compite: en la empresa como en el deporte', que el propio Martínez de Irujo puso en marcha junto a Juan Rosell, presidente de la CEOE, y que aseguraba un 5% para la asociación en concepto de ayudas: incluía la actividad "Mecenazgo prioritario" por la que las empresas podían hacer por un máximo de 50.000 euros y beneficiarse de deducciones. Los últimos gestores acusan al CSD de haber retirado la financiación, aunque el programa no fue creado por el organismo, sino por la confederación de empresarios españoles.
Sólo una cosa es segura: la mezcla de rivalidades personales y políticas, junto con prácticas cuando menos cuestionables, ha terminado con una asociación que rellenó un vacío en la protección y representación de deportistas españoles.