Por si alguien tenía dudas, Carolina Marín ha vuelto a demostrar por qué es una de las opciones de medalla más claras de España en los próximos Juegos Olímpicos de Río. La deportista onubense vuelve a reivindicar el papel protagonista del deporte femenino en nuestro país con raqueta y volante de por medio. Su protagonismo en el bádminton actual parece seguir sin tener techo después de certificar su segundo título europeo consecutivo en dos sets (21-12, 21-18), con Kirsty Gilmour como rival.
Con un balance de cuatro victorias y una sola derrota frente a la escocesa, Carolina, actual número dos del mundo, se presentaba como favorita, aunque perdió en su último enfrentamiento frente a la británica, vigésima primera del ránking mundial. Sin embargo, la primera manga resultó muy cómoda para la española. A partir del 4-4, Carolina fue aumentando su ventaja hasta lograr diferencias muy confortables de seis y siete puntos para rematar con 21-12 en 16 minutos.
La segunda magna comenzó con el mismo cariz. Marín se adelantó 5-1, pero la escocesa tomó la delantera con un parcial de 5-0. La onubense tuvo que concentrarse al máximo para atajar la reacción de la británica, que disfrutó de ventajas nunca superiores a dos puntos hasta que Marín recuperó el dominio del juego y se puso con cinco puntos de partido.
A la tercera oportunidad (21-18), después de 43 minutos de lucha, se alzó con la medalla de oro. Carolina regresaba este domingo a la final del torneo que, hace dos años en Kazán (Rusia), le dio su primer gran éxito internacional, con la medalla de oro. Previamente, el bádminton español ya había hecho historia en estos Europeos de Francia al clasificar a tres de sus jugadores para los cuartos de final de un torneo continental. Beatriz Corrales y Pablo Abián cayeron en la antepenúltima ronda.