España es, hoy en día, una potencia mundial en triatlón, y así lo demuestran los espléndidos resultados internacionales de los triatletas españoles. Pero un peldaño por debajo, en las categorías amateur y de iniciación, el triatlón es un deporte muy atractivo que suscita cada vez más atención. Por eso, empresas como el Santander se han comprometido a desarrollar una labor de promoción de esta disciplina para animar a la gente a superar todos los retos que se propongan.
A los 12 años, Miriam Casillas (Badajoz, 1992) escuchó hablar del triatlón por primera vez. Hasta aquel entonces, la natación, una actividad que le habían recomendado para intentar corregir una pequeña escoliosis, le resultaba algo demasiado monótono, incluso aburrido. Junto con su hermano, Miriam se apuntó en el club de la ciudad con la intención de descubrir un deporte más dinámico y entretenido.
Aquella niña menudita y morena tiene hoy 24 años; y un palmarés envidiable: campeona del mundo júnior (2011), olímpica en Río de Janeiro, campeona de España esta misma temporada… Además, ha sido capaz de compaginar los entrenamientos, viajes y competiciones por todo el mundo con los estudios en Medicina -tan sólo le falta completar el período de prácticas-. “El triatlón, al ser un deporte exigente, de muchas horas de entrenamiento, me ha ayudado a organizarme, a tener disciplina, a ser constante. Y todo eso al final es parte de mi personalidad. Siempre ha sido un hobby que ahora por suerte puede estar convirtiéndose en mi profesión”, dice la triatleta extremeña.
Miriam comparte entrenamientos en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid (Blume) con Jairo Ruiz (Almería, 1988). La natación fue también la lanzadera para que Jairo reparase en un deporte como el triatlón hasta que en el año 2011 se atrevió a probarlo. Desde entonces, sus resultados no han hecho más que mejorar; y entre sus trofeos reluce una medalla de bronce cosechada en los pasados Juegos Paralímpicos de Río, donde el paratriatlón hizo su debut en la competición deportiva de mayor importancia.
Según los datos de la Federación Española de Triatlón (FETRI), en 2015 hubo 105 paratriatletas federados en España (95 hombres y 10 mujeres), por los 75 de 2013 (72 licencias masculinas y 3 femeninas).
Para Jairo, el atractivo del triatlón está vinculado a que es “un deporte muy bonito y muy ameno de entrenar, pues al ser tres disciplinas deportivas (nadar, ciclismo y correr), al fin y al cabo, hay que hacerlo prácticamente todo y eso conlleva que sea mucho más fácil, más llevadero desde el punto de vista psicológico”. Además, España cuenta con una gran ventaja para la práctica del triatlón: el clima.
Por qué esta fiebre por el triatlón
Durante la última década, el triatlón ha sido uno de los deportes que más crecimiento ha registrado en España. Mujeres, hombres, jóvenes, veteranos… no importa la edad ni el sexo, sino las ganas de experimentar nuevas motivaciones extrapolables al día a día. Y esa fiebre también la han notado los triatletas de primera fila. “En los últimos 3-4 años”, dice Miriam Casillas, “el triatlón se está poniendo de moda y creo que es porque la gente se ha cansado de hacer un solo deporte y busca nuevos retos, nuevas disciplinas. El triatlón es eso, un deporte que te lo puedes tomar como un reto y aporta el dinamismo del entrenamiento, que no sea tan aburrido como solo correr o solo nadar”.
Jairo Ruiz corrobora la versión de su compañera: “El triatlón es un deporte que está muy de moda y pienso que es porque se puede tomar como un reto personal, un reto de superación. En el triatlón amateur, a diferencia de otros deportes, lo que cuenta es terminar, ser finisher”. “Acabar siempre tiene que ser el principal objetivo y por el que te tienes que sentir satisfecha aunque no haya sido tu mejor prueba”, añade Miriam.
Y una persona que empiece de cero, ¿qué consejos debería seguir? “Lo mejor es que alguien te vaya orientando, tener un entrenador para que te dé unas pautas a seguir y tengas un esquema, una estructura antes de empezar cuando no sabes por dónde hacerlo”, comenta Jairo. Por su parte, Miriam señala algo imprescindible: “Se necesitan ganas”, pero también es aconsejable buscar un grupo para divertirse y seleccionar pruebas que se revelen como una motivación. “Al final, lo que le vale al triatleta popular es hacer deporte cada día y ponerse pequeños objetivos: seguir yendo con su grupo de entrenamiento y pasárselo bien”.
No hay que ser un superhéroe
Miriam Casillas también nota cada vez más presencia de mujeres en las pruebas. La explicación recae en que el triatlón es un deporte muy igualitario, tanto en distancias como en premios, además de entrenarse casi siempre en grupos mixtos. “Cuesta mucho que una mujer empiece a hacer triatlón, pero por la experiencia que tengo, todas las que han empezado se han enganchado y han seguido haciéndolo. Mi consejo es que lo prueben y una vez eso, creo que la mayoría seguirán”, explica la extremeña.
Participar en unos Juegos Olímpicos es el sueño de cualquier deportista; y ambos lo cumplieron el pasado verano en Río de Janeiro. Miriam, que se clasificó en el puesto 43 y fue la mejor española, describe la experiencia como “estar en un parque temático porque todo es increíble”. Jairo Ruiz se subió al tercer escalón del podio en la prueba paralímpica, pero terminó ligeramente desconcertado: “Es una mezcla de sensaciones muy extrañas: muchísima alegría, ganas de llorar, ganas de gritar; pero por otro lado, un poco de pena porque son muchos años de preparación y de esfuerzo. (...) Cuando llegas a la meta se acabaron los Juegos y hay que centrar la preparación en otro objetivo. Es un poco una sensación de no saber qué hacer, si reír o llorar”.
Esfuerzo, reto, progreso, satisfacción, diversión, constancia, complejidad… son características implícitas e inseparables de la palabra triatlón, una disciplina, como dice Jairo, que “no es algo de superhéroes, ni sobrehumano: se puede desarrollar como deporte popular, como deporte de aficionado por cualquier persona”.