Dani Dujshebaev: “Ojalá nos comparen con los hermanos Gasol en el futuro”
Hijo de Talant Dujshebaev (entrenador del Kielce y exinternacional español) y hermano de Alex (jugador del Kielce), el pequeño de la casa se proclamó campeón del mundo júnior el pasado domingo con España. Habla con EL ESPAÑOL antes de incorporarse a su nuevo equipo, el Celje esloveno.
2 agosto, 2017 01:57Noticias relacionadas
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Dani Dujshebaev (Santander, 1997) es el más pequeño, el último de la saga. Un tipo tranquilo, tímido -o eso dicen los que le conocen-. Pero también un alumno aventajado, el crío que escuchaba a su padre (Talant, actual técnico del Kielce) y aprendía de su hermano (Alex, internacional absoluto y jugador del Kielce). Con ellos compartió su niñez en Ciudad Real, en La Mancha, desde donde atiende a EL ESPAÑOL. Antes, le dio tiempo de ir de vacaciones (“apenas cuatro días en Sancti Petri con toda la familia”) y de proclamarse campeón del mundo júnior el pasado domingo contra Dinamarca (38-39). Eso, sin embargo, ya es pasado. Tras pasar por casa y ver a los amigos, en breve parte hacia Eslovenia para incorporarse al Celje, su nuevo equipo, después de una temporada para el recuerdo: debutó con la absoluta antes de disputar el Mundial y terminó su primer año en Asobal con sobresaliente.
Año redondo el suyo: buena campaña con el Atlético Valladolid, debut con la absoluta, campeón del mundo júnior con España…
La verdad es que ha sido una buena temporada, pero ojalá en un tiempo pueda decir que simplemente fue un buen año, uno más. Ojalá lleguen mejores.
Imagino que muchos aficionados (algunos en la playa) no vieron la final del Mundial júnior contra Dinamarca (38-39), haga de periodista y cuente cómo fue el día.
Bueno, es uno de esos días en los que hay muchos nervios. Cuesta dormir, te levantas pronto (sobre las nueve o así)... Antes de la final no hablas mucho con los compañeros. Estás concentrado y, aunque siempre hay bromas, son momentos en los que piensas mucho en el partido. Después vimos vídeo de Dinamarca, comimos, descansamos un poco y fuimos para el pabellón. En el autobús siempre fuimos muy animados, cantando y poniendo música; y a la hora del partido, lo vives con mucha tensión, con muchos nervios….
Pero salimos bien, luego ellos empezaron a jugar bien el siete para seis -que la verdad que lo jugaron extraordinario- y sí que es cierto que hubo algunos momentos en los que nos sentimos -aunque no sé si es la palabra- impotentes a la hora de defenderles. Al final, el momento de la parada de Xoan fue un momento de éxtasis y nos ayudó mucho. Llegamos a la prórroga mejor que ellos y tuvimos la suerte de poder ganar. A partir de ahí fue todo alegría...
Y usted, además, marcó el último gol.
En ese momento no te das cuenta. Tienes muchos nervios y tensión, y yo no me di cuenta del tiempo que quedaba hasta que me giré a celebrar el gol y vi que restaban 10 segundos. En ese momento sabes que estás jugando el partido, pero no eres conscientes ni cuánto va ni nada… Sabes que tienes que defender y ya está. Es una anécdota más, pero lo importante fue la victoria del equipo.
¿Qué se le pasa a uno por la cabeza cuando se proclama campeón del mundo?
En ese momento no piensas en nada. Estás feliz, tienes una alegría inmensa, quieres celebrarlo, gritar y estar con tus compañeros… Además, es la última vez que estábamos juntos esta generación y fue una bonita manera de acabar. Sólo piensas en disfrutar del momento.
¿Se pegarían una buena fiesta después, no?
Bueno, hicimos lo que pudimos.
¿Cuántas llamadas y mensajes recibió después del partido?
Muchas. Y la verdad que agradecido a todos. Los más cercanos escribiendo en WhatsApp y llamando, y en las redes sociales toda la gente que nos apoyó. Fuimos Trending Topic, fue impresionante y parecía algo impensable.
Imagino que alguna llamada sería de su padre o de su hermano. O quizás de su novia…
Lo primero que leí fue el grupo de la familia. Luego hablé con mis padres, pero muy poco, porque allí no teníamos Internet. El rato que estuve en el pabellón sí que cogí un poco de wifi, hablé unos minutos con mis padres y mi hermano, y después en la cena estuvimos otra vez sin Internet, así que…
¿Qué le dijo su padre?
Nada. Me dio la enhorabuena, me dijo que lo disfrutase y poco más.
Ahora uno echa la vista atrás e imagino que se acuerda de aquellos días en Ciudad Real cuando era pequeño.
Sí, empecé jugando en el colegio, en Marianistas. Y, al final, lo que recuerdas son a esos amigos, que son para toda la vida. Pero, bueno, entonces era tan solo un niño y no pensaba demasiado en lo que podía llegar a ser. Disfrutaba con los amigos y ya está. Y luego, sí que es cierto que cuando vas creciendo te acuerdas que terminaban los entrenamientos, y que yo y mi hermano nos quedábamos trabajando un rato más con nuestro padre. Y, aunque en ese momento querías hacer otra cosa, luego con el tiempo piensas que hiciste bien.
¿Cómo es que a uno lo entrene su padre?
Al final, cuando eres más pequeño es un poco distinto. Ahora mismo ya eres un profesional y cuando estás en casa es tu padre, pero cuando estás en la cancha eres uno más. Él es tu entrenador y tú un jugador más, y hay que intentar que eso no afecte. Está claro que el sentimiento siempre está ahí, pero durante el entrenamiento y el partido tienes que comportarte como uno más y ya está.
¿Puede uno dedicarse a otra cosa que no sea el balonmano siendo hijo de Talant?
Ha salido así, pero mi padre siempre nos ha apoyado para hacer lo que más nos gustase y al final lo vives tanto que es imposible que no disfrutes con esto.
¿Es muy duro entrenar con él?
He tenido la suerte de estar entrenando con él dentro y de ver entrenamientos suyos. En el Kielce menos, pero sí en el Ciudad Real y en el Atlético de Madrid. Y está claro que es duro, pero es que son equipos de primer nivel mundial y tienes que dar la talla. Supongo que hace como la mayoría de entrenadores del mundo.
¿Talant es de los que cuentan muchas batallitas?
Es verdad que ahora que nos vemos menos sí que le gusta contar algunas más, pero bueno… Cuando nos juntamos intentamos hablar lo menos posible de balonmano, disfrutar de nuestra compañía y desconectar un poco, porque eso es importante.
Primero estuvo en Ciudad Real, y luego en el Atlético de Madrid y el Barcelona. ¿Se hace uno antimadridista después de pasar por esos dos equipos?
No, antimadridista, no…. El sentimiento que había en mi casa era un poco más hacia el Real Madrid y al final lo dejas un poco más de lado, pero no hay ningún sentimiento antimadridista ni barcelonista. Sientes los colores donde estás y ya está.
Y de ahí a debutar en la Asobal esta temporada con el Atlético Valladolid, haciendo un buen año y debutando con España. ¿Le hicieron alguna novatada en la absoluta?
No, ninguna. Tuve la suerte de coincidir con mi hermano y de conocer a algunos otros jugadores, ya sea por entrenar con ellos en el Barcelona o por verles en Ciudad Real. La verdad que tuve muy buen recibimiento. Es un grupo muy agradable y salió todo genial.
¿Cuántas veces le compararon con su padre durante esa concentración? ¿Pesa el apellido?
La verdad es que tengo en casa al mejor ejemplo, que es mi hermano. Como dices, es inevitable que te comparen con él, pero teniendo su ejemplo, viendo cómo lo ha llevado él y cómo le está saliendo todo, pues la verdad es que así es todo más sencillo. Creo que al final, como todo, tiene sus ventajas y sus desventajas, y hay que intentar sacar el máximo rendimiento de lo positivo y dejar de lado lo negativo. Se puede llevar (el apellido) sin problema alguno.
En esa convocatoria se encontró con algún campeón del mundo… España lo ha sido dos veces. Imagino que se acuerda poco de la primera vez (2005), pero sí de la segunda (2013).
De la primera he visto fotos, he visto todo… Creo recordar que fue en Túnez, pero no me acuerdo de mucho más. De la segunda sí. Fue la final soñada y fueron momentos muy bonitos para el balonmano español. Recuerdo estar pegado al televisor viéndolo. Entrenar ahora con algunos de aquellos campeones es increíble.
Ahora ustedes se han proclamado campeones del mundo y son júnior de oro, igual que aquellos que, en baloncesto, en 1999, también se proclamaron campeones del mundo. Los Gasol, Navarro, Raúl López y cía. ¿Gusta que os comparen con ellos o es mucha presión?
Es muy bonito que te comparen con algunos de los mejores deportistas de la historia de España. Pau Gasol, al final, es un referente para cualquier deportista español. Navarro también estaba allí. Y eso es muy bonito, pero hay que seguir trabajando y hay que intentar que se nos compare a lo largo de los años y no que acabe aquí.
¿Con quién le gustaría a uno que le compararan de todos aquellos?
Bueno, al final el nombre que más ha destacado es el de Pau Gasol, pero bueno… Las comparaciones no dejan de ser eso y tú tienes que seguir trabajando para ser uno de ellos. Y ojalá y aparezca una generación dentro de unos años a la que comparen con nosotros porque realmente hayamos seguido creciendo todos juntos.
Pero no me negará que su hermano y usted, ahora mismo, son los hermanos Gasol del balonmano.
La verdad que los hermanos Gasol… Bueno, es verdad que mi hermano ha estado este año disputando la Liga de Campeones, y ha jugado a un gran nivel y ha estado en el equipo ideal. Él está a un nivel muy alto. Pero yo tengo que seguir trabajando. Este año ha sido el primero en Asobal, me ha salido bien, pero poco a poco. Hay que seguir trabajando y ojalá a mi hermano y a mí se nos compare con los Gasol en el futuro.
Lo que está claro es que su generación es la primera en ser campeona del mundo de balonmano júnior. Pertenecen, según los que hacen este tipo de listas, a la generación Z (los nacidos entre el 94 y el 2010). ¿Lo sabía?
No tenía ni idea…
Pues vamos a ver cómo es su generación con un test. Por empezar por lo básico, ¿qué veía en la televisión de pequeño?
Oliver y Benji, Pokémon, Digimon, Dragon Ball un poco… Ese tipo de cosas.
¿Juega ahora al Pokémon en el móvil?
A algún amigo sí que le vi jugando al Pokémon cuando llegó la moda, pero ahora ya no… [risas].
¿Sabe quién es Cobi?
¿Kobe Bryant?
No, la mascota de los Juegos del 92.
No sabía [risas].
¿A qué edad tuvo su primer móvil?
Imagino que a los 11 o los 12.
¿Tenía Internet?
No, era uno de esos Nokia que parecían un ladrillo, de esos que tenían el juego de la serpiente.
¿Jugaba en la calle o en casa?
Un poco de todo. Después del colegio jugaba en la calle, pero también en casa.
¿Cuántas veces mira el móvil al día y cuántas fotos pone en Instagram?
El móvil lo miro muchas veces. Y, en Instagram, depende de la época. En competición un poco más, pero en otros momentos sólo dos veces por semana o así.
¿Bebe Coca-Cola Zero, light o normal?
No suelo beber Coca-Cola, pero si lo hago que sea light.
¿Liga por Tinder o va a la discoteca?
Un poco de todo quizá. Al final, ligar lo que puedo en la discoteca… Pero como tampoco tenemos demasiado de eso… y tampoco tengo Tinder.
¿Lee en libro o en la tablet?
En libro.
¿Cómo se ve dentro de 10 años?
Ojalá jugando a un gran nivel.
¿Y en qué formato le gustaría leer: ‘La generación Z, campeona del mundo de balonmano’?
Supongo que en el móvil, soy más de leer por ahí. Ojalá y llegue ese mensaje.