El nombre del mariscal tejano Nick Foles estará marcado para siempre con letras de oro en la historia de los Eagles de Filadelfia después de haber sido el gran héroe que de haber estado como reserva del equipo los llevó a ganar el primer Super Bowl, el LII, de su historia.
Foles, de 29 años, escribió una página memorable en su carrera y en la del equipo al ganarle en el U.S Bank Stadium de Minneapolis, ante un lleno de 73.000 espectadores, el duelo al legendario mariscal de campo Tom Brady de los Patriots de Nueva Inglaterra a los que vencieron, contra todo pronóstico, por 41-33.
El mariscal de campo tejano, que de no haberse lesionado en diciembre su compañero, el estelar Carson Wentz, nunca hubiese tenido la posibilidad de ser titular con los Eagles, fue la gran estrella de una noche histórica en la que se hizo merecedor a ser el ganador del premio de Jugador Más Valioso (MVP) del Super Bowl.
Foles se hizo merecedor al premio después de completar 28 de 43 pases para 373 yardas, tres anotaciones, y una interceptación que a la larga no fue factor a la hora de asegurar el primer trofeo Vince Lombardi para su equipo.
"Es un gran grupo de jugadores y de entrenadores", declaró Foles en sus primeras palabras luego de alzar el trofeo Vince Lombardi. "Nos sentíamos confiados. Hay muchos niños viendo esto y les servirá de ejemplo. Estoy muy contento por mis compañeros, mis entrenadores y la gente de esta ciudad (Filadelfia)".
Desde el inicio del partido, el veterano pasador mostró que estaba concentrado, que tenía una gran protección y de ahí que tuviese un 65,1 por ciento de acierto a la hora de completar los envíos, uno de ellos para 55 yardas al corredor Corey Clement, que ayudó a que Eagles lograran una anotación más.
"Me sentía bien, no sabes exactamente qué sentir, nunca había estado en un Super Bowl", aseguró Foles. "Pero me sentía tranquilo, y con los entrenadores que tengo a mi alrededor me ayudó. Salí a hacer mi trabajo, no veía el marcador, ni el tiempo en el reloj sólo salí a jugar. Cualquier acción que me mandaban trataba de ejecutarla".
Foles fue siempre el líder del equipo que salió desde el principio mentalizado que podía ganar a los Patriots, la dinastía de la NFL, que llegaba como grandes favoritos a conseguir su quinto título del Super Bowl.
Los Eagles con su mariscal de campo a la cabeza nunca se detuvieron hasta conseguir una anotación como la que lograron con la cuenta en cuarta y gol faltando 38 segundos para que terminara la primera mitad.
Foles se alineó en formación escopeta y con jugada de truco, se aisló del resto de la defensiva para que el ala cerrada Trey Burton le lanzara el balón y cruzara las diagonales sin problema alguno, lo que fue su primera recepción en la NFL y también histórica.
"Estoy muy emocionado, trabajamos mucho, la ejecutamos muy bien y salió todo perfecto en el momento adecuado. La trabajamos como un mes y salió", explicó Foles, que tuvo el único error del partido con un pase largo que fue desviado e interceptado por Duron Harmon de los Patriots.
La ofensiva de Eagles atacó a la defensiva de Patriots con lo que mejor saben hacer, el mantenerse en acción permanente, que les dejó muy buenos resultados al buscar todas las zonas por donde podían penetrar sus receptores abiertos.
En un duelo de pasadores, en el cual se rompieron varios récords, entre ellos el de más yardas combinadas en la historia del Super Bowl (1.151 yardas), el de los Eagles fue quien al final le dio la anotación que dejó la ventaja definitiva al equipo de Filadelfia.
"Hemos esperado por esto por mucho tiempo, y me siento bendecido de ser parte de esto", subrayó Foles, de 39 años. "Tenemos a un gran grupo de jugadores, una gran ciudad en la que competimos y me siento orgulloso de ser un Philadelphia Eagle".
A pesar de su hazaña y de ser el nuevo MVP del Super Bowl LII, Foles, que busca también convertirse muy pronto en pastor protestante, no tiene seguro si va a continuar la próxima temporada con los Eagles.
El veterano de seis temporadas en la NFL tendrá que esperar si le renuevan el contrato y luchar por el puesto titular que le pertenecía a Wentz antes de sufrir una grave lesión de doble rotura de ligamento de la rodilla izquierda, que le obligó a pasar por el quirófano y perderse los últimos partidos de la temporada regular.
"No es el momento de hablar de mi futuro, ahora es el de celebrar como lo están haciendo todos los seguidores de los Eagles con un triunfo que nos hace a todos muy felices", destacó Foles. "Quiero disfrutar algo tan especial como lo que estoy viviendo esta noche junto a mis compañeros y mi familia que es lo más importante".