Lucía Ballvé (Oviedo, 1999) es una jugadora del Club Voleibol Alcobendas que se vino a Madrid para estudiar enfermería y poder hacer una de las cosas que más le gusta: practicar uno de sus deportes preferidos. Pero una inoportuna lesión le privó de competir en la mejor Liga de España de Voleibol.
La española se había roto el ligamento cruzado anterior en su segundo partido con el Alcobendas. Una lesión que le apartó once meses de los terrenos de juego, es decir, una temporada completa sin poder competir. Un año de tremendo sacrificio y dolor para poder volver a las pistas. "Pensé en dejar el voleibol, pero poco a poco me di cuenta de que no, que a pesar de las lesiones quería recuperarme y volver a jugar. Han hecho y me han demostrado que no puedo vivir sin el voleibol, ya que es una parte de mi vida", comenta.
Regresó esta temporada y cuando las sensaciones parecían buenas, la mala suerte se cebó de nuevo con la ovetense. Una recaída le hará tenerse que operar de nuevo y pasar por el quirófano. "He sacrificado mucho tiempo con ello a la vez que estudiaba", dice.
La ovetense ha atendido a EL ESPAÑOL y nos ha contado cómo fueron sus comienzos y que, a pesar de que la suerte no le está acompañando en su carrera deportiva, volverá con más ganas y fuerza que nunca.
Enfermería y voleibol
Empezó jugando a otro deporte para al final darse cuenta que lo que realmente le gustaba era el voleibol. "Comencé en el baloncesto, a pesar de que no me gustaba nada, porque mi padre lo practicaba. Me apunté luego a voleibol y me gustó mucho. Empecé a entrenar, a emplear más tiempo en ello y a ser convocada, ya sea por mis diferentes equipos o por la selección. Con España he jugado dos Ocho Naciones, dos pre-europeos, un Mundial escolar y bilaterales. Al estar en permanente vi que quería jugar al voleibol a más nivel. Todo eso ha hecho que tuviese que emplear más tiempo en ello", manifiesta.
De Oviedo, pasando por Soria y acabando en Madrid. "Empecé jugando en un colegio de Oviedo hasta primer año de cadete. En segundo año de cadete me fui a Soria a la concentración permanente donde estuve tres años. Luego acabé fichando por el Alcobendas que es mi actual equipo".
Su fichaje por el conjunto del norte de la capital le ha hecho crecer como persona a nivel personal y profesional tal y como cuenta. "Ha sido un salto de calidad. Estar con jugadoras tan veteranas con las que puedes aprender y que siempre han sido un ejemplo es tremendo. Compartir pista con ellas es una pasada y además en el Alcobendas puedes jugar, en mi caso, en la Superliga Iberdrola y en categorías inferiores".
Amante del voleibol y de la enfermería, carrera que estudia, intenta compaginar ambas cosas como puede. "Apenas tengo tiempo para nada. Entreno, estudio y voy a la universidad. Lo importante es organizarse uno y así todo es más fácil. Si algún día tuviese que elegir entre enfermería y el voleibol, escogería lo primero ya que ahora mismo no puedo vivir de lo segundo a pesar de que en muchas ocasiones dedico más tiempo al voley".
Su primera lesión
Las alarmas sobre su lesión no saltaron hasta que le dieron la resonancia. A partir de ese momento ha tenido que sufrir mucho con toda la rehabilitación ya que, además de ser muy dura y muy constante, si hay algo que no haces bien es como dar un paso atrás.
"Al lesionarme por primera vez pensé que no iba a ser nada. Paré de jugar, pero podía andar a pesar del pequeño dolor. Poco a poco fue a peor y fue cuando acudí al médico y me dio la mala noticia. No me lo creía. Empecé a llorar ya que era algo horrible y muy duro", comenta.
La recaída
Hace unas semanas empezó con la pretemporada, con partidos amistosos y el inicio del campeonato liguero: "Tuve miedo de que me volviese a lesionar cuando empecé a jugar de nuevo. Pensaba en que no me tenía que volver a pasar y qué tenía que hacer exactamente para no lesionarme de nuevo".
Poco a poco empezó a quitarse los miedos tal y como cuenta y a disfrutar de nuevo: "Al volver a jugar me sentí de nuevo deportista. Soy muy exigente, lo pasé muy mal en las dos primeras semanas ya que después de estar once meses parada iba un paso atrás de mis compañeros".
En el segundo partido de liga notó una pequeña molestia y se tuvo que retirar. Muchos pensamientos se le pasaron por la cabeza recordando su primera grave lesión y todo por lo que tuvo que pasar. Tras hacerle las pruebas se confirmaron las malas noticias.
Ahora, tras sufrir la misma lesión en la misma rodilla y tener claro que pasará de nuevo por el quirófano, le volverá a tocar levantarse para volver hacer una de las cosas que más le gusta: disfrutar del voleibol para que esa rodilla vuelva a dar muchas tardes de gloria.