Hace tiempo que el deporte mundial cedió a los destinos más exóticos con el único objetivo de hacer toda la caja posible. La crisis de finales de la primera década del siglo XXI hizo que destinos como Catar, Emiratos o Arabia Saudí comenzaran a ganar protagonismo y que incluso las grandes fortunas de esos países tomaran el control de algunos clubes o campeonatos.
Los petrodólares han sido tan poderosos en el deporte que incluso un país como Catar, que nunca ha disputado una fase final de un mundial de fútbol, será la sede del Mundial 2022. La decisión de la FIFA, rodeada de polémicas e investigaciones por corrupción, tendrá efectos secundarios sobre la competición dado que, por culpa de las condiciones climáticas extremas del país de Oriente Medio, se disputará durante el invierno, en vez de en verano como es habitual en este campeonato.
Dentro de estos grandes países productores de petróleo que han encontrado en el deporte un canal para promocionarse como destino del turismo y los negocios, Arabia Saudí destaca en los últimos tiempos por una acción agresiva para albergar algunos de los grandes eventos mundiales.
Las Supercopas, para empezar
El estadio King Abdullah Sports City, en la ciudad de Yeda -la segunda más importante de Arabia Saudí- se convirtió el pasado mes de enero en la sede de la Supercopa italiana de fútbol. La competición que enfrenta al campeón de la Copa italiana y de la Serie A del año anterior ha dejado las fronteras nacionales en varias ocasiones. El torneo se ha disputado en Shanghái, Doha, Pekín, Nueva York, Washington e incluso Tripoli.
Hasta ahora, se había visto con cierta normalidad que la competición se celebrara lejos de Italia pero este verano la elección de Arabia Saudí levantó varias polémicas. La situación de la mujer dentro de la sociedad saudí ha sido una de las grandes protestas por parte de los críticos con la sede. La polémica creció al conocer que el estadio se dividiría en varias zonas según el género de los asistentes, y las mejores entradas, las de mejor visibilidad, serían solo para hombres. Además las mujeres que quisieran ver el encuentro desde dentro del estadio tendrían que estar siempre acompañadas por un hombre.
A la espera de saber si Arabia repetirá como sede de la Supercopa italiana, lo que parece cada vez más cerca es que pueda ser el emplazamiento para la nueva Supercopa española. El nuevo formato de final a cuatro que ha impulsado Luis Rubiales para la próxima temporada ha llamado la atención de varios países que quieren convertirse en la sede.
El propio presidente de la Real Federación Española de Fútbol ha reconocido que entre las propuestas se encuentra la de Arabia Saudí y, además, se trata de una de las más potentes en lo económico. "Es una posibilidad, pero es difícil llegar a 30 millones de euros. Siempre vamos a tener un criterio parecido al de UEFA y FIFA, que el 30% vaya a la base de la pirámide, a los niños y niñas, los clubes modestos y a las federaciones territoriales. Ojalá llegar al 3% de la televisión que se pactó (para fútbol modesto) y no el 1, como ahora. Tendremos que pensar también en la salud de los futbolistas", señaló Rubiales durante los Desayunos Deportivos de Europa Press.
Impulso de jugadores y equipos
La inversión saudí en el fútbol no se limita a albergar grandes eventos. El impulso de sus equipos y jugadores es otra de las patas de su estrategia. Uno de los acuerdos que más llamaron la atención en los últimos años fue el que alcanzaron con LaLiga.
Gracias a la colaboración entre la entidad presidida por Javier Tebas y la Federación de Fútbol de Arabia Saudí, nueve jugadores saudíes ficharon por varios clubes de Primera y Segunda. Levante, Villarreal y Leganés, de Primera; Valladolid, Numancia y Rayo Vallecano, de Segunda; y el Sporting de Gijón B anunciaron a comienzos de 2018 los fichajes de diferentes jugadores de nacionalidad saudí.
La realidad, un año más tarde, es que el paso de los futbolistas fue efímero. Ninguno llegó a contar con minutos importantes en sus clubes y solo cuatro de ellos han sido seleccionados para disputar la Copa Asia que se celebró este pasado mes de enero. Como ejemplo del fracaso de la colaboración entre LaLiga y la Federación saudí, Fahad Al Muwallad, una de las figuras destacadas del conjunto nacional en la Copa Asia, llegó al Levante con el cartel de goleador pero apenas jugó once minutos con el equipo granota frente al Leganés.
La inversión en publicidad en grandes clubes de fútbol parece ser otra de las alternativas de cómo Arabia Saudí pretende ganar presencia en el deporte rey. El Gobierno de Arabia Saudí informó en febrero que estaba negociando un contrato de patrocinio con el Manchester United, pero recalcó que a pesar del hipotético acuerdo el príncipe heredero, Mohamed bin Salman, no pretende comprar el club inglés.
El Fondo de Inversiones Públicas Saudí (PIF) es uno de los mayores fondos soberanos del mundo y tiene invertidos 250.000 millones de dólares en empresas saudíes y extranjeras, incluyendo bancos, el gigante de la siderurgia ArcelorMittal, compañías tecnológicas como Uber o el fabricante de automóviles eléctricos Tesla.
Las autoridades del fondo han anunciado que pretenden diversificar su cartera de activos y elevar sus inversiones hasta los 400.000 millones de dólares en 2020. Es aquí donde la organización de grandes eventos deportivos o patrocinios se convierte en una inversión de futuro posible, un modelo semejante al que ya han puesto en marcha desde hace años países como Catar o Emiratos Árabes Unidos.
El motor, la gran apuesta
La apuesta deportiva de Arabia Saudí no se limita al mundo del fútbol, el motor se ha convertido en una de las mejores tarjetas de presentación. El reciente acuerdo para que el Rally Dakar se dispute durante los próximos cinco años en el desierto saudí se une al acuerdo con la Fórmula E de Alejandro Agag para tener uno de los ePrix de la competición de monoplazas eléctricos que tanto impulso ha logrado en los últimos años.
Por si fuera poco, la emblemática Race of Champions 2018, un evento que reúne anualmente a las grandes figuras del automovilismo mundial, tuvo al Estadio Internacional King Fahd en Riyadh como sede, convirtiéndose en la primera competición internacional de deportes de motor organizada en el país. Aunque tratándose de automovilismo, la Fórmula 1 parece ahora el gran objetivo, la tercera joya de un proyecto que daría visibilidad al país en las grandes competiciones de las cuatro ruedas.
Las negociaciones con Liberty Media, propietaria de la Fórmula 1, ya están en marcha según Auto Motor und Sport. El circuito urbano de Riyadh, que ahora alberga el ePrix de la Fórmula E, sería el trazado elegido y para que sea posible el país habría ofrecido 53 millones de euros para que el Gran Circo aterrizase allí en 2021.
[Más información: Arabia Saudí ofrece 53 millones para albergar un Gran Premio de Fórmula 1]
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