España cerró su participación en el Mundial de natación de Gwangju 2019 en la modalidad de sincronizada, llamada ahora artística, con tres medallas. En todas ellas ha participado la que se ha convertido en la nadadora más laureada de la historia de los mundiales: Ona Carbonell. Y lo hizo en su séptimo mundial.
Tres metales de la catalana en Corea del Sur hicieron que sumase 23 medallas en los mundiales, solo por detrás de las leyendas estadounidenses Michael Phelps (33) y Ryan Lochte (27).
La española consiguió superar a la mítica nadadora rusa de sincronizada Natalia Ischenko, que entre 2005 y 2015 se colgó 21 medallas en Mundiales. Gemma Mengual, que vio como Ona le superó en los Mundiales de 2017 en Budapest gracias a dos platas, finalizó su carrera en lo que se refiere a los Mundiales con 20 medallas - 1 de oro, 12 de platas y 7 de bronce-.
Ona se ha convertido así en una de las mejores nadadoras de sincronizada en la historia de España y todo eso sabiendo que no ha coincidido con un buen desempeño de la sincro en general.
La primera medalla en Gwangju
Carbonell se plantaba en Corea del Sur con 20 medallas en los Mundiales. La gran baza de la natación artística era la catalana y ella lo sabía. Consciente de que podía hacer historia, el primer metal de la representación española llegó gracias a Ona.
Su ejercicio, titulado 'Mandela' y basado en un discurso del histórico líder sudafricano sobre los valores del deporte realizado durante los premios Laureus, le valíó para sumar la plata en solo técnico por delante de la japonesa Yukiko Inui. Tan solo la rusa Svetlana Kolesnichenko acabó por delante.
Bronce en 'highlights' y 22ª medalla
El equipo español ganó la medalla de bronce en highlights, una nueva modalidad de la natación artística que debutó en Gwangju en un Mundial. Con un ejercicio sobre una canción de AC/DC, el combinado español estuvo cerca de ganar la plata, pero finalmente fue para Italia. La de oro fue para Ucrania.
Esta especialidad, de nueva creación, combina acrobacias con elementos espectaculares e incluso admite la utilización de bañadores con accesorios. Las españolas, vestidas con chaquetillas de cuero rojo 'heavymetaleras' defendieron una gran interpretación de 'Thunderstruck', una actuación llena de energía y con un buen número de acrobacias.
La última medalla en Gwangju
La natación sincronizada española se despidió de Corea del Sur con una medalla de plata. Séptima vez en lo que iba de Mundial en que Ona Carbonell se lanzaba a la piscina, la catalana consiguió subirse al segundo escalón del podio para seguir haciendo historia.
Tras nadar al ritmo de It’s a man's world, el tema de James Brown -acompañado por Luciano Pavarotti en esta versión- en el que cantaba que "es un mundo de hombres", Ona sumó la tercera medalla para nuestro país.
De esta forma, sin poder sumar más metales restantes en las demás pruebas del Mundial, Carbonell se despidió sumando 23 medallas en los Mundiales -una de oro, doce platas y diez bronces. Lo que suma un total de 35 -23 en Mundiales, 2 olímpicas y 12 europeas-. La siguiente cita mundialista será en Japón dentro de dos años, donde Ona espera poder seguir agrando su leyenda y acercarse así tanto a Phelps como a Lochte.
El dúo nacional y los JJOO
La natación artística del Mundial de Gwangju otorgó una plaza olímpica para el equipo español. El dúo nacional, compuesto por Ona Carbonell, Sara Saldaña y Paula Ramírez, garantízo su presencia en los Juegos Olímpicos tras los resultados de las pruebas por equipos.
En el Mundial de Corea del Sur había en juego dos plazas por equipos tras la suma de las puntuaciones de los ejercicios libre y técnico. China y Ucrania se hicieron con esas plazas y aseguraron su presencia de sus respectivos dúos en Tokio.
La European Champions Cup otorgaba también una plaza por dúos para los Juegos. España fue tercera por detrás de Rusia y Ucrania, pero como ambos países se clasificaron por equipos, su plaza quedó liberada en favor de España. Ona Carbonell será la líder del dúo español en Tokio y falta ver si le acompañará Paula Ramírez o Sara Saldaña.
Su año sábatico
Carbonell constituye la excepción en una selección de natación artística que se ha renovado profundamente. 2018 fue un año sábatico para Ona, donde partició en el programa televisivo Master Chef Celebrity 3. Desde los 16 años en el equipo nacional, dijo necesitar esa pausa para poder afrontar la preparación de sus terceros Juegos en Tokio.
Reapareció la pasada primavera para disputar el Mundial de Gwangju. Y lo hizo con un programa menos extenso nadando las dos rutinas del solo, la libre del dúo y del equipo, modalidad que contaba para la calificación olímpica en 2020, y en la nueva de Highlight.
Su posible retirada
Nacida el 5 de junio de 1990, la catalana llegaría a Tokio recién cumplidos los 30 años. Por su parte, Gemma dijo adiós a la natación a los 34 años. En 2020 estará en los JJOO, donde la medalla puede resultar difícil, ya que en el dúo de este Mundial acabó en la quinta posición.
Tras ello, habrá que ver si la catalana llega a los Mundiales de Fukuoka en 2021, donde tiene muchas posibilidades de seguir sumando nuevas medallas, poder seguir agrando su leyenda y acercarse así tanto a Phelps como a Lochte. Pase lo que pase, siempre quedarán sus 14 años en la élite donde siempre ha estado subida a los podios.
La heredera de Mengual
Gemma se incorporó al equipo nacional español 1992 y desde entonces, antes de su retirada en 2012, conquistó 17 medallas de oro, 18 de plata y 12 de eronce, entre campeonatos del Mundo, Europeos y Juegos Olímpicos. "Me retiro porque ya he dado todo lo que podía dar a este deporte", comentó la nadadora catalana.
Ona, tras superar las 20 medallas de Gemma en los Mundiales, se encuentra ahora a 12 de las 47 que tiene en total Mengual. Tras la salida de Anna Tarrés como seleccionadora, tuvo que colocarse al frente en los Mundiales de Barcelona 2013, donde participó en la conquista de siete medallas, también récord para una nadadora. A partir de aquí empezó a centrarse en el solo y en el dúo.
2007 fue el primer año donde Ona empezó a escribir su nombre en lo más alto de la natación sincronizada. Una medalla de plata en equipos (rutina libre) y otra de bronce en equipos (rutina técnica) en Australia, hicieron que la catalana se hiciese hueco dentro del equipo nacional español. Ahora, doce años después, Ona se ha convertido en una de las mejores nadadoras españolas de la historia.
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