La selección española de balonmano demostró este jueves que también sabe ganar sin necesidad de mostrar su mejor versión, al imponerse este jueves por 31-25 a la Repúbica Checa, en un encuentro en el que el conjunto español impuso su mayor oficio.
Argumento suficiente para apuntarse su primera victoria de la segunda fase y prolongar un pleno de triunfos, que permitió a España dar un nuevo paso hacia las semifinales.
Como si el cambio de sede hubiera afectado al conjunto español, los "Hispanos" tardaron en adquirir el ritmo de juego que habían mostrado en Trondheim en la primera fase.
Una falta de velocidad en las piernas y brazos que pareció hacer más endeble a la defensa española a la que le costó controlar las rápidas circulaciones de balón del conjunto checo.
Problema que pareció resolverse con el paso a la defensa 5-1 coincidiendo con la exclusión del pivote checo Stepan Zeman.
Un cambio que pareció activar definitivamente al conjunto español, que, por fin, propiciar los robos de balón que alimentan el veloz juego de contragolpe de la selección.
Así a la carrera, España consiguió abrir en el marcador una brecha de tres goles (7-4), que parecía allanar definitivamente el camino para el conjunto español.
Pero cuando todo parecía dispuesto para el despegue de los de Jordi Ribera surgió la figura del portero checo Tomas Mrkva, que con sus paradas obligó a la selección española a tener que empezar de nuevo (7-7).
Aunque si algo caracteriza al conjunto español, un equipo curtido ya en mil batallas, es su fortaleza mental. Un atributo al que, a falta de un mejor juego, los "Hispanos" tuvieron que apelar para poder superar al conjunto checo.
Y es que pese que a base de oficio y de talento individual la selección española volvió a distanciarse en el marcador, como reflejaron los cuatro goles de ventaja (12-8) que adquirió a ocho minutos para el descanso, el equipo español nunca pareció encontrarse cómodo sobre la pista.
Especialmente en ataque, donde España, obligada a iniciar una y otra vez el juego por las continuas falta de los jugadores checos, nunca logró dotar a su ofensiva de la fluidez y continuidad necesaria para poder brillar.
Y cuando lo logró, siempre apareció el portero Mrkva, que cerró el primer tiempo con nueve paradas, para volver impedir que los "Hispanos" adquirieran su habitual velocidad de crucero.
Algo que no impidió, gracias a los lanzamientos de Alex Dujshebaev, Joan Cañellas o los movimientos sobre la línea de seis metros de Julen Aginagalde, que el conjunto español arrancase con una cómoda ventaja de cinco goles (14-9) la segunda mitad.
Segundos treinta minutos en los que no mejoró la fluidez ofensiva del equipo español, al que siguió costándole un mundo culminar cada uno de sus ataques.
El escenario en el que mejor se mueve Alex Dujshebaev, que con sus poderos lanzamientos sorpresivos, siguió alimentando el casillero del conjunto español, que alcanzó a los siete minutos de la reanudación un máxima renta de siete tantos (19-12).
Pero ni aún así logro despejar sus dudas el conjunto español, que no sólo no mejoró en ataque, sino que comenzó a flaquear en defensa, incapaz de controlar tanto los lanzamientos lejanos de Stanislav Kasparek como las penetraciones de Ondrej Zdrahala.
Tal y como evidenció el parcial de 1-5 que encajaron los de Jordi Ribera en los siguientes cinco minutos y que permitieron a la República Checa recortar su desventaja a tan "sólo" tres goles (20-17).
Un lío del que España salió airosa gracias a la incapacidad manifiesta de los checos para manejarse con un hombre menos sobre la pista durante las exclusiones que sufrió en los siguientes minutos y que España resolvió con tres goles consecutivos a puerta vacía de Ángel Fernández, que volvieron a distanciar (24-18) al conjunto español.
Todo un mazazo para el conjunto checo, que pareció asumir su derrota, lo que permitió a los "Hispanos" ampliar todavía más su ventaja hasta alcanzar una máxima renta de nueve tantos (30-21), que sólo el empeño de Zdrahala logró maquillar como reflejó el 31-25 final.
[Más información: Las Guerreras piden un VAR en balonmano tras el robo a España en el Mundial]