'Mondo' Duplantis ha llegado para quedarse. La historia tiene reservada un hueco para él. Lo que se ha vivido en las últimas dos semanas es solo una parte de todo lo que puede hacer este joven sueco de 20 años. La alianza con los elementos, la tecnología y su privilegiada técnica le puede llevar a saltar por encima de las nubes y, sobre todo, por encima de lo que cualquier ser humano ha conseguido con la ayuda de una pértiga.
Armand batió por segundo fin de semana consecutivo el récord del mundo de salto con pértiga. Si el 6,17 que saltó en Torun, Polonia, el 8 de febrero ya dio la vuelta por superar la marca que estableció Renaud Lavillenie en 2014, el 6,18 que superó este pasado sábado en Glasgow ha puesto el foco de nuevo en esta prueba de atletismo y ha alimentado un poco más la expectación de cara a los Juegos Olímpicos de Tokio donde se prevé una competición histórica con el francés, Thiago Braz y Sam Kendricks.
De padre pertiguista y madre heptatleta y voleibolista, Duplantis, criado en Lafayette, Louisiana, se ha convertido en una gran atracción de cara a todas las competiciones que quedan hasta que llegue la cita olímpica. La sensación de que este chico puede volar por encima de todas las barreras establecidas hasta ahora invita a esperar muchos más récords.
Sergei Bubka fue el gran dominador del salto con pértiga durante 30 años. Lo hizo en activo y ya retirado, porque no fue hasta 2014 cuando Lavillenie batió su récord. El ucraniano fue el primer hombre de la historia que superaba los seis metros y parecía que había llevado los límites del hombre hasta su máximo esplendor. Ahora, con la aparición de Duplantis, nadie se atreve de ponerle puertas a este enorme campo que ha abierto el sueco.
Un estilo rompedor
Su 1,81 y sus 79 kilos marcan la diferencia con la tendencia de pertiguistas que había hasta ahora. Estas medidas, junto a una apariencia desgarbada, no parece suficiente para levantar, sostener y elevarse con la pértiga. Pero la realidad es bien distinta. El pacto con los elementos crea un halo según se va elevando que le lleva a superar esos 6,18 como si fuera sencillo.
Si se le compara con sus principales rivales de cara a Tokio, Lavillenie está en 1,77 y 69 kilos, Braz en 1,83 y 75 kilos y Kendricks en 1,85 y 77 kilos. Donde se ven las diferencias es en todo lo que pasa antes del salto. Coloca la mano derecha por debajo de la pértiga y mano izquierda sobre ella, da 19 pasos hasta acercarse a la colchoneta que le recibe después de elevarse por encima de los seis metros y 18 centímetros.
Pero los especialistas destacan el hecho de que clava la punta algo antes y la arrastra por el suelo. Esto siempre se vio como un fallo de cadete, pero el nuevo genio de la pértiga lo ha convertido en una técnica que parece incomparable. Y es que en la comparación con Bubka, su primer récord llegó a los 20 años y 10 meses, ya le gana.
Ya se piensa en que hará como hacía el ucraniano; ir subiendo centímetro a centímetro para batir un récord por mitin. El soviético lo hizo hasta cosechar 35 combinando los que hizo al aire libre y en pista cubierta. Si le imita, significa que llegaría hasta los 6,39. Una marca con la que situaría los límites del ser humano en una nueva perspectiva. Y también engrosaría sus cuentas con 30.000 euros por récord. Una cifra que muchos estiman insuficiente viendo el dinero que mueven otros deportes.
Rompiendo récords desde 2006
Lo de Duplantis no es flor de un día. El joven de 20 años lleva batiendo récords desde que tenía seis. Su padre Greg le grababa y compartía en internet las hazañas de su hijo cuando a penas podía levantar la pértiga. Con esa edad, volaba por encima del 1,64, el récord con esa edad. Con siete años se iba hasta los 2,2 metros. De hecho, cuando intenta 2,3, se rompe ese utensilio que le eleva hasta las nubes de las que no se ha vuelto a bajar. Y parece difícil que alguien le baje.
Con nueve, con 10, con 11, con 12... Con una simple búsqueda en la red se pueden ver todos esos vídeos de cómo Duplantis ya dejaba mal a todos sus rivales saltando marcas insalvables para cualquier otro humano. Todo hasta llegar a 2018, donde se proclama campeón de Europa absoluto con 18 años. En esa ocasión salta 6,05, una marca que superaba con creces a la mejor de la carrera de su padre y que rompe los registros de cualquier pertiguista de esa edad.
En esa ocasión solo Jakob Ingebrigtsen le hace sombra proclamándose campeón del 1.500 y del 5.000. Esos hermanos que están destinados a hacer historia más pronto que tarde son de la misma generación de un Duplantis que ahora se ha desmarcado como uno de los que encabezaran el podio del éxito de estos atletas.
Duplantis ya va a citarse con la historia en cada competición en la que se presente. Este próximo domingo en Clermont Ferrand podría volver a batir su propio registro. Aunque dependerá de muchas condiciones, su técnica con la pértiga le va a hacer estar por encima de los 6,20 en Tokio. Solo él sabrá donde poner el límite. De Bubka decían que podía ir por encima de los 6,30 pero no logró pasar de ese 6,15. El sueco tiene en sus manos llevar los límites del ser humano hasta donde quiera.
[Más información: Duplantis, otra vez récord del mundo de salto con pértiga una semana después de lograrlo]