Sin posibilidad de salir a la calle para hacer deporte debido al coronavirus, algo que cambiará a partir de este sábado en España, muchos deportistas hacen lo posible por mantenerse en forma en sus respectivos domicilios.
Todo eso se añade a que si existe la posibilidad de poder recaudar fondos para luchar contra el Covid-19 o de concienciar a la gente de la gravedad de esta pandemia, bienvenido sea.
Eso fue lo que hizo este domingo el triatleta navarro David Mansoa, del club Triatlón Triurgazia, que superó el desafío de subir los 8.848 metros del Everest acumulando el desnivel en los 19 escalones que tiene una de las escaleras de su casa de Oteiza, con 3,29 m positivos en cada ascensión. Y lo hizo en 13 horas y 15 minutos escalando 101.886 peldaños. Un nuevo reto conseguido tras haber ya corrido varios Ironman o Ultraman.
El llamado "Everesting Challenge" recaudó fondos, en total unos 5.000 euros, para colaborar con la iniciativa "Cruz Roja Responde" que pretendía ayudar a cubrir las necesidades sanitarias, sociales, educativas o de empleabilidad de los colectivos más afectados por la pandemia y, especialmente, personas mayores, con problemas de salud, con discapacidad, niñas, niños y jóvenes, personas sin hogar, mujeres en dificultad social, inmigrantes y refugiados y población general. EL ESPAÑOL ha podido hablar con "IronMansoa".
¿Cómo estás viviendo estos momentos de coronavirus?
Con impotencia, pero al menos de salud estamos bien. Nos toca pasar esto y conseguiremos salir adelante. Yo he intentando mantenerme en forma y hacer deporte en mi casa quitándome así el mono de salir a la calle a correr o a montar en bicicleta. En cuanto a trabajo, yo estoy en una fábrica haciendo papel higiénico, hay que asumir ciertos riesgos ya que la economía es muy importante.
¿Cómo surgió el proyecto?
Llevaba varios años ya pensando en hacer algo parecido, ya que uno siempre paga por acudir a diferentes carreras y quería hacer algo solidario. Debido al confinamiento no podemos salir a la calle para hacer deporte, por lo que me compré una cinta para correr en casa, pero me tardó varios días en llegar por lo que decidí subir y bajar escaleras diez o quince minutos al día para entrenar.
La idea del "Everesting Challenge" la tenía en mente para intentarlo alguna vez en el monte, pero como ahora toca quedarse en casa, calculé el desnivel de la escalera y los metros que había y pensé que podía conseguirlo. A partir de ahí se lo comenté al presidente del club por si le gustaba la idea y cómo se podía mover para que fuera por un fin benéfico. Yo me quería encargar del aspecto físico, de hacer el esfuerzo, pero necesitaba que ellos contactaran con alguna asociación y gestionaran el tema del dinero para que no hubiera ningún problema legal. Al final hemos conseguido recaudar unos 5.000 euros para frenar el coronavirus.
¿Cuándo empezaste y acabaste?
Me levanté a las 5:30 y comencé a las siete de la mañana. Paré 20 minutos a las 2 de la tarde y acabé a las 20:15 horas.
Que es más complicado en un reto así, ¿el aspecto físico o el psicológico?
Hubo un momento en el que a la cabeza le costaba seguir, aunque yo a lo que más miedo tenía era a que me pudiese lesionar muscularmente. A las 2 de la tarde paré 20 minutos a comer, a darme una ducha y a cambiarme de ropa. Cuando retomé las escaleras, ahí hubo una hora en la que notaba que me costaba más, pero poco a poco fui pensando que si no me daba algún calambre iba a poder lograrlo.
Otro de los momentos que podía hacer que no consiguiese acabar el reto era la lluvia, pero tan solo llovió cuatro gotas a las 9 y hacia las 6 de la tarde. Calculé primero hacerlo el sábado, pero finalmente se hizo el domingo. También había pensado hacerlo en casa, pero finalmente decidí hacerlo fuera.
¿Cómo te alimentaste?
Desayuné antes de empezar y por la mañana fui tomando barritas, plátanos, isotónico y agua. Paré a comer arroz con pollo y ya por la tarde comí menos porque tenía menos hambre.
¿Cómo controlabas las subidas?
Ya había calculado que eran 3.32 metros de desnivel de las escaleras y tenía que hacer 2.665 subidas. Le tenía que dar al reloj cuando subía y ahí me marcaba las que llevaba y por tiempo más o menos me hacía a la idea de lo que me quedaba. Mantuve un ritmo constante entre los 627 y 726 escalones cada hora, una media que solo se rompió cuando paré a comer.
Cuando superaste el reto, ¿qué pensaste?
Cuando finalice tuve mucha satisfacción, además de pensar que estaba ayudando para acabar con el coronavirus.
¿Esto es mejor que ganar cualquier carrera?
Así es. Esto produce mucha más satisfacción que acabar cualquier prueba de triatlón. Lo más importante era concienciar de que se puede hacer deporte en casa y recaudar dinero para ayudar contra el Covid-19. No esperaba que el reto alcanzase la difusión que ha tenido.
¿Cómo te preparaste?
Estuve entrenando la semana anterior en casa. El miércoles por la mañana hice una prueba en las escaleras de tres horas y media y ese día por la tarde estuve hora y media. El viernes y el sábado estuve una hora, ya con pulsómetro, y fue mejor. Calculé y pensé que lo podía hacer en 14 horas, pero al final me sobró tiempo y lo conseguí en 13 horas y 15 minutos.
¿Podemos sacar cosas positivas del coronavirus?
Sí. Nos estamos dando cuenta de que muchas veces perdemos tiempo en tonterías y que no valoramos realmente a la gente que queremos y lo que tenemos.
¿También fuiste jugador en Tercera División, no?
Sí, jugué en la Peña Sport y después estuve en el Idoya y en el Izarra. Dejé el fútbol y por mi cuenta hice algún duatlón y hace cuatro o cinco años me animaron a apuntarme en el club de triatlón Ur Gazia.
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