Dan Snyder y sus Washington Redskins vuelven a estar contra las cuerdas. Hace unos días la dirección de este equipo de la NFL aprobaba un necesario cambio de nombre. 'Redskins', 'Pieles Rojas' en español, era un mote que molestaba entre los colectivos que velan por la historia de los pueblos nativos de los Estados Unidos. Todos lo calificaban de racista, mientras su propietario aseguraba desde 2005 que no iban a cambiar el apodo "nunca".
Ahora, después de que ya hubiera sospechas hace varios años, 15 cheerleaders que estuvieron en la franquicia entre 2006 y 2019 han admitido que abusaron de ellas dentro del círculo de Dan Snyder, el propietario del equipo de la capital de Estados Unidos. Lo han hecho en un reportaje del Washington Post de los periodistas Will Hobson y Liz Clarke que han desvelado estas prácticas.
Se trata de la segunda acusación contra las conductas de los propietarios de Washington en dos años en esta materia. Un reportaje del New York Times puso en tela de juicio que la franquicia explotaba a las cheerleaders durante las sesiones fotográficas obligándolas a salir en topless y asistiendo a eventos fuera de su horario laboral como acompañantes de los representantes de los patrocinadores del equipo.
El movimiento 'Black Lives Matters' ha provocado una oleada reivindicativa en el deporte de los Estados Unidos. Probablemente este sector de la sociedad se ha mostrado más activo en el rechazo y la denuncia del asesinato de George Floyd. Este ha llegado también a la NFL con determinados logos y nombres de los equipos como el del equipo de Washington. Sin esperar al cambio oficial, el Madden, videojuego oficial de fútbol americano de EA Sports, ya ha anunciado que retirará el mote y el escudo de la franquicia de la edición de este año.
Snyder, el polémico
Este millonario compró en 1999 la franquicia por la mayor cantidad pagada por un equipo hasta la fecha, 800 millones de dólares. Desde entonces, tras una serie de desequilibrios, el equipo ha ido dando bandazos en la liga de fútbol americano deportivamente, pero no así económicamente, ya que ha ido incrementando su valor paulatinamente gracias a los acuerdos que ha ido firmando. Desde la prensa de la ciudad se le demoniza constantemente y le tachan de antisemita.
Snyder no está entre los presuntos nombres que habrían acosado sexualmente a algunas mujeres de la organización. Eso sí, el reportaje del Washington Post le señala como un dirigente que "menosprecia" a los empleados y que, por tanto, habría contribuido a crear un ambiente de trabajo abusivo a través de su comportamiento hacia sus trabajadores. "Nunca he estado en un ambiente más hostil, manipulador, pasivo-agresivo... y eso que trabajé en política", dijo la exvicepresidenta de comunicaciones, Julia Payne. A pesar de todo, las mujeres que han hablado para el reportaje aseguran que el propietario no sabía de estos abusos.
El propietario de la franquicia respondió a esta rumorología al instante con un comunicado oficial. Snyder explica que el "comportamiento descrito en el artículo del Washington Post no tiene cabida" en su franquicia y prometió "aplicar nuevas políticas y procedimientos" después de que se complete una investigación independiente sobre las acusaciones.
Los acusados
Se han detallado varios nombres como posibles protagonistas de los abusos. Alex Santos, exresponsable del personal de la franquicia, despedido ya, habría tenido un encuentro que le podría delatar en esta cuestión. Rhiannon Walker, la encargada de la información de la NFL para el portal The Athletic, relató que, mientras cubría el Draft Combine de 2019, el miembro de los Washington Redskins "me pellizcó, me dijo que tenía un trasero como un carro y me pidió repetidamente que saliera con él", según detalla en un articulo que firma ella misma y que escribe en primera persona.
Santos, Richard Mann II, trabajador de las oficinas centrales del equipo de Washington, y Larry Michael, narrador de los partidos para el equipo, fueron despedidos el mismo viernes debido a la publicación de esta historia que les señalaría entre los responsables de los abusos.
En el caso de Santos, no solo ha sido Walker la única en acusarle. Nora Princiotti, otra reportera de la NFL, comentó al Washington Post que este miembro del equipo le dijo que "tenía un gran trasero para una niña blanca" y que le había puesto el mote de "Princihottie" (Algo así como la princesa caliente). "Fue asqueroso y también un juego de palabras terrible. Había una sensación abrumadora de que nadie haría nada al respecto", lamentaba la periodista.
La NFL actúa
La NFL no se va a quedar de brazos cruzados, según informa el mismo medio que ha destapado esta trama. Mark Maske, el periodista encargado de hacer la cobertura del equipo ha explicado que la NFL supervisará y potencialmente tendrá alguna participación en esa investigación. El comisionado está facultado para sancionar a un equipo, su propietario o empleados bajo su política de conducta personal. De hecho, atendiendo al funcionamiento interno de la NFL, se espera una multa del equipo si las acusaciones están fundamentadas. Así sucedió cuando Jerry Richardson, antiguo propietario de los Carolina Panthers, tuvo que pagar 2,75 millones de dólares por actitudes similares.
Aún así, la NFL también emitió un comunicado el mismo viernes que la noticia empezó a coger trascendencia: "Estos asuntos, según lo informado, son graves, perturbadores y contrarios a los valores de la NFL. Todos en la NFL tienen derecho a trabajar en un entorno libre de todas las formas de acoso. Washington ha contratado a un abogado externo para llevar a cabo una investigación exhaustiva de estas denuncias. El club ha prometido que brindará su plena cooperación al investigador y esperamos que el club y todos los empleados lo hagan. Nos reuniremos con los abogados al finalizar su investigación y tomaremos cualquier medida basada en los hallazgos".
¿También sobornos?
Todos estos casos han llegado a crear un fuerte rumor en el entorno de la NFL que indica que los propietarios habrían llegado a sobornar a personas con poder en el comisionado para evitar que salieran a la luz estas presuntas agresiones sexuales. En cualquier caso, desde la propiedad se "niegan rotundamente" estas últimas afirmaciones que serían la guinda del pastel de una organización a la deriva.
Ante los rumores, las acusaciones y el problema racial, la franquicia contrató a una codiciada abogada de la capital estadounidense, Beth Wilkinson. Cuando Washington anunció su llegada, se abordó desde el punto de vista de "realizar una revisión exhaustiva e independiente de todo este asunto y ayudar al equipo a establecer nuevos estándares de empleados para el futuro".
De hecho, ya dedicó unas palabras al Washington Post: "Si bien no hablamos públicamente de situaciones específicas de los empleados. Cuando se presentan nuevas acusaciones de conducta que son contrarias a estas políticas, las abordamos con prontitud", explicó la encargada de defender a la franquicia de fútbol americano ante este huracán que se le ha venido encima desde el surgimiento del Black Lives Matter.
Se habla de venta
Todo esto que ha sucedido solo ha hecho que aumentar los rumores que hablaban de una posible búsqueda de compradores de la franquicia. Algunos propietarios minoritarios, de hecho, estarían informando a algunos de estos interesados de que podrían vender su participación en la organización.
Tanto es así que, según las informaciones de la ESPN, estos pequeños accionistas contrataron a Moag & Company, un banco de inversión financiera con sede en Baltimore, para examinar a los compradores potenciales para su parte de la franquicia.
[Más información - De los Atlanta Hawks a los Washington Redskins: el racismo en los nombres de equipos deportivos]