Katie Ledecky, la campeona olímpica de 23 años y gran figura de la natación mundial, ha compartido en sus redes sociales un divertido vídeo en el que demuestra su increíble capacidad para mantener el equilibrio nadando. Tanto es así que ella misma desvela que es "probablemente uno de los mejores largos" de su carrera, a pesar de haber ganado cinco oros en los Juegos y otros 15 en Mundiales con su aún corta carrera.
Durante el vídeo, la estadounidense cruza toda la piscina nadando con un vaso lleno de batido de chocolate sobre su cabeza sin que se le derrame ni una sola gota. El control brazada a brazada es increíble ya que lo normal es mover la cabeza de un lado para otro. Ayudada por una máscara para respirar, la campeona no levanta su cara del agua y el contenido del cristal a penas se tambalea.
Se trata de un reto viral conocido como el #GetMilkChallenge que ella personalizó dentro de la piscina para demostrar que está en una forma estupenda a pesar del parón que todos los deportistas han vivido con el coronavirus. Ledecky está preparada para el reto de Tokio 2020 después de que se pospusieran los Juegos Olímpicos hasta 2021.
Su última gran competición fueron los mundiales de Gwangju, en Corea del Sur, donde volvió a demostrar que es la mejor en la distancia de 800 metros libres y volvió a sumar un nuevo oro. También consiguió dos platas: en 400m libres y en el relevo del 4x200m libres. Además, acabó por séptimo año consecutivo con la mejor marca de 800m y 1.500m libres.
Carrera prolífica
No hay que olvidar que Katie Ledecky, en sus primeros Juegos Olímpicos, Londres 2012, se llevó su primer oro en 800m libres con tan solo 15 años venciendo precisamente a Mireia Belmonte. Por si fuera poco, cuatro años después salió de Río de Janeiro como la deportista femenina más laureada con cuatro oros, una plata y dos récords del mundo.
Su pandemia
Cuando su centro de entrenamiento habitual en Stanford cerró para ayudar a detener la propagación de la Covid-19 y adherirse a los protocolos gubernamentales locales, Ledecky y su compañera de equipo de natación, Simone Manuel, también medallista olímpica en cuatro ocasiones, se apresuraron a encontrar un lugar nuevo y seguro para nadar.
"Simone y yo pasamos tres meses entrenando en una piscina del jardín de una familia muy amable que nos dejaba ir todos los días. Fue genial poder permanecer en el agua y mantener la sensación del agua. Eso es lo más importante para un nadador. Así que pudimos mantener un nivel de condición física, mantener esa sensación en el agua y fue genial tener cierta sensación de normalidad", desveló la cinco veces medalla de oro en unos Juegos Olímpicos.
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