Likkle Man, el boxeador enano: de la cárcel a ser una estrella de las redes y acabar en un ring
Con 91 centímetros de estatura, Aiden Henry pasó por una infancia y adolescencia difícil, ni siquiera sabe leer ni escribir.
27 septiembre, 2020 23:32Noticias relacionadas
El nombre de Aiden Henry puede parecer en apariencia el de prácticamente un desconocido, pero si se habla de 'Likkle Man' igual a algunos les comienza a sonar. Aunque en España no son muy conocidas sus 'hazañas', lo cierto es que su popularidad ha ido creciendo como la espuma.
Aiden Henry es conocido por ser el boxeador enano. Pero su historia o, mejor dicho, su conversión en figura mediática se produjo cuando estaba entre rejas. Fue entonces cuando unos vídeos publicados por él mismo en la cárcel, metiéndose con los guardias que le custodiaban comenzaron a hacerse virales y de ahí a su empeño en acabar subiéndose a un ring para abrir una nueva etapa en su vida. Esta vez como boxeador.
Fue este sábado cuando su sueño se consumó. 'Likkle Man' se subió al cuadrilátero para pelear con Salim Chiboub, en un combate que se retransmitió en directo y que fue todo un éxito de taquilla. ¿El resultado? Victoria para el exconvicto después de seis rounds y es que Henry, nacido en agosto de 1994, logró llevarse su primera pelea como profesional gracias a un nocaut técnico.
¿Quién es 'Likkle Man'?
El ahora conocido como 'Likkle Man' no ha tenido una vida sencilla. Nació con enanismo y eso le llevó a pasar por una infancia muy complicada, con episodios de intimidación en su juventud. Con tan solo 91 centímetros de estatura, el inglés pronto vio como su única salida la de unirse a una banda en Coventry, su ciudad natal.
"Nací luchando, cuando naces la mitad del tamaño de un hombre normal tienes que luchar el doble de duro para llegar a cualquier parte de la vida", decía el boxeador en una entrevista para The Sun. Una vida complicada para el por aquel entonces un niño que no tenía padres y que tampoco pudo ir al colegio.
"Nací en una vida de pandillas, drogas y crimen, como mucha gente en ciertas áreas. Pero además de eso, soy de este tamaño. No fui a la escuela, no puedo leer ni escribir, no tuve padres", ha llegado a afirmar 'Likkle Man'. Este círculo turbio acabó como pasa en tantos otros casos: con el protagonista en la cárcel.
Paso por prisión
Fue en el año 2017 cuando acabó ingresando en prisión después de protagonizar un robo en una joyería. Las cámaras de seguridad probaron su culpabilidad y después del juicio le condenaron a 32 meses en la cárcel. Intentó pedir salir en libertad condicional, pero siempre se le denegó el permiso.
Condenado por robo y también 'condenado' a reinventarse. Fue así como un móvil cayó entre sus manos cuando estaba preso y no tuvo otra idea que grabarse insultando a los guardias de la prisión. Unas faltas de respeto que aunque provocaron la suspensión de su cuenta en las redes sociales, también que su popularidad fuese aumentando por momentos.
En tan solo dos días, sus cuentas de Instagram y Snapchat acumularon 62.000 seguidores. Pero no solo en las redes sociales se volvió de lo más popular, sino que también en la cárcel se convirtió en el auténtico protagonista del día a día. Entonces se le comenzó a conocer como 'Likkle Man'. El preso más pequeño de Reino Unido era toda una celebridad tanto dentro como fuera de prisión.
Sus compañeros en la cárcel aplaudían las 'hazañas' de Aiden Henry e incluso se ofrecían para grabar más vídeos ofensivos contra los guardias. Pero mientras se hacía más famoso, una idea comenzó a gestarse en su cabeza. Ahí es cuando empezó a trabajar en el gimnasio para convertirse en boxeador cuando lograse la tan ansiada libertad.
"Cuando los demás presos se enteraron de lo que estaba pasando con mis videos, se sintieron orgullosos de mí y me animaron a seguir así. Los presos me dijeron que mis videos eran mi oportunidad de hacer algo mejor en mi vida y me ayudaron a hacer los clips. Ellos fueron los que me grabaron los videos", reveló en unas declaraciones para Metro.
El boxeo, un salvavidas
Reconducir tu vida después de salir de la cárcel no siempre es fácil. Henry empezó a boxear para poder tener una profesión cuando cumpliese condena. Con más de medio millón de seguidores en Instagram, 'Likkle Man' continúa con su firme propósito y esta primera victoria como profesional solo es uno de los pasos iniciales.
"La prisión me hizo famoso. El primer día que me liberaron, obtuve 100.000 seguidores en Instagram, celebridades siguiéndome y obteniendo ofertas de patrocinio. Es una locura y abrumador", ha reconocido el británico, quien después de su paso por prisión cambió los vídeos insultando a los policías por otros más cómicos en los que se ríe de sí mismo.
"He madurado mucho ahora, pero mi cerebro definitivamente está conectado de manera diferente a todos los demás. He tenido 25 años malos a mis espaldas, he tenido que disculparme por muchas cosas por las que me arrepiento, pero ahora tengo esta oportunidad de cambiar mi vida y la voy a tomar", ha dicho en The Sun.
El nuevo 'Likkle Man' no se avergüenza de su pasado, pero solo mira hacia delante: "Cualquiera que conozca mi historia me respetará más ahora porque sabrá por lo que pasé. Era un pequeño complicado, tengo que admitir que era un pequeño bastardo. Y lo siento por todas las personas a las que lastimé en el pasado, pero tuve que hacer ciertas cosas para alimentarme y sobrevivir".
"Cometí robos porque no tenía otra forma de vivir, no pude cometer un solo robo de un millón de libras porque sería demasiado fácil detectar al hombre negro de un metro en la fila de la Policía. Pero ese es mi pasado, estoy agradecido por cómo me hizo, pero eso quedó atrás y este boleto dorado me está ayudando a cambiar mi vida", ha afirmado el novato boxeador que cambió su vida.
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