25 años del juicio a OJ Simpson: una sentencia mediatizada, la cuestión racial, robos y drogas
La polémica más popular en el fútbol americano del siglo pasado sigue presente en Estados Unidos por las excentricidades del exjugador.
4 octubre, 2020 23:35Noticias relacionadas
Este fin de semana se han cumplido 25 años desde que OJ Simpson fue exculpado de los dos casos de asesinato por las muertes de su esposa, Nicole Brown Simpson, y el modelo Ron Goldman. El llamado 'Juicio del Siglo' con el exjugador de fútbol americano como protagonista captó la atención de todo el planeta por lo que suponía. Un negro, acusado de cometer un doble homicidio, salía impune después de que el tribunal no le reconociera como culpable de un delito que, 11 años después, él mismo confesó.
Orenthal James provocó el estupor en todo el mundo. Ese asesinato a sangre fría que se encontró aquel hombre que paseaba con su perro, que después avisaría a las autoridades, comenzaba a cavar una tumba mediática de la que Simpson nunca salió. De hecho, él mismo fue haciendo más honda con sus acciones posteriores. Aunque se librara a priori de esa sentencia, la sociedad estadounidense siempre sospechó de su condición. Finalmente, lo reconoció en esa entrevista en FOX en 2006.
La fama que le dio tanto el fútbol americano como sus papeles como actor le dieron esa credibilidad que necesitaba para salir impune. También su infancia saliendo de la pobreza, ese estándar que se ha dado en muchísimos atletas estadounidenses, fue muy propicia para crear en torno a su figura un aura especial. Pero las malas influencias que arrastraba también de esa etapa terminaron por crear al monstruo que finalmente resultó ser.
En su casa había un guante de golf manchado con la sangre de las víctimas, cuyo par estaba junto a los cadáveres; tenía una herida profunda en la mano que no había podido explicar, y su coche contaba con rastros de sangre. Por si fuera poco, en la escena del crimen se veía muy clara la huella de un zapato de la marca italiana Bruno Magli, talla 12, como los que usaba Simpson. Había suficientes evidencias para que fuera inculpado. Pero los abogados sacaron la carta del racismo.
La cuestión racial
El equipo de defensa del futbolista estaba conformado por algunos de los abogados más prestigiosos de esa época como el mismo Robert Kardashian, padre de las famosas hermanas, Robert Shapiro, Johnnie Cochran Jr., Lee Bailey y Alan Dershowitz. Ellos se encargaron de hacer olvidar todas esas pruebas y, sobre todo, esa persecución cuando OJ intentó huir que fue retransmitida en la televisión.
Estos constituyeron un jurado con mayoría de personas negras, ocho de los 12. Así comenzaría a gestarse el relato racista. Pero el punto diferencial fue esa grabación antigua en la que Mark Fuhrman, el policía encargado del caso, decía que estaba en contra de los matrimonios interraciales.
Pero, con las pruebas en la mano, seguía siendo culpable. Por eso hicieron que Simpson fuera al juicio con los guantes de golf que le incriminaban, del mismo tamaño, talla y tipo. Querían demostrar que le quedaban pequeños. Para ello, le aconsejaron que dejara de tomar unos medicamentos, concretamente unos antinflamatorios. Esto provocó que su mano engordara lo suficiente para demostrar que no le valían.
En cuanto a los zapatos, nunca se llegó a poder confirmar que OJ Simpson tenía un par de ese exclusivo calzado. Solo se hicieron 299 pares y un asesor de imagen de estrellas aseguró que se los había mostrado, pero nunca vendido. Sin aparecer una prueba de peso para demostrar que eran suyos, el jurado se veía más cerca de dictaminar que era inocente.
El juicio civil
Simpson sí que tuvo que pagar por el asesinato de Goldman. La familia consiguió llevar el caso ante un juzgado popular en el que destacaba la cuestión de que no había personas negras. El exjugador tuvo que pagar 33,5 millones de dólares por daños compensatorios y punitivos.
La familia Goldman lo denunció ante un juzgado que aceptaría la demanda y la investigaría en 1997. Apareció esa prueba determinante que demostraba que Simpson tenía unos zapatos Bruno Magli de la talla 12; del tamaño que tenían las huellas de sangre que había en la casa. Pero en este tipo de juicios no hay consecuencias carcelarias. No volvería a la cárcel.
Abusos contra su mujer
Esta misma semana salieron a la luz los diarios de Nicole en los que quedaban muy claros los abusos del exfutbolista. Hasta en 60 ocasiones se detallan momentos durante su matrimonio en los que Simpson maltrataba a su esposa. Desde que se unieron en 1978, el que fuera uno de los nombres más mediáticos de la historia del deporte norteamericano fue desarrollando actitudes que desembocaron en la trágica noche del 12 de junio de 1994 y que ahora están detallados en el documental 'OJ y Nicole: An American Tragedy'.
Los diarios se encontraron en la caja fuerte de Nicole, además de fotos de su cuerpo golpeado y magullado y cartas que escribió OJ, supuestamente disculpándose por sus ataques. Durante el juicio, las diferentes líneas que aparecían en esas páginas no fueron admitidas como prueba porque el juez las consideró como un rumor. Según los informes policiales, Simpson fue cuestionado sobre esta cuestión durante una declaración previa al juicio. Allí negó todo lo que se decía. Este lunes, FOX emitirá el documental al completo.
Robos y drogas
Pero su vida, a pesar de sortear la cárcel por el famoso caso, siguió teniendo momentos polémicos. Se ha visto envuelto en diversos casos de corrupción, de robos y de tráfico de drogas. El más llamativo, que sí le hizo verse condenado a una pena de prisión, fue cuando en 2007 cinco personas y él mismo asaltaron armados una habitación de hotel de Las Vegas en la que se llevaron objetos de coleccionista.
OJ entró por la fuerza, borracho y con armas a la habitación de hotel de un amigo que había sacado sin autorización sus trofeos, medallas, balones y camisetas para tomarlas como pago de una deuda. En esta ocasión fue condenado a 33 años de prisión en 2008, aunque, tras el pago de la fianza, saldría nueve años después. Nicole se casó con Simpson en 1985 y tienen dos hijos juntos: una hija, Sydney, y un hijo, Justin. Después se separaron en 1992, dos años antes del trágico suceso. Ahora vive en Las Vegas con sus dos hijos, a pesar de que la opinión pública le siga señalando como un monstruo.
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