En el mundo del deporte hay lesiones y lesiones. Algunas muy graves, otras muy aparatosas y otras que, con solo leer el parte médico que se genera a raíz de ellas dan absoluto terror. Algo así es lo que le ha pasado al jugador Drew Brees de los Saints de la Liga Nacional de Fútbol Americano, más conocida como NFL.
El quaterback tuvo abandonar el partido entre en los Saints de Nueva Orleans y 49ers de San Francisco con un fuerte dolor en el pecho. Drew no pudo disfrutar de la gran victoria de su equipo, aunque sus motivos tenía. Concretamente, una lesión en el pecho que le había dejado completamente destrozado, aunque los médicos se congratularon al comprobar que la gravedad final de las lesiones originadas era menor.
Brees había sufrido un fuerte golpe en el pecho tras un encontronazo durante el partido y los médicos le diagnosticaron hasta 11 fracturas en las costillas. Una auténtica barbaridad. Sin embargo, lo que más les preocupada a los médicos era la perforación de un pulmón que registraba que le había provocado un neumotórax. Con este cuadro médico, la situación del quarterback de los Saints parecía realmente preocupante, pero los servicios médicos y el propio jugador han confirmado que se encuentra bien y que no se perderá muchos partidos.
Los médicos le han confirmado a Drew que son optimistas viendo sus progresos ya que se ha producido una enorme mejora en la función pulmonar y la continua disipación del neumotórax sufrido. Tras el susto inicial y lo aparatoso de un parte médico que da miedo, Drew ve la luz al final de un túnel que le dejó sin aire.
El jugador ha sido el encargado de informar en todo momento de la situación en la que se encontraba y de cómo era su estado de salud, especialmente para comprobar sus avances. Brees asegura haberse sometido a radiografías y tomografías computarizadas dentro del control exhaustivo que le han realizado los médicos en las últimas horas.
En un primer momento se le había detectado un total de cinco fracturas en sus costillas. Sin embargo, en futuras exploraciones se le encontraron hasta once, ocho en su lado izquierdo y otras tres en la zona izquierda de su cuerpo. Sin embargo, lo sorprendente de esta lesión es el momento en el que cree el jugador que se produjo.
Un suceso increíble
Brees afirma que las del lado derecho sí se produjeron en el último partido disputado frente a los 49ers de San Francisco. Sin embargo, cree que las ocasionadas en el lado izquierdo son más antiguas, ya se podrían haber producido dos semanas antes, en el duelo frente a los Buccaneers de Tampa Bay. Eso significaría que llevaría varios días con sus fracturas y sin parar de competir. Una verdadera locura. Las nuevas fracturas se descubrieron cuando disminuyó la hinchazón de su pecho y se pudo comprobar mejor la situación.
Fue en el descanso contra el equipo de San Francisco cuando Brees notó una disfuncionalidad mayor y una pérdida de la capacidad respiratoria que no le permitía seguir jugando. Gracias a eso se dio cuenta de que, en realidad, estaba roto por dentro. A sus 41 años, Drew Brees padece la primera lesión grave de su carrera en un caso que ha dejado asombrado completamente a todo el mundo. De momento, el jugador se recupera en su casa en compañía de su familia y espera regresar cuanto antes, quizás en unas semanas.
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