Las mujeres siguen haciendo historia en el deporte, incluso aunque no sea al máximo nivel. En Estados Unidos se han dado cuenta de que la mujer tiene el mismo y las mismas capacidades que el hombre y que, como tal, deben ser consideradas deportistas cuyo único juicio de valor debe ser su nivel y no su sexo.
Algo así es lo que ha pretendido evidenciar Sarah Fuller tras lograr una hazaña que para ella ha sido normal, porque se trataba de participar en un partido de su deporte favorito, el fútbol americano. Sin embargo, no ha sido un partido más para la historia de esa disciplina, ya que se trataba de la primera mujer que participaba en un encuentro de esas características a nivel universitario. Hay que tener en cuenta que en Estados Unidos, el deporte universitario es muy importante, ya que es la antesala a llegar a las mejores competiciones del país.
Sarah Fuller, que actúa como portera de fútbol y que, como tal, está muy habituada al golpeo de balón, fue reclutada por el equipo de fútbol americano de su universidad tras las numerosas bajas que había dejado la pandemia entre jugadores contagiados e integrantes que tenía que permanecer aislados por contacto con positivos.
El protagonismo del partido se lo llevó, por completo, la figura de Sarah Fuller, ya que el resultado registraba una clara derrota para su equipo, la Universidad de Vanderbilt, en el estado de Tennessee. En el momento en el que saltó al campo perdían por 21-0 cero ante los Tigres de Missouri. Sin embargo, toda la atención se la llevaba la dorsal 32.
Fuller salió decidida a aprovechar su oportunidad en un encuentro en el que solo había hombres hasta que ella ingresó en el terreno de juego. Así había sido durante toda la historia del deporte universitario masculino hasta que Sarah llegó para cambiar las cosas. Además, tenía preparado un lema para la ocasión que lució en su casco: 'Play like a girl' (Juega como una chica). Polémico y directo, apropiado para la ocasión.
El equipo de la Universidad de Vanderbilt se había quedado sin jugadores seleccionables para la posición de kicker, un puesto en el que es casi nunca se entra en juego con los rivales, pero para el que importa enormemente el golpeo de balón, ya que a través de esos lanzamientos directos se consiguen puntos y yardas para el equipo. Por ello, el técnico del equipo, Dereck Mason, decidió adoptar una solución novedosa y revolucionaria, apostar por una persona ajena a ese deporte, pero con muy buen pie, ya que se trataba de la portera del equipo de fútbol, lo que ellos llaman soccer.
Sorprendida y orgullosa
La propia Sarah se sorprendió de la llamada que le hicieron para proponerle ese cambio y su presencia en el equipo de fútbol americano, ya que lo suyo era otro deporte en el que además tiene un gran reconocimiento. Ella juega habitualmente en los Commodores, con quien ganó en noviembre el torneo de la conferencia del sureste.
Tras el encuentro, y a pesar de haber formado parte de un equipo de fútbol americano masculino, Sarah consideró que se trataba de un gran paso para dar visibilidad a las mujeres. Si gracias a ella se pensaba en el deporte femenino, este se vería recompensado, aunque fuera participando en un partido entre hombres: "Quiero ser una influencia para todas esas chicas que hay ahí fuera. Solo quiero decir que puedes hacer lo que te propongas".
Por su parte, su entrenador también quiso dejar un mensaje muy profundo sobre la situación del fútbol americano, un deporte en el que casi todos los reconocimientos caen sobre los hombres: El 99,9% del fútbol americano está dominado por hombres, pero hoy algo se ha roto. Se ha hecho historia".
[Más información: La NFL, en alerta máxima: protocolo sanitario exprés a dos meses de una Super Bowl que corre peligro]