La gimnasia, en sus diferentes vertientes, suele ser una de las disciplinas deportivas más importantes para cada país y que mayores alegrías da a los aficionados, especialmente en competiciones como los Juegos Olímpicos, donde junto al atletismo o a la natación, son de los eventos más seguidos por parte de todo el mundo. Sin embargo, la gimnasia también esconde detrás unas oscuras artes que, como se ha demostrado en los últimos tiempos en muchos países, están empezando a ver la luz destapando un escándalo tras otro.
El último país que ha sido señalado por los escándalos y las aberraciones cometidas en su federación de gimnasia ha sido Grecia, país que a través de sus entrenadores ha estado sometiendo a abusos físicos y psicológicos a sus deportistas durante décadas. Nadie sabe muy bien cuándo empezó todo, pero se calcula que esto se intensificó a partir de los años 80 y que no ha sido hasta ahora cuando ha visto la luz definitivamente.
Abusos, palizas y desnutrición
El escándalo de la Federación Griega de Gimnasia es uno de los más salvajes y complejos que se recuerdan. Se suma a la larga lista de países que ya se encuentran investigando o condenando entrenadores y dirigentes que cometían y permitían todo tipo de abusos. El nombre de Grecia se une ahora a los de Estados Unidos o Gran Bretaña.
El terremoto que ha sacudido al deporte griego y en particular a la gimnasia es uno de los más completos y complejos que se recuerdan y que ahora ha sido denunciado por hasta 22 deportistas, todos ellos ya retirados, que están dispuestos a confesar las barbaridades que sufrieron durante muchos años. Además, la mayoría argumenta que este tipo de abusos y acosos se produjeron cuando todavía eran menores de edad, personas vulnerables e indefensas a las que vejaban sin piedad y sin ningún tipo de excusa de mejora del rendimiento deportivo.
Estos 22 deportistas han hecho pública una carta recientemente en la que detallan todo tipo de abusos y humillaciones, algo que ya está en manos de la Fiscalía de Atenas para su investigación. Los deportistas hablan de continuos golpes y palizas y abusos físicos de todo tipo que les han estado atormentando durante años.
Estos abusos no fueron solo físicos, sino que también se producían conductas humillantes y vejatorias en lo psicológico. Insultos, amenazas y la obsesión por garantizar que todas estas malas artes propias de un equipo deportivo formado por enfermos quedaran en secreto, que los chicos no se atrevieran a contar ni confesar todas las penurias y barbaridades que sufrían para que no se acabara su chiringuito de la tortura.
Pero además de las palizas, los abusos psicológicos y arruinarle de esta forma la vida a deportistas y menores en muchos casos, también jugaban con su salud y su integridad con dietas suicidas sin ningún tipo de control médico ni deportivo. Les obligaban a pasar periodos de hambre con el único propósito de debilitarles y tenerles todavía más torturados y bajo un control mayor. En esa famosa carta redactada por los 22 deportistas, algunos de ellos aseguran que llegaban a un estado de hambruna tal que se veían obligados incluso a comer pasta de dientes o a rebuscar en la basura para intentar sobrevivir. Esta mala alimentación estuvo al borde de producirles problemas mentales a muchos de ellos porque la situación era límite. Pero a ellos solo les quedaba aguantar y aguantar.
Los abusos sexuales
A pesar de que el modus operandi de la Federación Griega de Gimnasia se basaba en el maltrato físico y en el control mental de los jóvenes deportistas incluso privándoles de una alimentación mínima saludable, también incurrieron, según estas denuncias, en importantes abusos sexuales que pusieron al límite a muchos de los deportistas que estaban al cargo de este órgano federativo que, como en la mayoría de países, depende del gobierno de la nación.
Estos abusos sexuales, que llevaban también implícita una carga de abusos físicos y psicológicos impresionante, eran llevados a cabo sobre todo contra chicas. Y así lo relatan en la carta de confesión que ya ha avergonzado al deporte griego y a la gimnasia mundial, golpeada una vez más por este tipo de escándalos. Línea tras línea, los hechos descritos son cada vez más tétricos y espantosos.
Muchos de los entrenadores presentes durante las últimas décadas en el equipo de gimnasia llevaban a cabo tocamientos obscenos en sus partes más íntimas cuando les ‘enseñaban’ a hacer diferentes posturas de gimnasia. La más recurrente era el spagat, ejercicio consistente en la apertura de piernas alineadas sobre el suelo. En ese momento, aprovechaban para poner sus manos debajo del cuerpo de las niñas provocando el contacto con sus zonas íntimas, todo bajo un falso método para ejercitar la flexibilidad de las gimnastas. A este tipo de conductas totalmente reprobables se unían aquellos que incluso provocaban algún tipo de daño y lesiones físicas mediante tirones y golpes para obligarles a hacer bien el ejercicio. Todo era un compendio de abusos y vejaciones terribles que ahora ha podido ser destapado.
La movilización griega
Destapar este tipo de escándalos no solo se ha convertido en un desastre para la gimnasia y para el deporte griego, sino que también ha sido un duro golpe contra el país y contra una sociedad que ha quedado manchada por este tipo de comportamientos que se repitieron durante años y décadas. Señalados antes el mundo, ahora buscan una solución y poner fin a este tipo de barbaries que se han creado dentro de sus propias organizaciones gubernamentales sin que nadie lo haya detenido.
La publicación de esta carta y la confesión de hasta 22 deportistas ha provocado que muchos ciudadanos helenos hayan mostrado su total repulsa y su rechazo contra este tipo de comportamientos ante los cuales se sienten avergonzados. Quieren impulsar movimientos que sirvan para llegar hasta el final de la investigación y que erradiquen por completo cualquier mínimo signo de abusos que exista en su deporte. Esa carta es considerada ya como el asunto más turbio en la historia del deporte griego y como tal quieren alejarse de ello de forma inmediata. El caso ya está en manos de la Fiscalía de Atenas, pero además se ha creado un comité encargado de investigar todas y cada una de las situaciones denunciadas y descritas en la impactante misiva.
La movilización está siendo total y el Ministerio de Deportes ya ha creado también una potente campaña para poder apoyar a las víctimas y a todos aquellos que hayan sufrido también algún tipo de abuso y que no se han atrevido a contarlo todavía, especialmente si están relacionados con este terrible y enorme caso.
Además, se ha rescatado de nuevo el concepto del #MeToo griego, el cual tuvo su máximo esplendor el pasado mes de enero cuando la medallista olímpica de vela Sofía Bekatoru se atrevió a romper su silencio y confesar que en 1998 el vicepresidente de la Federación Griega de Vela, Aristidis Adamópulos, la violó en la habitación de un hotel.
La imagen nacional
Grecia y su deporte se encuentran en una situación realmente complicada ya que estas confesiones han situado al país y a la gimnasia griega en un punto de casi no retorno. La sociedad y los deportistas presionan para que se llegue hasta el fondo de todo este asunto con el objetivo de que los culpables paguen por ello, de que más víctimas que hayan sido afectadas se atrevan a confesar su calvario y para que ninguna persona y ningún deportista más tenga que volver a pasar por episodios de este tipo.
Sin embargo, desde el gobierno y desde las altas esferas del país heleno se encuentran ante el deber y la necesidad de preservar también su imagen nacional, la cual ya ha sido manchada y puesta a la altura de otros países como Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania o Rusia, que han vivido en épocas recientes escándalos muy graves en sus deportes. Los deportistas que han sido víctimas de la tragedia griega de la gimnasia han pedido su apoyo incluso al primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, y a la jefa del Estado, Katerina Sakellaropulu, para poder obtener reacciones inmediatas antes estos escándalos, ya que se encuentran preparados para empezar a dar nombres de los culpables y señalar a todos los implicados en este terrible caso.
Desde el gobierno heleno y desde su Ministerio de Deportes ya han mostrado su total compromiso ante la gravedad de los hechos denunciados, pero no pierden de vista que sería un error criminalizar a todo el deporte y a toda la gimnasia griega, por lo que buscan huir de la estigmatización de todos los colectivos sin caer en la complicidad de estos delitos.
Pretenden también obtener el apoyo de deportistas para mostrar de una forma segura y fiable que, aún condenando profundamente los hechos denunciados, la sociedad y el deporte griego han avanzado y como tal lo ha hecho también su Federación de Gimnasia, erradicando este tipo de comportamientos y cimentándose en entrenadores y equipos de trabajo que son ejemplos por su decencia y limpieza y que han conseguido grandes logros como medallas olímpicas y mundiales.
Así lo ha querido transmitir también el presidente de la Federación Helénica de Gimnasia, Zanasis Stazopulos, quien ya ha transmitido su apoyo a las víctimas y que peleará por conocer la verdad sin extender las culpas a los muchos inocentes que siguen mirando por el bien del deporte griego y por la limpieza de la imagen nacional. El escándalo de la gimnasia griega no ha terminado aún.
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