Juan Martos (Castellbell y Vilar, Barcelona; 1979) hará historia este sábado. A las 19:00 horas en Canovelles, en la velada Golden League, tiene una cita en el ring contra el luchador congoleño Sedrik da Silva. Lo especial de esta pelea es que es la número 100 del español a lo largo de su carrera profesional. Un hito más para este seis veces campeón de España y dos del mundo en disciplinas de K1 y Muay Thai.
A sus 41 años, 'La Avispa', como se le apoda a Juan Martos, suma un nuevo logro en su extensa carrera deportiva que le ha llevado por todo el mundo, pasando por Tailandia y lugares de Eurocopa como Lituania. Y lo ha sabido compaginar con su vida personal -tiene tres hijos- y su vida laboral -es jefe de soldadura- ya que solo del deporte no le daba para vivir.
A Juan Martos, al que también se le conoce como el 'Messi' del kickboxing, aunque curiosamente sea un fan acérrimo del Real Madrid, se le ha montado un evento a la altura. Antonio Ricobaldi, CEO de la promotora Unlimited Global Challengers, ha preparado una gran pelea contra un rival de nivel y en un evento oficial WBC (Consejo Mundial de Boxeo), lo que hace más especial su combate 100.
EL ESPAÑOL habla con Juan Martos antes de su histórica pelea y explica que no se pone fecha para su final (sobre el ring) pese a que su carrera empezó en 1998, hace más de dos décadas, durante el servicio militar. Su secreto es una vida alejada de los excesos: "Soy un trabajador, padre de familia y un hombre tranquilo", se define.
Pregunta: ¿Cómo te sientes de cara al combate?
Respuesta: La verdad que me siento bien. Hemos entrenado fuerte. Nos hemos preparado bien, como casi todas las peleas, porque yo nunca salgo a medio gas. Y bueno, me enfrento a un chico muy fuerte físicamente, muy duro; es un tío potente que confía mucho en sus manos, en su pegada. Yo soy un peleador que trabajo más técnicamente, me desplazo más y soy a lo mejor más inteligente peleando. Usaremos nuestra estrategia y a ver cómo nos va. Cada combate es un mundo.
P: ¿En qué piensas cuando te fijas en tu registro de 100 peleas?
R: Nunca me lo hubiese imaginado. Yo empecé a entrenar, a pelear, y nunca me he puesto una meta. Mi primer entrenador me enseñó que un peleador tiene que estar activo todo el año. Hay muchos compañeros que al igual han sido mejores que yo, pero no tenían esa continuidad o esa constancia que hay que tener. Yo entreno tres, cuatro, cinco días a la semana. Durante el año estoy en activo. Cuando hay una pelea aprieto dos meses. Como me dice Manuel García Barrio, que es mi entrenador: "una buena preparación son ocho semanas". Pero hay que llevar un ritmo de entrenamiento. No puede ser 'pelea, me tiro parado dos meses, luego quiero volver' y así. Eso es malo para un peleador, como lo es para cualquier deportista.
P: Para que quede claro. Llegar a la pelea cien no es lo normal, ¿no? -risas-.
R: No, la verdad que no -risas-. Es complicado porque los golpes te hacen daño y pasan factura. Yo tengo un físico privilegiado. Soy muy fuerte físicamente y mentalmente me encuentro bien.
El boxeo igual castiga mucho más que el kickboxing o el K-1, donde los golpes van un poco más repartidos. Aquí a lo mejor vas un día cojo, otro día te duele una costilla... pero se reparte. No se centran tanto en la cabeza. Aquí se pueden hacer mucho más combates que en boxeo, en el que a cien peleas no llega casi nadie.
P: Ahora que llegas a la pelea 100, ¿te pones alguna otra cifra como reto?
R: Pues la verdad que nunca me he puesto un número y ahora todavía menos. Me gustaba siempre llegar a la 100, pero lo miraba de lejos. No me he obsesionado. En el momento que ya pierdes la ilusión, ya tienes que dejar de pelear. Yo pues me encuentro con mucha ilusión, con mucha alegría.
Antes veía a otros peleadores con sus cinturones en las fotos y yo quería ser como ellos. Ahora han pasado un montón de años, me veo con un chorro de cinturones y en lo que menos pienso es en eso. Me quedo con la experiencia de haber podido viajar, conocer gente, pelear con gente buena. No sé, otras otras cosas que antiguamente no pensaba.
P: ¿Qué diferencias ves entre el Juan de hace 23 años y el de ahora?
R: Antes era como: 'quiero ganar un cinturón, por favor. Quiero ser campeón de España, quiero...'. Esas eran mis metas. Ahora no me pongo esa presión. Ahora quiero salir, hacer un combate, disfrutar, que la gente disfrute con lo que hacemos y ya está. El combate anterior lo perdí a los puntos contra un chico muy bueno y otros peleadores igual dicen: 'no, yo ya no peleo'. Pero yo no le tengo miedo a nadie y nunca he dicho que no a un combate.
El peleador imbatido que lleve cien combates y cien victorias no existe porque un día malo tienes que tenerlo. A no ser que te enfrentes a gente muy mala o rivales 'a dedillo'. Por ejemplo, quería ir a Lituania y me pegué contra Remigijus Morkevičius, que ya falleció, que se había pegado con Masato en Japón en 2016. Me he pegado con el georgiano Guram Kutateladze, en su casa, que ahora está en la UFC en activo. Me he pegado con Le Hmong Moua y Jorge Rodríguez, que han peleado en Glory. También con gente que ha peleado en Fusion y en más grandes ligas.
Yo nunca he dicho que no a un combate y he ganado, he perdido, he vencido por KO, me han noqueado... Al igual llevo 50 o 60 victorias, no las tengo contadas, 10-15 nulos y el resto derrotas. Me he enfrentado a gente muy buena y nunca he dicho que no a un combate. El peleador debe de ser así. El récord imbatido es imposible. Cristiano Ronaldo o Messi no meten cinco goles siempre.
Cuando peleaba en mis inicios y decían mi nombre, me temblaban las piernas
P: ¿Qué recuerdo guardas del Juan que empezaba a pelear?
R: Cuando peleaba al principio y decían mi nombre, me temblaban las piernas. Me decía: '¿Qué hago aquí? Con lo bien que se está con los amigos en la discoteca o tomando algo en la playa disfrutando. ¿Qué haces aquí, Juan?'. Pero empiezas a cogerle gustillo a la adrenalina, a que la gente que no te conoce de nada venga a ti y te dé la mano y una palmadita. Te sientes orgulloso del trabajo que haces. Que gente en muchos lados te reconozca gusta.
Esa sensación de alcanzar la gloria y seguir trabajando... Porque yo por desgracia no soy un deportista que me pueda ganar la vida con esto. Espero que si no lo conseguimos nosotros, que en un futuro los chavales jóvenes puedan tener esa sensación. Dedicarse diez horas a trabajar y luego dos o dos horas y media al entreno es muy duro y más para un hombre de 41 años como yo tengo.
P: ¿Alguna vez pensaste en retirarte para dedicarte a tu trabajo?
R: Nunca lo he pensado. Siempre lo he compaginado. También he estado casado dos veces y las dos mujeres me dejaban que tuviese mi espacio, en el sentido de entrenar, que tampoco hago nada malo. Me ha gustado mucho siempre el deporte, doy mis clases y me gano la vida así.
P: Sé que eres muy del Real Madrid. ¿De dónde sale eso siendo de Barcelona?
R: Yo soy muy muy madridista. Es una pasión que tengo desde pequeñito. Mi padre ha sido muy merengue, siempre, y cuando venían a Barcelona me llevaba al campo del Espanyol. Al del Barça no porque no nos gusta. La primera vez que pisé el Bernabéu se me caían las lágrimas.
Tengo una anécdota. Cuando La Décima me llevé a mi hijo al aeropuerto y Realmadrid TV grabó un trocito de vídeo en el que mi hijo saludaba a Xabi Alonso, que le devolvía el saludo, y salió en el vídeo oficial de La Décima. Cuando lo vi en los videomarcadores me puse a llorar como un niño pequeño.
Ir a un Clásico por 200 euros se ve natural; para ver a Juan Martos por 20 euros te piden entradas
P: Cambiando de tema, ¿notas un auge en el deporte de contacto en España?
R: Estamos viendo un poquito de auge en España, pero no realmente por nuestros deportistas. Como ahora echan mucho la UFC, la gente se engancha a eso y muchos se piensan que es lo que hago yo. Yo hago kickboxing o K-1. Esto son artes marciales mixtas y hay mucho nivel aquí en España. Tenemos varios en la UFC: Juan Espino, Joel Álvarez que es un fenómeno, Dani Barez espero que entre ya mismo, también tenemos a Topuria que es muy bueno.
En España tenemos mucho nivel, tanto en el fútbol como en el kickboxing o el boxeo. Lo que pasa que cuando vas a ver un Real Madrid - Barcelona y te sale por 200 euros, se ve natural. Cuando vas a ver a Juan Martos y te vale 20 euros, la gente se sorprende y te pide entradas. Si se quiere que subamos, hay que apoyarlo.
P: ¿Cómo crees que se conseguirían más apoyos?
R: Pues que la televisión se volcara un poquito más con nosotros. Te pongo un pequeño ejemplo. En la isla de los famosos sale Pepito, está cinco días y es famoso. Lo que hace la televisión... Y es un tío que ni canta ni baila ni sabe hacer nada. Cachondeo puro y duro. Es triste.
Javier Castillejo, ocho veces campeón mundial, estuvo en la isla de los famosos y es más conocido por el paso por la isla de los famosos que por todo lo que ha logrado. Que ha peleado con De la Hoya, con Vargas, con Sturm y la infinidad de títulos que tiene ese hombre, que es un pedazo de boxeador y no ha tenido el apoyo que ha debido tener. Y luego le damos a gente que sale en la televisión, en Telecinco, toda la audiencia.
P: ¿Cómo de importante es una figura como la de Antonio Ricobaldi para el crecimiento de los deportes de contacto en España?
R: Es una persona a la que le encantan los deportes de contacto. Ha tenido una vida muy complicada, muy difícil, y nos ha cuidado, nos ha animado, nos ha dado ese minuto de gloria. Siempre intentando coger los mejores locales, siempre intentando hacer cosas con la prensa, con la televisión, incluso él poniendo dinero de su bolsillo, sin ganar nada.
Ir yo a Madrid, que me venga a recoger con un taxi pagándolo de su bolsillo, que es un trabajador, que tiene un gimnasio humilde... Saca dinero de ahí y lo invierte en nosotros y nos da ese minuto de gloria con todos ustedes. Para mi es una persona que se merece todo mi respeto. Me ha tratado siempre muy bien, me ha dado muchísimo cariño. No somos una promotora, somos una familia. Gente como él en España no hay, hazme caso.
Si volviera a nacer, sería peleador otra vez
P: Por último, ¿qué mensaje manda a la gente que te ha apoyado durante tantos años?
R: Que ni antes era tan malo ni ahora tan bueno. Soy el mismo. A mí no me ha cambiado el llegar a la cifra de los 100 ni ser seis veces campeón de España ni dos veces campeón del mundo. Soy un trabajador, padre de familia y un hombre tranquilo.
Agradezco a toda esa gente que siempre me ha apoyado, no de ahora, sino de siempre, de cuando era un Juan Martos que no se sabía ni quién era a un Juan Martos seis veces campeón de España. Soy el mismo, no cambio. Animo a la gente a que entrene, haga y cuide el deporte de contacto porque para mí es el mejor deporte que he practicado nunca. Y si volviera a nacer, volvería a ser peleador.
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