Ser Ricardinho (Valbom, Portugal; 1985) es ser la persona más mediática del fútbol sala. Lo es por derecho propio, puesto que ningún otro en la historia ha conseguido ser nombrado seis veces mejor futbolista del mundo como lo ha sido él. Las últimas cinco fueron jugando en España, en el Inter Movistar, pero la historia de amor con el equipo torrejonero se acabó en verano de 2020.
Se fue a Francia, al ACCS París, que ganó la liga y acto seguido fue descendido a Segunda administrativamente por su situación financiera. Hay muchas preguntas en torno a qué hará Ricardinho a sus 36 años, si volverá por fin a Portugal para alegría de sus compatriotas, mientras que el momento de la retirada se va acercando.
De momento, él tiene la cabeza solo puesta en un sitio: el Mundial de fútbol sala. Ricardinho se centra en la cita que se disputa en Lituania y que arrancó el pasado 12 de septiembre y se extenderá hasta el 3 de octubre. Es el título que le falta en su carrera de leyenda y es la última vez que podrá levantarlo, puesto que tras la presente edición se despedirá de la gran cita de selecciones, como ha anunciado.
Nunca tuvo que sufrir tanto para llegar a un Mundial como ahora. El motivo fue una grave lesión en el tendón largo de su pierna derecha que sufrió en marzo. Hasta que no vio su nombre en la lista no se quedó tranquilo y ahora solo pide "disfrutar", como confiesa a este periódico.
EL ESPAÑOL ha podido hablar con Ricardinho tras el debut con victoria de Portugal en Lituania. Cierra, prácticamente, la puerta a volver a jugar en España tras su traumática y gris salida de Inter Movistar y ante la posibilidad de medirse a la Selección de Fede Vidal no se muestra demasiado ilusionado (al menos, no más que por hacerlo contra otras de las favoritas en el Mundial).
Pregunta: Un año duro. Te lesionaste de gravedad en marzo y, con el Mundial en el horizonte, te pusiste la única meta de entrar en la lista de Portugal. ¿Con qué sensaciones has llegado?
Respuesta: Quiero disfrutar. Fueron muchos meses trabajando para estar aquí. Poder jugar otro Mundial, mi último Mundial, era un sueño. Poder disfrutar de este equipo, de esta generación de futbolistas portugueses que están apretando fuerte y quieren ganar más que nunca. Para mí, estar aquí es un sueño y ahora toca disfrutar día a día. Solo vamos a saber cómo estamos cuando entremos en la cancha, disfrutar de ese momento y después ver cómo podemos mejorar.
Sois Portugal, la campeona de Europa, ¿crees que hay mucha presión sobre vosotros y sobre ti, en especial, por ver cómo estás?
Yo ya estoy acostumbrado a esa presión desde hace muchos años, así que presión no veo ninguna. Veo admiración y veo que tengo que seguir siendo exigente conmigo mismo dentro de la cancha y fuera de ella.
Y con la selección sí que sentimos un poco eso. Es normal porque es la primera vez que vamos a jugar un Mundial siendo los campeones de Europa, pero la única presión que tenemos es que nosotros queremos seguir demostrando que somos buenos, que no fue una casualidad. Queremos seguir compitiendo contra los mejores y esto (el Mundial) es el palco de los sueños.
Lo único que me falta es ser campeón del mundo con mi país
Sabemos todos la ilusión que tenías en este Mundial, el último de tu carrera. Como leyenda de este deporte, ¿sientes que te falta algo por conseguir además de una Copa del Mundo?
Lo único que me falta es esto, ser campeón del mundo con mi país. Me faltaba también ser campeón de Europa, lo hemos conseguido y lo bueno del deporte es que siempre te da una oportunidad más y aquí la tengo. Para mí es la última, pero voy a disfrutar como si fuera la primera y jugar con la camiseta de mi país, con todo el orgullo, porque es algo que es pasajero en nuestra vida y aquí solo está el que se lo merece.
Ojalá queden todavía muchos años de Ricardinho en el fútbol sala, pero ¿cómo te gustaría despedirte en el futuro?
Querría despedirme como me gusta despedirme en todos lados. Con gente en el pabellón, poder hacer lo que más me gusta, que es jugar, y si fuera así mejor. Sea con mi club o sea con la selección. Lo más importante es que el deporte no va a parar, va a seguir siendo admirado por toda la gente y el fútbol sala seguirá siendo el amor de mi vida.
El fútbol sala seguirá siendo el amor de mi vida
De darse un enfrentamiento contra España en el Mundial, la expectación aquí sería máxima. ¿Sería más especial ahora para ti tras pasar un año fuera de nuestra liga?
Para mí siempre es especial jugar contra selecciones de gran calidad. Jugar contra los mejores como Brasil, como Irán, como Rusia, como Italia... Son todas selecciones muy fuertes y a nosotros nos gusta medirnos contra los mejores. No por no estar o por jugar en la liga es más o menos especial. Si quieres que sea especial pues que sea una final porque ya es señal de que tenemos una medalla asegurada.
En España marcaste toda una época y el sueño de muchos aficionados sería volver a verte en nuestra liga. ¿Podría ocurrir algún día?
Eso ya no lo sé -risas-. Yo siempre doy un tiempo para jugar en las ligas e intento dejar mi marca. Lo he hecho en Portugal, lo he hecho en Japón, lo he hecho en España... Creo que no debemos volver donde hemos sido felices porque es difícil encontrar una mejor felicidad. Pero bueno, nosotros nunca sabemos el futuro.
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