Fury tumba a Wilder y sigue como rey del peso pesado: "Es un idiota y mal perdedor"

El cinturón de los pesos pesados sigue siendo de Tyson Fury. El púgil inglés de 33 años consiguió tumbar a Wilder III en el undécimo asalto y después de haber sufrido en los primeros compases del combate. El británico se rehizo y castigó el desgaste físico de su rival. El estadounidense cayó a la lona con un nocaut y dio el triunfo a un Fury que parece invencible.

El boxeador inglés, gracias a este triunfo con remontada, se ha embolsado un total de 15 millones de dólares. Wilder, por su parte, se tuvo que conformar con otros 8 millones de dólares por su participación. El combate, realizado en el T-Mobile Arena de Las Vegas, congregó a casi 16.000 espectadores en sus gradas para observar quién conseguía el título del Consejo Mundial de Boxeo en peso pesado.

Tras la victoria, y aunque parecía que toda la tensión se había quedado en el ring, comenzó la otra batalla. Tyson Fury se acercó a saludar a su adversario, pero este evitó la imagen de felicitar a su rival. Por ello, el británico llamó "idiota" y "mal perdedor" a un Wilder que no se marchó de la mejor manera posible.

"¿Cómo puedes decir que he hecho trampa cuando sabes en tu propio corazón y en todo tu equipo que te han ganado limpiamente?", criticó Fury al término del combate. "Es un mal perdedor. No es el primero ni será el último, pero he actuado como un caballero a lo largo de mi carrera y eso es todo lo que puedo hacer como hombre", subrayó el inglés ante la ausencia de su rival.

Si bien reconoció que Wilder "es un gran pegador" de "primera categoría" que protagonizó "una gran pelea", Fury también hizo hincapié en que Wilder "es el segundo mejor" boxeador del mundo, mientras que él se considera el primero. "Nunca dudéis de mí. Cuando las cosas se ponen feas, siempre puedo cumplir", aseguró en declaraciones para BT Sports y ortos medios.

Wilder, por su parte, reconoció el éxito de la estrategia de Fury de ir al ataque desde el inicio del combate y hacer valer sus casi 125 kilos de peso. Sin embargo, a la vista de las palabras de su rival, la deportividad brilló por su ausencia cuando se dictaminó el ganador del combate.

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