El boxeo español está de enhorabuena. También podrían estarlo el deporte europeo y casi que el deporte mundial, pero el éxito de Kiko Martínez le pertenece, sobre todo, al territorio patrio. Nada más salir victorioso de su combate contra Kid Galahad en Londres, el púgil que cariñosamente se siente ilicitano, gritó a puro pulmón un "¡viva España!" que retumbó en toda la capital británica.
Kiko Martínez, que nació en Caniles, Granada, aunque desde muy pequeño vive en Torrellano, en Elche, ha hecho historia en las últimas horas al redondear, con un combate para la gloria, una trayectoria impresionante ganada a base de mucho trabajo, de mucho esfuerzo y también de algunos errores sonados.
El boxeador español sabía que llegaba a su lucha por el título mundial de la categoría del peso pluma en unas condiciones en las que probablemente no había estado nunca. Muchos le increparon asegurando que sus mejores años habían pasado, pero el propio Kiko sabía que su estado de gracia no había hecho más que empezar. A su gran punto de forma física ha añadido una madurez mental que le hacen estar por encima de las circunstancias. Solo así se le aguanta a un campeón como Kid y se le remata en el sexto asalto de la forma en que Kiko lo hizo.
El Utilita Arena Sheffield fue testigo de la hazaña de Kiko Martínez, quien se ha convertido en el nuevo campeón del peso pluma para la Federación Internacional de Boxeo, una victoria que le hace entrar en la historia al sumar dos coronas mundiales tras la ganada anteriormente en el supergallo.
El púgil nacional, con una dilatada trayectoria a sus 35 años, llegaba a este duelo contra Kid Galahad con una ambición desmedida por cumplir su objetivo de llevarse la victoria. El recibimiento en el pabellón fue de lo más hostil. Al grito de "¡viejo, viejo!", estos cánticos solo hicieron crecer las ganas de Kiko por dar espectáculo. Además, iban en consonancia de las críticas que había recibido en los últimos días en los que se aseguraba que su mejor momento ya había pasado.
Con la intención de hacer viejo, pero el combate, el andaluz afincado en Elche planteó ua afrenta larga e intensa en la que supo superar sus peores momentos sacando fuerzas de flaqueza y demostrando una resistencia espectacular. Una vez llegado al quinto asalto hizo suya la situación y tumbó por primera vez a Kid. Solo la campana le salvó. Sin embargo, al llegar el sexto, Martínez sacó de nuevo su potencia a pasear y mandó a Galahad a la lona con un derechazo imparable directo al rostro le dejó en la habitación de los sueños. Así fue como Kiko volvió a tocar el cielo.
La filosofía del monje
Y así es como ha pasado Kiko Martínez el último año, como un monje. Lo reconoce él mismo después de la victoria más importante de su carrera, sobre todo por las circunstancias en las que se ha producido. En un combate que no empezó de la mejor manera y en un pabellón que estaba enteramente en su contra. Pero nadie pudo con él.
Los 35 años no le pesaron al afincado en Elche para llevarse una victoria que ya es historia del deporte español y que comenzó mucho antes, en su camino hacia el éxito. Kiko ha pasado el último año viviendo por y para este combate. 365 días entrenando, sin excesos, sin perder la concentración y con una dedicación que, efectivamente, parecía la de un monje.
Rodeado de profesionales de la preparación física y de la alimentación para poder dar el salto definitivo. Con una fijación total y absoluta, jugándose todo a una carta para llegar al día de la pelea en su mejor momento. Gracias a eso, la táctica de Kiko pudo ser de desgaste y de aguante, sin necesidad de salir con temeridad al todo o nada desde el principio. Así fue como alargó un combate que estaba marcado para caer de su lado gracias a dos derechas siderales que impactaron y derribaron el muro de Kid.
El plan trazado le ha salido a la perfección, entre otras cosas, porque lo ha ejecutado con la serenidad que también dan los años. Ni llegando con 20 a la lucha lo hubiera hecho a semejante nivel decía Kiko nada más levantar el cinturón que le acredita como campeón del peso pluma.
"Sorpresa para algunos, para mí no. Llevo tres años viviendo como un monje, siendo boxeador 365 días al año. Yo sabía que llegaba mejor que nunca. Estoy mejor que con 20 años porque me cuido más. Viviendo sin vacaciones. He entrenado los 365 días del año. No he bebido alcohol y no he mal comido. Mi mujer me ha ayudado para que no tenga problemas con las salidas, ni con nada".
Era la confesión sincera que hacía el propio Kiko nada más bajarse del cuadrilátero. Lo ha pasado mal a lo largo de su carrera y sobre todo en los últimos años, pero el sacrificio ha dado sus frutos y el plan salió según lo pactado con su preparador Tinín Rodríguez.
Tras los pasos de Castillejo
La victoria de Kiko Martínez le ha reafirmado como 'La Sensación', el apodo que se ganó en el comienzo de su carrera debido a un ascenso fulgurante. No hay que olvidar que en el boxeo amateur, Kiko consiguió un espectacular récord de 40 victorias y ninguna derrota, 38 de ellas por K.O. Unos números sencillamente espectaculares y que le hicieron dar el salto al profesionalismo ante la falta de un gran ídolo.
Martínez se bajó del tren del olimpismo y mal no le ha ido, ya que ha igualado la hazaña de quien siempre ha sido su ídolo, Javi Castillejo. El de Vallecas se convirtió en el primer español que era capaz de vencer en dos categorías diferentes y ahora, Kiko ha seguido sus pasos. Tras vencer en el peso supergallo, ahora reina en el peso pluma.
Gracias a sus golpes, Kiko está viviendo un sueño, a pesar de que él todavía se siente por debajo de la leyenda residente en Parla: "El mejor fue Castillejo, que era mi ídolo, él marcó un antes y un después en la historia del boxeo español". Sin embargo, tal y como afirmaba Eddie Hearn, el máximo responsable de la promotora Matchroom, lo logrado por el púgil nacional también era legendario: "Kiko Martínez ha cambiado la historia del boxeo español y británico".
Aunque a Kiko le cueste unos días creérselo, ya es un de los reyes del boxeo como lo fue su ídolo Castillejo. Su carrera y su ambición seguro que no paran aquí porque siempre ha sido una persona inconformista y un amante del cuadrilátero, pero ahora es momento para que 'el monje' y 'la Sensación', disfruten de este éxito que llena de orgullo a todo un país.
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