Hay ocasiones en las que uno tiene retos vitales que necesita lograr aunque sea por pura satisfacción personal. Lo espectacular llega cuando uno de sus retos significa hacer historia. Si además, esa empresa por la que se está años luchando es un campo tan complejo como es la aviación, el proyecto gana un atractivo que es indudable.
Sin embargo, la situación puede dar un giro de 180 grados cuando ese impresionante reto que sirve para hacer historia y que lleva implícita la emoción y la adrenalina que ya de por sí ofrecen los aviones, se topa con algo protagoniza casi cada segundo del tiempo desde hace casi dos años, la Covid-19.
Algo así es lo que le ha pasado a Zara Rutherford, quien se encuentra en estos momentos luchando por conseguir su gran aspiración. Se ha encontrado a muchos rivales en su camino hacia el éxito, pero el más duro de todos está siendo el coronavirus que la persigue de un destino a otro marcando su hoja de ruta.
El récord de Zara
La difícil empresa que está persiguiendo Zara Rutherford, y que está muy cerca de conseguir, es convertirse en la mujer más joven de la historia en dar una vuelta completa al mundo en avión ultraligero y en solitario. Un viaje de más de 50.000 kilómetros sin ayuda y asistencia y siendo todavía casi una adolescente.
Esta joven belga de tan solo 19 años se ha convertido en una de las grandes promesas de la aviación en Europa y ahora quiere dar un golpe de efecto histórico a un registro que puede dejar casi imposible de batir. Hay que tener en cuenta que el actual registro está puesto en los 30 años que tenía Shaesta Waiz, quien consiguió realizar este viaje a los 30 años de edad.
Ahora, esta piloto hija, cuyos padres también son expertos en aviación, pretende establecer un registro que entraría de lleno en los libros de historia del universo de los aviones y en particular de los ultraligeros. De momento desde su país están muy pendientes de que Zara reciba el mayor apoyo posible para seguir cumpliendo etapas en su viaje hasta lograr esta machada estratosférica, la cual no está ni mucho menos exenta de peligro, pero las ganas de cumplir su sueño pueden más que cualquier riesgo.
Un viaje muy espectacular
Zara Rutherford arrancó su impresionante aventura en el mes de agosto, cuando puso comienzo a su travesía de más de 50.000 kilómetros por todo el mundo. El punto de partida estuvo en su Bélgica natal, concretamente desde el Aeropuerto Internacional de Cortrique-Wevelgem.
A partir de ahí arrancó una aventura que le ha llevado a recorrer una gran cantidad de países para seguir completando su viaje por todo el mundo. Después de salir de Bélgica marcó etapas en territorios como Reino Unido para después cruzar el océano Atlántico y pasar por Estados Unidos, México, Colombia y Canadá. Más tarde sería momento de regresar a Europa llegando hasta Rusia.
Ahora, los siguientes pasos de su aventura le llevarán por el continente asiático si los problemas que ha ido encontrando por el camino no le suponen una penalización demasiado grande. De momento, su reto ya ha sufrido retrasos considerables ya que esperaba cerrar su aventura antes de Navidad y ahora tendrá que hacerlo a mediados del mes de enero.
De momento, se encuentra en Corea del Sur tras llegar procedente de Rusia y espera poder retomar la marcha cuanto antes para seguir con su aventura sin sumar mayores retrasos de los que ya ha registrado. Su siguiente escala espera que sea Taiwán si todo va bien para continuar con su plan establecido.
Lucha contra la Covid
Este viaje, además de lo largo y lo peligroso que supone por los riesgos de accidente que se encuentra en cada etapa, está teniendo un hándicap añadido. Batir el récord de Shaesta Waiz no solo depende de Zara y su ultraligero, sino que también depende de las dificultades que le está poniendo el coronavirus.
Su enemigo no es el virus como tal, sino que lo son las restricciones que se está encontrando en muchos territorios a los que ha llegado en su viaje. Este fin de semana ha llegado hasta Corea del Sur aterrizando con su Shark 080 OM-S433, su aeronave, en el Aeropuerto Internacional de Gimpo, en el oeste de Seúl.
En unas breves declaraciones realizadas tras su llegada, Zara ha confesado que su aventura está siendo "todo un reto y una aventura". La belga no se mostraba excesivamente preocupada, ya que prefiere tomarse con calma las difíciles situaciones que ha vivido en los últimos meses y que se podrían multiplicar a medida que se acerque al final de su aventura, la cual tiene previsto que termine hacia el 14 de enero.
Antes de llegar a Corea del Sur procedente de Vladivostok, Rutherford ha vivido un auténtico calvario en Rusia, donde ha tenido que vivir un calvario después de estar retenida durante un mes por las restricciones de la Covid-19 y por unos problemas con su visado. Debido a este inconveniente, va a sufrir un retraso inevitable en los plazos que se había marcado en un principio.
Por si esto fuera poco, a su salida de Rusia, Zara no pudo ir ni a China ni a Japón donde le denegaron su aterrizaje por las estrictas restricciones fronterizas que ambos territorios aplican a raíz de la pandemia de Covid-19. Ahora, su siguiente escala le llevará hasta el condado de Muan, a unos 400 kilómetros al sur de Seúl. Una vez retome su viaje partirá hacia Taiwán para después pasar por Filipinas y Tailandia y poner rumbo a Arabia Saudí, Egipto y Grecia.
Zara está haciendo un seguimiento de su viaje a través de la web que apadrina su proyecto, FlyZolo, y también de sus redes sociales. Su reto histórico va por buen camino y es cuestión de tiempo que el récord en vigor de Shaesta Waiz sea pulverizado con los 19 años de este prodigio de la aviación belga que tiene en vilo a todo un país.
Los sueños de Zara
Además de completar su reto de dar la vuelta al mundo y establecer ese récord personal, Zara tiene otros objetivos a largo plazo. Ha cursado estudios superiores de matemáticas, economía y física y su siguiente objetivo es ir a la universidad para poder iniciar la carrera de ingeniería informática.
Todo este proceso formativo y su afición a volar están encaminados hacia cumplir el gran sueño de su vida, convertirse en astronauta. Además de completar estos sueños, Zara pretende convertirse en un ejemplo para todas las mujeres del mundo, quienes pueden tomar su caso como inspiración para pelear por sus metas y romper barreras en diferentes ámbitos de la vida, especialmente en la aviación y en las disciplinas conocidas como STEM, ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.
Zara, que quiere luchar por romper la importante brecha de sexo que existe en estos ámbitos, es titular de las licencias de piloto privado de la FAA y del Reino Unido, además de poseer las licencias eslovaca y francesa de ultraligero y miembro de la Honorable Compañía de Pilotos Aéreos desde el año 2019. Un prodigio en busca de su récord.
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