O.J. Simpson es, a sus 74 años, un "hombre completamente libre". La noticia se ha confirmado después de que el pasado 30 de noviembre tuviese lugar una audiencia para estudiar la situación del que es considerado como una leyenda de la NFL, la gran liga del fútbol americano.
La televisión KTNV de Las Vegas se encargó de confirmar la noticia. Después de la vista anteriormente mencionada, la División de Libertad Condicional de la Policía Estatal de Nevada y la Junta de Comisionados de Libertad Condicional de Nevada acordaron la reducción del periodo de libertad provisional impuesto a O.J. Simpson. Orden que fue emitida el día 6 de este mismo mes de diciembre.
El miembro del Salón de la Fama de la NFL fue condenado a 33 años de cárcel en 2008. La pena la recibió después de atacar y secuestrar a dos vendedores de antigüedades y objetos deportivos de colección en la habitación de un hotel de Las Vegas (Estados Unidos). Unos hechos que tuvieron lugar en 2007.
Con hasta 12 cargos sobre sus espaldas (secuestro y robo entre otros), el exjugador de fútbol americano volvió a sentarse en un tribunal en el 2017 para comparecer en el juicio para que le otorgasen la libertad provisional. Nueve años habían pasado desde su ingreso en prisión. Lejos de los 33 con el que le castigaron, salió de la cárcel.
A sus 70 años, O.J. Simpson acertó a decir "gracias" cuando se leyó la sentencia por la que quedaba libre, aunque con condiciones. Y todo porque no contaba con condenas penales anteriores y por haber mostrado un buen comportamiento durante su estancia en la prisión.
Ahora, esa libertad provisional pasa a ser libertad completa. "Un hombre completamente libre". Cuatro palabras que han traspasado todo tipo de fronteras en las últimas horas. Y es que la vida de O.J. Simpson ha sido seguida por millones de personas a lo largo y ancho del planeta. Incluso se ha llevado su caso a la pequeña pantalla. Aunque no por esta condena por la que ahora queda libre, sino por otro juicio anterior del que fue declarado "no culpable".
Doble estrella
Orenthan James Simpson nació en San Francisco (California, Estados Unidos) el 9 de julio de 1947. Ya en su época de estudiante destacó como jugador de fútbol americano y fue así como ganó una beca deportiva con los Southern California Trojans. Su buen desempeñó le hizo entrar en las listas de todas las franquicias y fueron los Buffalo Bills los que consiguieron hacerse con sus servicios en el Draft de 1969.
Aunque también jugó en los San Francisco 49ers, fue en los Buffalo Bills en el equipo en el que consiguió poner su nombre en el olimpo de este deporte. A su retirada, se colocó como el segundo corredor con más yardas, un total de 19.236, para en la actualidad ocupar la decimoséptima posición de todos los tiempos. Llegó a disputar seis Pro Bowls y fue nombrado como el MVP de la NFL en 1973. Por si esto fuera poco, entró en el Salón de la Fama de la liga en el año 1985.
Entre las especialidades de Simpson no estaba solo el fútbol americano, sino que incluso antes de retirarse ya se enfocó en su faceta como actor, llegando a formar parte del elenco de la inolvidable película El coloso en llamas. También hizo sus pinitos como comentarista de partidos de la NFL o en programas como Saturday Night Live.
El juicio del siglo
Tenía la vida de una estrella. Leyenda del fútbol americano y con el carisma necesario para meterse a todos en el bolsillo en el mundo de la farándula. Pero todo se truncó cuando el 12 de junio de 1994 su exmujer Nicole Brown y un amigo de esta, Ronald Goldman, fueron encontrados muertos. Ambos fueron asesinados a puñaladas y las sospechas se centraron en la figura de O.J. Simpson.
El 'Juicio del Siglo'. Así es conocido el proceso por el cual el exjugador de la NFL se puso delante del juez y del jurado para demostrar su inocencia por el doble asesinato. A sangre fría, así dijeron que habían matado a Nicole Brown y Ronald Goldman. Y todas las pruebas apuntaban en su contra.
En su casa había un guante de golf manchado con la sangre de las víctimas, cuyo par estaba junto a los dos cadáveres. El propio Simpson tenía una herida profunda en la mano que no había podido explicar cómo se había hecho y su coche contaba con rastros de sangre.
Esto solo era el principio. En la escena del crimen, se podía ver de manera muy clara la huella de un zapato de la marca italiana Bruno Magli, de la talla 12. Los mismos que utilizaba O.J.. Todos estos indicios podían presumirse que acabaría con la sentencia de culpable, pero los abogados jugaron la carta del racismo... y ganaron.
O.J. Simpson se rodeó de los mejores abogados de la época. Entre ellos el padre de las hermanas Kardashian. Y estos hicieron su trabajo. Provocaron que el jurado olvidase la obviedad de las pruebas, así como un vídeo en el que se podía ver al exjugador huyendo de la escena del crimen. De ahí a organizar un jurado con ocho personas negras de doce para poner el racismo como base de su defensa.
Además, Simpson dejó de tomar unos antinflamatorios, por orden de sus abogados, para engordar y que así no le valiesen los guantes de golf de la misma talla y marca que se encontraron junto a los cadáveres. Además, tampoco se pudo demostrar que había comprado los famosos zapatos de Bruno Magli. Solo pudieron confirmar que O.J. había estado interesándose en estos exclusivos zapatos de los que solo se hicieron 299 pares. El exjugador quedó absuelto, aunque en un juicio civil tuvo que pagar 33,5 millones de dólares por daños compensatorios y punitivos a la familia de Ronald Goldman.
[Más información: Los documentales definitivos sobre el caso de O.J. Simpson]